- ¿Y ahora que haremos? Ya creo olvidar hasta como caminar
-Pues te saco si es necesario, pero ya es momento de que salgas
¿Te lastimaste para hacer esto?
-Preguntas demasiado, intentas poco
El solo pensaba en tratar de ayudarla para poder escapar juntos, así ambos serian libres, sin soltarse, así no se miraran, eso no era lo importante ahora, él se conformaba con imaginarla y nunca perder su voz ni su compañía.
Luego de tanto tiempo sentirse tan vacío y solo, llega una compañía, llega una voz que le radiaba esperanza, llega alguien desconocido con la intriga del descubrir en realidad quien es, él quería respirar un nuevo aire, tratar de empezar a sentirse vivo y el comenzó a sentir algo que pensó que había muerto, Fe.
La hechicera al descubrir que el ángel había liberado a la prisionera, invento el juego de las estaciones, estaba convencida de que no ganarían, conocía sus debilidades y dolores y como acabarlos, de cómo entre ellos mismos de acabarían y serian no sus prisioneros sino sus esclavos en una distracción sin fin
¡Vaya vaya! El ángel libero a la prisionera en peligro, mis normas son las siguientes: pasaran las cuatro estaciones y si pasan todas las pruebas, el castillo mostrara la salida para ustedes, dejare un reloj de arena, el ira indicando el tiempo que va pasando y cuando el cese es que su tiempo ha acabado, y morirán o me pertenecerán... Dijo la hechicera desde el corazón de la prisión
La primera estación fue el invierno, enseguida la prisión se transformó en una montaña de nieve sin fin, con una brisa espeluznante y la luna pálida, había un riachuelo congelado y rosas marchitas cubiertas de nieve, él era cálido, por tanto podía morir al instante, pero ella se prometió cuidarlo, le cubrió sus alas lastimadas y lo mantuvo seguro.
Luego de tanto escalar, encontraron una cueva, allí lo mantuvo tibio hasta que pasara la tormenta, le cantaba y lo arrullaba porque el frío lo atormentaba, se encontraba débil, ese no era su clima, temblaba demasiado del frío, y ella lo mantenía cálido, sin aun poderlo ver
¿Cómo es que me ayudas, si ni siquiera me has visto ni sabes cómo soy? Pregunto el ángel... No hace falta verte para saber que no hay cosa mejor que tu compañía, Descansa...
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El Ángel y la Prisionera
RomanceUn angel negro, una oscuridad andante, una estrella que ya no brilla porque opacaron su luz, una mirada cálida y a su vez congelando todo lo que mira, en su piel hay marcas y recuerdos que perturban, no puede volar, se quedo herido entre tanta melan...