Capítulo 1.

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Hola, éste es el segundo fic JongKey que escribo, espero les guste y diré que éste fic estará intimamente relacionado con un 2min que pretendo escribir más adelante.


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Observó algo asustado la prueba que tenía en sus manos, y no pudo evitar que las lágrimas cayeran de sus ojos, eso no era algo que él había querido, ni siquiera lo había visto venir, no se suponía que era algo que debería estar pasando. Cerró los ojos y apretó los labios para que los sollozos no fueran tan fuertes y no alertaran a sus padres, ¿qué se suponía que tenía que hacer ahora? Tan sólo tenía dieciséis años y sabía que su vida estaba arruinada, porque él no se había visto así, él quería terminar el instituto, seguir la universidad pero ahora no sabía si lo lograría, porque tan sólo minutos atrás sentía que su vida se había arruinado.

Sus manos se apoyaron en el lavamanos y su cabeza se inclinó hacia adelante intentando dejar de llorar y regular su respiración, una de sus manos se dirigió a su abdomen y apretó la camiseta roja que estaba usando colocando algo de fuerza, y una vez más los deseos incesantes de vomitar llegaron, teniendo que dar un paso hacia al lado levantando la tapa del inodoro y se inclinó sobre éste, sintiendo como si su estómago fuera a salir por su boda en ese momento, y las lágrimas sólo aumentaron, ¿qué iba a hacer? Era la única pregunta que pasaba por su cabeza en ese momento.

Limpió su boca con papel y se apoyó en el inodoro, dejando correr el agua, quedándose al lado de éste, tenía tanto miedo de lo que iba a pasar y miles de pensamientos llegaron a su cabeza, de los cuales algunos sobresalían y más cuando pensaba en la reacción de sus padres y también la de su novio, porque ellos no habían estado preparados para eso, eran jóvenes, ¿qué iba a decirle ahora? ¿cómo lo haría?

Fue demasiado tiempo antes de que pudiera detener su llanto, se apoyó en el inodoro y se levantó sintiendo un ligero dolor en sus rodillas y piernas por la posición de antes, luego se lavó las manos y los dientes, mirándose por unos segundos en el espejo, se veía desastroso con su rostro con rastros de lágrimas y sus ojos hinchados de tanto llorar y su sólo imagen hizo que quisiera llorar una vez más, y había una voz en su cabeza que le repetía que el único culpable era él, y se creaba los peores escenarios, haciendo que las lágrimas volvieran a caer, porque en menos de una hora parecía que era lo único que podía hacer, y casi podía agradecer mentalmente que sus padres estuvieran tan ocupados en sus propias vidas como para prestarle la atención necesaria porque si ellos estuvieran en la casa y lo hubiesen escuchado sollozar lo primero que hubieran hecho era preguntar y no se hubiesen detenido hasta que les dijera la razón.

El tono de su móvil lo hizo mirar hacia un lado en donde lo había dejado al llegar a casa y se encerró en el baño, observando el identificador y no quiso responder al ver que era su novio, en ese momento lo que menos quería hacer era hablar con alguien, no cuando creía que todos podían descubrir el secreto que ahora guardaba, algo que no se ocultaría eternamente, y eso sólo le causaba más temor.

Encendió la regadera esperando que el agua calentar mientras él empezaba a desvestirse, mientras su móvil comenzó a sonar otra vez, no le prestó atención cuando decidió entrar bajo el agua, sabiendo que en ese momento lo que necesitaba era relajarse, que sus pensamientos no fueran sólo un arrebato, quedándose bajo el agua más de lo necesario mientras sus manos se posaron en su abdomen plano y las lágrimas volvían a caer confundiéndose con el agua, porque parecía que en ese día lo único que podía era llorar.

Ni siquiera estaba seguro de cuánto tiempo estuvo bajo el agua y tampoco le interesaba cuando terminó de bañarse, tomando sólo su bata para salir del baño sin siquiera secarse o prestar una verdadera atención a su alrededor, lo único que le importaba en ese momento era el cansancio que empezaba a sentir debió a todo lo que había llorado y a sus constates pensamientos sobre cierto tema, aunque él tenía sus sospechas semanas atrás pero nunca estuvo realmente preparado porque ahora sabía que era real y se sentía tan asustado.

Pedacito mío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora