Capítulo 12

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       - No lo entiendo. –digo por milésima vez.

       - ¿Cómo no lo vas a entender? Es fácil.

       - Pues yo no lo entiendo. –me cruzo de brazos y John suspira cansado. Lleva exactamente una hora explicándome lo mismo.

       - A ver, solo tienes que sustituir esto, por esto y luego despejar. –asiento.

Lo intento yo y al quinto intento me sale. Pasa una hora más y ya he entendido la mayoría, la verdad es que John es muy paciente. Ya son las nueve de la noche y yo estoy muerta del cansancio, me tiro encima de la cama y John se limita a mirarme.

       - ¿Cómo es que sabes tanto de mates? –le pregunto.

       - Siempre se me han dado muy bien y aunque no lo curse en la Uni, sigo estudiándolo, me encantan. –me rio.

       - Eres un rarito.

       - Habló. –me saca la lengua– Por cierto, ¿qué te paso para estar en el hospital?

       - Me atracaron, pero como no les di nada, me apuñalaron. –abre los ojos asustado y yo sonrío.

       -¿D-dónde? –me levanto y me pongo delante suya. Me levanto la camiseta dejando al descubierto mi costado. John levanta los dedos y roza la parte que rodea mi cicatriz, me encojo ante su tacto y no sé si es porque tiene las manos frías o por qué– ¿Te duele? 

       - A veces. –bajo la camiseta.

       - Bueno, yo creo que... eh... me voy. –¿por qué se ha puesto nervioso?

Salimos de mi cuarto y cuando estamos llegando a la entrada diviso a mi tía en la cocina y cuando nos ve, sale medio corriendo hacia nosotros.

       - ¡John! –mi amigo se gira– ¿Quieres quedarte a cenar? –oh no, ¿enserio tía?

       - Eh... -John me mira a mi y luego a mitía– No quiero molestar, señora Black. –mi tía me mira y niego con la cabeza,no quiero que asusten a John. 

       - No molestas. He hecho macarrones. –se me ilumina la cara.

       - Oh, entonces me encantaría quedarme a cenar.

Nos sentamos todos en la mesa, bueno, más bien yo, mi tía y John. Empezamos a comer en silencio cuando mi tía lo rompe.

       - Bueno ¿cómo os conocisteis? –pregunta de repente. Yo empiezo a toser por culpa de un macarrón revoltoso que se ha querido ir por otro lado.

       - Pues... iba caminando por la calle cuando vi a Allison recoger ropa del suelo, me acerque a ella y la ayudé. –miente John. Le lanzo una mirada de agradecimiento. No quiero que mi tía sepa que le conocí en una discoteca y le besé sin conocerle, no sería una buena imagen.

       - Que caballero. –dice mi tía.

       - Sí, todo un caballero. –John me mira y le guiño un ojo lo que provoca la aparición de una sonrisa.

Todos volvemos la cabeza al oír la puerta abrirse, es Paul y no viene solo. Cuando mi mirada se cruza con sus ojos azules grisáceos, maldigo para mis adentros. Los dos que acaban de llegar miran a John, Paul asombrado y Logan cabreado. El primero en romper el silencio incómodo es Paul.

       - Mamá. ¿Se puede quedar Logan a cenar y a dormir? –di que no, por favor...

       - Claro. Sentaros. –mi tía se levanta, coge dos platos, vierte la comida en ambos platos y los deja delante de los chicos.

Hielo Ardiente [HA#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora