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"Más que sus ojos, su mirada. Miraba como queriendo decir algo y no diciéndolo".






Abro los ojos y agradezco que no se sientan pesados como el día anterior, extrañamente he dormido toda la noche y luego recuerdo los sedantes que la doctora me ha puesto para poder descansar, mi cuerpo se está deteriorando por las escasas horas de sueño que recibe. Necesito dormir más pero no puedo. Me giro para encontrarme con mi caja de cigarros del cajón de la mesita de luz a mi lado derecho pero una melena rubia y muy brillante hace que entre en pánico.

— ¡Jodie! —Escupo incrédula. No se supone que ella esté aquí ¿y si alguien viene y yo no puedo hacer nada por mi cuerpo inútil? ¿Dónde está Cly?

— ¡Bella! —Me abraza inocentemente y la aparto de mí al instante. Mis manos hacen presión en sus hombros y le miro con los ojos desorbitados.

—Quieres explicarme ¿qué demonios haces tú aquí?

—Hola Jodie ¿cómo estás? Me alegro de verte, te echo de menos. Yo también Bella.

—No es momento de sarcasmo Jodie —frunzo el ceño aún sin soltar sus hombros y haciendo más presión sobre ellos, no me importa.

—Cly me llamó. Necesitaba que alguien cuidara de ti mientras...

— ¿Alguien que cuidara de mí? ¡Por dios, por lo que sea! ¿Qué demonios tiene Cly en la cabeza?

—Tranquilízate Bella, no debe tardar ¿por qué te pones así? —Escucho abrirse la puerta de entrada y me pongo alerta, aunque supongo que es Cly así que me preparo para gritarle en la cara que no me resulta agradable el hecho de arriesgar la vida de Jodie. Es demasiado buena para esto. Mis ganas de gritar se van a la mierda cuando en vez de ver el monumento de Cly, miro un cuerpo distinto.

—Buen día Isabella —mi ceño se frunce aún más.

— ¿Qué haces tú aquí?

—Soy tu ángel custodio ¿recuerdas? —pongo los ojos en blanco.

— ¿Cuál es el alboroto? ¿Por qué están aquí? Yo no necesito niñeras así que será mejor que vuelvan a sus casas y me dejen sola ¿en dónde están el encendedor que tenía en el cajón? —La histeria está posesionándose de mí y no puedo controlarme así que culpó a los sedantes solo porque quiero.

Orgullosa.

Deja de joder.

No puedes cuidarte sola, necesitas de alguien.

Puedo sola.

Sabes muy bien que no.

Vete a la mierda. Subconsciente inoportuno.

—Bella, la luna llena fue hace tres días así que enciende el puto cigarro y cierra la boca por el amor a Jesucristo porque me vas a volver loca —se levanta y sale de la habitación volviendo segundos después con un encendedor. Sonrío satisfecha. Jodie sale nuevamente de la habitación y me concentro en la otra melena rubia que se encuentra recargado en el marco de la puerta.

— ¿Qué le has pedido a cambio a Cly? —Digo sin darle más vueltas al asunto.

— ¿Qué crees que le he pedido? —Me encojo de hombros mientras doy una calada a mi cigarro— Nada —me burlo de su respuesta y exhalo el humo.

Viviendo bajo las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora