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🐶

El pulso de Taehyung estaba disparado y sus piernas no paraban de temblar por tres diferentes razones.

La primera consistía en la humillación y vergüenza de haber tenido que pasar por el protocolo de revisión completa para poder visitar a un recluso, mientras que la segunda se inclinaba más por el miedo que lo consumía al reflexionar sobre las posibles consecuencias que le traería todo esto y en cómo Minwoo se tomaría aquello.

Pero en definitiva, la tercera razón era la que tenía mayor responsabilidad y efecto del estado de nerviosismo en el que se encontraba. Y es que no era nada fácil enfrentar a su padre después de dos años de abandono.

Dos años en los que no lo visitó o siquiera hizo una llamada.

La última vez que lo vio fue antes de su debut y en compañía de su tío Dongseok, por lo que no pudo hablar demasiado con él sin que el tercero se interpusiera entre ellos.

Le había informado que debutaría en un grupo idol—cosa con la que no estaba conforme, pero que no recriminó, sino que respetó porque a fin de cuentas estaba desesperado por seguir contando con el cariño y estima de su hijo—, y que por ello sería difícil venir a visitarlo de forma seguida.

Sin embargo, Dongseok lo terminó convenciendo de que lo mejor era no venir, ya que debía cuidar su imagen como idol y no sería para nada bueno que la prensa se enterara que su progenitor estaba en la cárcel.

Aunque en el fondo, Taehyung sabía que eran simples excusas para ocultar la verdadera opinión de su tío.

Para Dongseok, su hermano no se merecía ni una pizca de aprecio de Taehyung después de todo el daño que había causado.

Pero el menor no opinaba aquello.

Él seguía siendo su padre.

Por más que intentaba odiarlo por herir profundamente a su madre, no podía.

Se detestaba por ello, pero no podía forzarse a dejar de quererlo.

—Ante cualquier movimiento agresivo, tan solo grita, estaré cerca —El oficial Oh siguió el protocolo y abrió con brusquedad la celda provocando un irritante chirrido que dio paso a que el castaño se mordiera levemente el labio antes de entrar—. Tienes veinte minutos.

Sus pasos eran casi agonizantes y su mirada era dirigida al opaco suelo.
Sentía que en cualquier momento volvería a convertirse en un niño de cinco años que lloraría desconsoladamente en los brazos de su padre.

La celda volvió a cerrarse y tomó valor suficiente para mirar a aquel sujeto que estaba sentado frente a una mesa, en la cual se hallaba esposado.

Taehyung quiso morir cuando conectó miradas con aquella persona que lucía demasiado diferente a la última vez.

Estaba sumamente delgado, podía incluso pensar que se encontraba en algún grado de desnutrición, puesto que aún con su uniforme de recluso se podía apreciar su raquítico estado.
Su muñeca izquierda estaba esposada a la mesa y Taehyung pudo notar que sus manos estaban bastante descuidadas y sus nudillos apuntaban a la probabilidad de estar dislocados. El rostro ya más viejo, parecía estar cambiado pero seguía siendo tan familiar que el menor sintió impotencia por las condiciones en las que su padre vivía.

methamphetamine | kookv. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora