methamphetamine | kookv.

-3°C

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Taehyung había finalizado su canción en cuestión de unas pocas horas tras aquella despedida tan dolorosa.

La inspiración llegó de inmediato debido al manojo de sentimientos en su interior.

Dolor, tristeza, soledad.

Pero debía sonreír.

¿Por qué deprimirse por aquello sabiendo que hay muchísimas personas que día a día sufren cosas peores?

Desde pequeño siempre se sintió miserable al quejarse de problemas o situaciones que le parecían "insignificantes".

Su madre le había dicho algo que hasta el día de hoy no podía olvidar.

"Siempre va haber alguien que está peor que tú, Tae".

Si bien la intención de su madre era que Taehyung dejara de llorar por no poder ver a su padre—el cual había desaparecido por unos días sin decir nada—, esas palabras fueron un detonante para la personalidad y manera de pensar que tendría su hijo por los años siguientes.

Esa mala costumbre de no tomarle el peso a sus problemas pero sí a los de los demás.

Esa obsesión de hacer feliz a los demás sin importarle la felicidad propia.

Él lo veía como algo positivo, aunque en el fondo sabía que algún día terminaría explotando por aguantar tanto.

—¡No se me ocurre nada, joder!

El furioso grito de Jimin hizo que todos en la sala lo voltearan a ver, excepto Taehyung, quien estaba muy concentrado en crear una melodía que se adaptara a su canción.

—Pídele a Yoongi que te regale una de sus composiciones, tiene un montón—sugirió Jungkook, quien se encontraba dibujando en aquel cuaderno que siempre llevaba con él.

—Eh, no me hables informal.

A Yoongi le molestaba que no lo llamara hyung, aún sabiendo que el menor no llamaba así a nadie.

Excepto a Hyosang, claro.

Con Jimin no usaba formalidades, así que solamente Hyosang era llamado hyung por Jungkook.

Taehyung sonrió al estar satisfecho con los primeros acordes de su melodía. Levantó su cabeza y se encontró con aquellos ojos tan profundos e intimidantes del pelinegro.

Fuego frío.

Por más que los orbes del contrario le quemaran, también lo congelaban hasta calarle los huesos. Y de alguna manera Taehyung no podía alejar la mirada.

—¿Qué tanto miras? —le escupió con desprecio.

Taehyung no contestó, se quedó en silencio y bajó la mirada. De alguna manera ya se le estaba haciendo costumbre.

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—Kookie.

—No me digas así, joder.

Jungkook odiaba aquel apodo. Lo odiaba tanto que ni siquiera dejaba a Jimin llamarlo así.

—Como digas, Kook—suspiró con cansancio a la vez que levantaba los brazos en alto en señal de disculpa—. Mi canción es un asco.