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"Era una sensación que me agradaba malditamente".







—Buen día —la voz ronca de todas las mañanas—. Vaya que te luciste con el desayuno eh —soltó burlón, reí para mi sola desde la cocina.

—Lo siento, pero no debo robarme créditos, encontré a una dama con un delantal en la cocina, había mucho humo, pero fue capaz de controlar el incendio, solo preocúpate por comer ahora —sus risas retumbaron en mis oídos.

—Muy graciosos, hace años no cocinaba tanto. En realidad, nunca he cocinado —reí naturalmente.

— ¿Cómo hiciste todo esto entonces? —Los ojos de Reese estaban por salirse.

—Encontré un libro de cocina por allí.

—Ni de joda, nadie cocina así, ¿de qué planeta nos visitas terrícola?

—Cállate y siéntate a desayunar, la comida estará fría, iré por vasos para las bebidas.

—Yo lo hago —soltó Gianna.

—No, este día yo quiero atenderlos a ustedes —caminé decidida hasta la cocina, tomé tres vasos y de regreso a la mesa mi cabeza comenzó a doler, una especie de migraña, con cuidado posé los vasos sobre la mesa y me apresuré a sentarme, mis manos sobre mis cienes intentando masajear para minimizar el dolor intenso.

— ¿Qué pasa? ¿Estás bien? Bella —Gianna presionaba por una respuesta.

—No pasa nada, estoy bien —cerré los ojos intentando relajarme mientras un par de imágenes aparecían en mi mente, me quedé perpleja más no quise profundizar en eso y hacer un escándalo, simplemente quería disfrutar el día tranquilamente, así que ignoré ese flash back prometiendo después analizar a que se debía esa escena en mi mente.

— ¿Segura? —Asentí con seguridad.

—Solo me maree un poco, debe ser porque no he desayunado, ya se me pasará —Gianna frunció el ceño, pero de igual forma comenzamos con el desayuno. Horas más tarde estaba en mi habitación analizando las imágenes en mi cabeza, cosas que Gianna y Reese no fueron capaces de contarme. La viva imagen de Cly siendo derribado por el impacto de una bala, ¿no fui capaz de hacer algo para salvarlo? Mi cuerpo es arrastrado por un brazo y es todo. ¿Alguien impidió que yo lo ayudara?

—Bella —la voz de Reese hace que salga del trance mental en que me encontraba y de cierta forma lo agradezco, mi estado de ánimo está muy cambiante últimamente, siento que estoy volviendo a mi yo habitual, pero no puedo portarme de esa forma con Gianna y Reese, me siento agradecida después de todo por haberme cuidado durante tanto tiempo.

— ¿Sí?

—Qué te parece si vamos a la ciudad —lo miré incrédula.

— ¿Estás hablando en serio?

—Muy enserio —su mano extendida en dirección a mí, me incorporé de un brinco y apreté el agarre de mi mano en la suya.

Durante el camino no paraba de hablar de todas las cosas que quería que hiciéramos, ir a una pista de hielo, visitar Oporto (imagen 1)  un bar reconfortante con buena música, ir Harewood House (imagen 2) a caminar por el inmenso jardín y recostarnos en el pasto, quería hacer tantas cosas y el día era tan corto.

Viviendo bajo las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora