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"Desearía mirarme con las pupilas duras de aquel que más me odia, para que así el desprecio destruya los despojos de todo lo que nunca enterrará el olvido".






—Estás hablando demasiado y no dices nada —Máx nervioso, pero intentando sonar serio.

— ¿Pero por qué la prisa? —Quería matarlo de verdad con mis propias manos, sin ningún arma— Bien, como decía Maxi, tu padre era un borracho y drogo, americano, por cierto, claro que Gina no se hubiera enamorado de un hombre así jamás.

— ¿Quién es Gina? —El silencio fue muy incómodo.

—Tu madre Maxi —la mirada perdida de Máx, impulsivamente me acerqué a él y tomé su mano, su cuerpo era rodeado por una capa de calor, sus manos sudaban y temblaban a la vez.

—Que conmovedor tu acto Isabella —puse mis ojos en blanco.

— ¿Qué pasó con mi madre?

—Tú madre fue violada por ese vagabundo. Enemigos de tu padre raptaron a tu madre y le dieron drogas y alcohol al tipo para que la violara en venganza a tu padre por haber quemado vivas a la esposa y la hija del líder de Francia, Archivaldo mató a todos los que fueron cómplices del líder en la violación. El muy hijo de puta siempre ha tratado de ser muy correcto, lástima que tú no eres su hijo, tu no cumples tu palabra, aunque después de todo Archivaldo resultó ser igual.

—O yo soy igual que tú —Víctor tensó la mandíbula.

— ¿Por qué le dices todo esto hasta ahora? —Solté fuerte.

—Tranquila cariño, ya casi es tu turno —tragué duro, no quería imaginar lo que tenía para decirme este bastardo. Aunque no fuera cierto nada de lo que estaba escupiendo, ciertamente nos ponían en duda y nos afectaba tanto a Máx como a mí, el tema de nuestros padres siempre será algo delicado—. Un día después de que nacieras Maxi, Archivaldo tuvo una aventura con una mujer y la dejó embarazada, ¿adivinen qué? Esa mujer era nada más y nada menos que Fiorella Landucci, tu bellísima madre Isabella —mi respiración se volvió frenética, mi mano abandonó su fuerza dejando libre la de Máx quien se quedó inmóvil, por un momento, ni siquiera recordé que alguien nos apuntaba con un arma y quería matarnos, por un momento dudé de todo esto, pero ahora todo tenía sentido. Máx era mi hermanastro. El peso del mundo que había desaparecido volvió a caer sobre mí, no podía controlar lo que sentía en ese momento, mi pecho se sentía pesado y las palabras amenazaban con no salir.

—Mientes —articulé como pude con el alma en un hilo.

—Vaya que les duró el gusto a sus padres, porque hasta una semana antes de tu cumpleaños número seis fue que Gina encontró unos papeles del hospital de la señora Landucci de Modenesi. Por supuesto —soltó ridículamente— que no podía quedarse de brazos cruzados mientras su marido se revolcaba con Fiorella, así que se lo dijo a Lysander y te hizo una prueba de ADN —Víctor no me quitaba la vista de encima mientras hablaba. Encima se atrevía a mezclar al hombre que me había criado mis primeros años de vida, Lysander—, el muy imbécil no podía creer que su amada esposa le fuese infiel así que tenía que comprobarlo.

—Cállate, no quiero escuchar más —escupí con la voz temblorosa caminando de manera ansiosa en un mismo lugar.

—Ya que comprobó que efectivamente no eras su hija quiso vengarse.

— ¡Cállate! —Grité con el cólera dominándome, Máx seguía inmóvil y eso me estaba matando lentamente ¿por qué mierda no decía nada? ¿Acaso no se daba cuenta de lo que estaba pasando? ¿De lo que nosotros habíamos hecho?

—Y por supuesto —continuó llenándome la cabeza con más cosas—, mató a Archivaldo —Máx por fin movió la cabeza, frunció el ceño mientras miraba a Víctor confundido— pero no te enojes Maxi, están a mano ya que tu madre mató a Fiorella, la madre de Bella. Y no sufras tanto Isabella, tuviste dos padres. Oh cierto —comenzó a reír de manera burlesca—, tuviste, porque los dos están muertos y tu madre también y también la tuya Maxi, oh, pero qué barbaridad, todos están muertos.

— ¡Cállate imbécil cállate! —Máx se le echó encima y ambos cayeron al suelo, mi reacción fue correr hacia Máx, pero el sonido de un arma me dejó inmóvil, y junto con ello el impacto de esta en mi estómago. Caí de rodillas al suelo mientras intentaba cubrirme la herida, Máx me miró, pero en vez de ayudarme siguió forcejeando con Víctor, mi vista se nublaba y luchaba por ver a mi alrededor, sangre caía a borbotones y comencé a toser, el sabor a metal inundó mi boca y la respiración era difícil de realizar, mi mano fue hasta mi boca para comprobar que no era saliva, estaba incrédula, jamás había sido herida de esta forma tan estúpida, pero una vez más aquí estoy, al borde de la muerte y con más ganas de morir que nunca.

— ¡Apártate Máx! —De nuevo el sonido de un arma, dos tiros y pude ver a Víctor justo frente a mí con un agujero en la cabeza.

— ¡No! ¡Lo mataste! —El tacto de una mano llamó mi atención. Máx.

— ¡Gianna! ¿Víctor? Cómo... ¿Cómo es que lograste encontrarnos? —Tantas voces extrañas— Aléjate de esa bastarda en este momento.

— ¡¿Quién mierda te crees?! —Gritó Máx mientras se encargaba de detener la hemorragia por mi herida.

—Tu madre Archivaldo.

— ¡Todos pueden podrirse en el maldito infierno! ¡Tú no eres mi madre!

—Lo soy, te guste o no —la frialdad de esa voz era tan intimidante como la del padre de Máx, mientras intentaba asimilar que estaba pasando, mi cuerpo simplemente iba perdiendo la fuerza con cada segundo que pasaba.







Normalmente escucho música mientras escribo, depende de mi humor y el ánimo el género que escojo y por consecuente, mis sentimientos van plasmados en mi escritura, por eso, estaré dejando en los comentarios las canciones que escucho en el momento, considero que le dan el sentimiento al capítulo, desde el primer capítulo quería dejar la recomendación de la canción, pero temo que no puedan gustarles mis canciones, si este es el caso, es factible que escuches una que te anime a ti.


Viviendo bajo las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora