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VEINTEAVO TERCER CAPITULO:
***[DIAS MAS TARDE]
- ¡hay no puede ser!... ¡otra vez! - dejé caer mis hombros tirando miles de maldiciones mentales a la secretaria que se encontraba parada en el umbral de la puerta principal del colegio impidiéndome el paso- ¡son solo 10 minutos de atraso!... usted quiere verme muerto ¿cierto?
-hay Charlie no exageres- entrecerró los ojos deduciendo que yo no voy a morir solo por perder mi segundo día de clases, y si, quizá esta deduciendo bajos las normas de realismo... eso no quiere decir que mamá no me de dé golpes por haber sido tan "irresponsable".
-por favor, por favor... déjenme entrar, solo por esta vez.
-Charlie, sabes que no puedo hacer eso. -
-hágalo por mi- supliqué imitando lo más que podía la súplica de un perrito desamparado- y no lo vuelvo hace.
-y, ¿Qué pasó ahora?... ¿tu papá volvió a hacer caldo de pollo?
Sonreí sarcástico- que cosas dices- lancé una manada al aire tachándolo de ridículo- lo que pasó fue que ahora se le quemó el pollo.
Y sí, papá se habia quedado de nuevo a cargo de nosotros todo el día ya que mamá se fue a un retiro espiritual de 5 días a no sé que lugar, cuando me lo explicó simplemente fingí que la escuchaba, pero en realidad me encontraba pensando en el siguiente nivel de mi videojuego... así que papé habia tenido la grandiosa idea de hacer pollo dorado, con papás fritas y arroz, lo típico. Solo que él no tiene ni la más mínima idea ¡de como se hace el bendito pollo de mierda! ¡Y quemó todo a la verga!!!, disculpen eso, es que necesitaba desahogarme, lo peor es que no me dejó venir hasta que ya todo estuviera listo, cosa que jamás sucedió y simplemente opté por escaparme y ni aun así logré llegar a tiempo.
Ya van a ver, un día de estos voy a regañar a papá y le daré unas cuantas clases de cocina para que vea como se hacen las cosas, eso lo haré, en cuanto aprenda a cocinar, por ahora, hay cosas más importantes que debo resolver:
-enserio, ¿no tienes una mejor excusa?
-no es excusa- aseveré- es la verdad, papá no sabe cocinar- debía mostrarle mis inquietudes a alguien- y si mamá se entera que perdí un día de clases ella posiblemente me asesine y venda mis órganos a mitad de precio en la carnicería.
Hizo una mueca de disgusto- ni, aunque te inventes mil excusas voy a dejarte pasar, Charlie tú conoces muy bien el reglamento.
Rasqué mi cabeza- no puede ser que no me deje entrar. ni porque soy uno de los mejores alumnos de este colegio, me quejaré ante los derechos humanos.
Y mientras fingía sollozos en un intento por entrar, esa desagradable pero muy bien vestida señorita cerró la puerta casi en mi cara.
- ¡que falta de sensibilidad! - grité negando- ¡ya no sos mi secretaria favorita! -suspiré profundamente calmándome y pensando en lo que debería hacer en estos momentos, calma Charlie, se te ocurrirá algo pronto.
