Capítulo 7

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Logan

Salgo corriendo de su casa. No sé por qué me siento protector con esa chica, desde el día que me choqué con ella me cayó mal, pero siento que debo protegerla, que debo acompañarla, quiero saber qué es lo que la pasa, quiero saber por qué es así, es todo un misterio y me gustan los misterios.

Miro a todas partes pero no la veo por ninguna parte. Sigo corriendo, gritando su nombre, pero no oigo ninguna respuesta. Estoy cinco minutos buscándola hasta que oigo un grito desgarrador proveniente de un callejón. Me introduzco en él sin pensarlo dos veces y a pocos metros me encuentro una silueta. Es ella.

Está pegándole puñetazos a la pared con toda su fuerza mientras grita. Salgo corriendo hacia ella.

- ¡Allison para! -la chillo, pero no lo hace. La cojo por la cintura alejándola de la pared.

- ¡Suéltame! ¡Déjame en paz! -forcejea conmigo durante mucho tiempo- ¡Suéltame! Por favor... -su súplica va acompañado con un sollozo. La giro haciendo que me mire a los ojos.

- Lo siento, siento todo lo que he dicho. -la digo intentando tranquilizarla, pero lo único que consigo es que se eche a llorar.

- Quiero irme. -dice en un susurro.

- Venga, te llevo a tú casa. -levanta la vista corriendo y cuando me mira fijamente a los ojos, algo en mi interior se retuerce.

- A cualquier parte menos a mi casa. -asiento, la ayudo a levantarse y la llevo hasta su coche, la cojo las llaves de su bolsillo y lo enciendo. La siento en el asiento del copiloto y yo lo hago en el del conductor.

Arranco el coche y conduzco hasta mi casa. Cuando llego, aparco medianamente bien y me bajo corriendo, cuando Allison baja del coche, pierde el equilibrio y si no llego a cogerla se cae de bruces. La cojo como si fuese una princesa. Me meto al interior de la casa con ella en brazos y subo a mi cuarto. Una vez en mi cuarto la dejo en la cama, ella se sienta encogiéndose y abrazándose las piernas, me fijo en ella durante unos instantes, se ve tan indefensa... no parece Allison. Mi mirada va directa a sus nudillos, están sangrando y es raro que no se haya roto las manos.

Doy un paso hacia delante para acercarme a ella, levanta la cabeza y me mira. El dolor que reflejan sus ojos no los había visto en nadie.

- Allison, tengo que curarte las manos. -se mira las manos y asiente en silencio.

Voy al baño, abro el armario y saco alcohol, esparadrapo y vendas. Cuando vuelvo a la habitación la veo de pies delante de mi escritorio, en sus manos tiene una foto.

- Allison, siéntate. -deja la foto y vuelve a mi cama.

Cojo un taburete que tengo al lado de mi cama y dejo las cosas a su lado, la cojo una mano, vierto el alcohol sobre el algodón y le limpio sus nudillos. Noto como se encoje y sé que la escuece, pero no dice nada, no se queja y eso me parece admirable. Una vez limpios los nudillos, la vendo las manos con mucho cuidado, tengo miedo de hacerle daño.

He notado su mirada clavada en mí desde hace mucho tiempo, levanto la vista y la pillo mirándome, baja la vista a sus manos vendadas y susurra algo que no logro entender, supongo que será un gracias.

- Te puedes quedar aquí a dormir. -la digo volviendo al baño para dejar las cosas.

- No quiero molestar.

- No molestas. -me encojo de hombros. Cojo una de mis camisetas y un pantalón de mi armario- Toma, con esto dormirás mejor. -se lo entrego- Ahora vuelvo.

Salgo cerrando la puerta detrás de mí, voy a la cocina. No me puedo quitar la imagen de Allison pegando a la pared, gritando y llorando a la vez. Esa imagen vuelve una y otra vez a mi cabeza, creo que nunca se me va a olvidar, no me puedo creer que haya hecho eso, nunca había visto a nadie así. Vuelvo a subir a mi cuarto y llamo a la puerta.

Hielo Ardiente [HA#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora