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"Es un hombre de una arrogancia asombrosa. Es el clásico hombre inteligente que en realidad no es brillante y debe convencer al mundo de que sí lo es".





— ¿Máx? —Me encontraba durmiendo en la habitación, un estruendoso ruido me hizo despertar de golpe, Máx no estaba, me levanté con cautela para abrir la puerta, unos pasos resonaban por el área de la cocina y comencé a avanzar hasta allá, pero me sorprendió el ruido de unos pasos tras de mí y me giré rápidamente— ¡Máx! Me asustaste, por qué dia...

—Cierra la boca —masculló por lo bajo y enarqué una ceja—. Alguien entró a la casa, ve por un arma —asentí en silencio y corrí hasta el closet, una palanca dorada detrás de la ropa liberó una caja llena de armas y municiones, de inmediato agarré la primera que vi y la cargué, era mejor estar preparada, no sabíamos qué tipo de enemigos tenía Archivaldo, lo que si tenía claro era que nos había prometido seguridad y esto daba a entender otra cosa ¿y si el mismo había organizado esto? Me apresuré con Máx, caminábamos cuidándonos las espaldas mientras escuchábamos con atención como alguien rebatía las cosas en la sala y en la cocina, al parecer no era una sola persona, eran varías, esto no iba a salir nada bien.

—Tenemos que salir de aquí, ¿tienes todas tus cosas?

—Sí, dejé en el cuarto de lavado una mochila con un par de armas más y cargadores, tenemos que tomarla y largarnos cuanto antes.

—De acuerdo, me adelantaré por ella, tu cúbreme —me miró fijamente por unos segundos y asintió.

—Daté prisa —Caminé silenciosamente hasta el cuarto de lavado, entré y tomé la mochila, pero como siempre, nada puede ser perfecto.

— ¿Qué carajo haces aquí? —Mascullé furiosa, la sangre comenzó a hervirme.

—Buscándote, a ti y tu noviecito.

—Cállate imbécil. Será mejor que te vayas porque Clayton va a matarte.

—Como digas, de cualquier forma, no puedo creer que prefieras a ese pedazo de mierda antes que a mí —rodeé los ojos y le apunté con el arma.

—Lo siento Grayson, pero me tienes hasta los cojones con tus mierdas y no pienso esperar a que Clayton te mate, lo haré yo misma —preparé el arma y la puerta se abrió.

—No, lo voy a matar yo, con tu pistola vas a alertar a la bola de ratas de alcantarilla como él —Máx estaba más que furioso, me arrebató la mochila sin dejar de apuntarle a Grayson, no estaba segura de si quería que Máx le disparara.

—No puedo creer que hayas defraudado a Víctor Máx, a tu propio padre.

—Ese tipo no es mi padre, no vuelvas a repetirlo.

—Él te crío, por supuesto que lo es Máx, Víctor es tu pa... —la cabeza de Grayson resonó en el piso, me quedé helada mientras la sangre estaba por llegar hasta mis pies.

—Vámonos —con la respiración frenética asentí, Máx tomó mi mano y salimos corriendo hasta el parqueadero de la casa donde había distintos carros, subimos a un Mustang negro y salimos a toda velocidad, de inmediato saqué mi celular y llamé a Clayton.

¿Qué pasa?

Unos tipos entraron a la casa y tuvimos que salirnos —estaba frenética.

Viviendo bajo las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora