Así pasaron once años, Esperanza había heredado la belleza de su madre y Samuel la astucia de su padre, eran hijos brillantes, ayudaban a sus padres a hacer de sus vidas y sus ocupaciones una actividad mejor, Paula y Eduardo seguían amándose cada día más, viéndose envejecer día a día y viendo sus hijos crecer, fruto de aquel amor que lucho desde un principio, ambos profesionales exitosos, con brillantes personalidades y sobretodo unidos, nunca hubo nada ni nadie que los separara, cada noche se amaban con la misma intensidad de la primera vez, eran adictos a estar juntos, a pesar de sus diferencias tontas eran felices y sobretodo ya sabían los defectos, las mañas y virtudes uno del otro...
- Papi, Samuel me escondió mi bolso...
Samuel, dale el bolso a tu hermana...
-Mami, Esperanza me daño la bicicleta...
-Esperanza, no le hagas eso a tu hermano...
Había faltado agregar que Samuel era como Eduardo, un poco bromista y Esperanza como Paula, un tanto vengativa...
Paula y Eduardo, Una pareja tal para cual, mientras más los años iban pasando, más se amaban y se cuidaban, Samuel quiso ser veterinario, tenía una pasión muy singular por los animales, aunque a Eduardo no le parecía muy buena la idea, lo apoyo y le dejo de regalo un consultorio, sin embargo el atendía a los animales de la calle, les buscaba hogar, incluso formo una casa hogar para mascotas ¿Extraño cierto? Y en cuanto Paula, Paula se convirtió en una abogada Criminalista, Ambos unos adultos ya formados, de los dos la más fuerte era Paula, le gustaban las armas, los misterios y los problemas, mientras que Samuel disfruta las cosas sencillas, los paisajes, los animales y la tranquilidad, ambos vivían en la Casa de sus padres, cada uno en un piso distinto...
- Hijos ¿Cuándo nos darán unos nietos? Pregunto Eduardo mientras que Paula solo los observaba...
-Mamá, papá Yo estoy sola y así me quiero quedar...
-Familia, Yo si tengo novia!
Samuel, tenía una hermosa novia, era una chica escultora, de Nombre Aranza, él estaba muy enamorado de ella, pero ella de su dinero... Paula pudo notarlo, se lo trato de expresar muchas veces pero el solo tenía ojos para esa nueva mujer, aunque al pasar los meses se hicieron esposos y la muchacha quedo embarazada, Esperanza estaba feliz de ser tía y ellos contentos de ser abuelos, aunque el presentimiento de Paula era que su hijo seria infeliz, sin embargo Eduardo subiría que no se metiera en eso, que el vería con el tiempo lo que le convenía, lo que no sabían era que Esperanza estaba perdidamente enamorada de un preso, uno de sus clientes...
-Mira como hemos cambiado, estamos irreconocibles mi Rey
- Sigues siendo mi hermosa mujer, así pasen mil años la más hermosa mi Reina
-Eduardo, Abrázame, hace mucho frío esta noche...
-Siempre te abrazare mi Reina, gracias a ti fui y soy el hombre más feliz del mundo, aunque nuestros hijos estén locos...
- Son jóvenes mi amor, luego con el tiempo aprenderán, así como aprendimos nosotros ¿Recuerdas?...
- Pero todo valió la pena, formamos una vida maravillosa luego de tanto dolor...
- Prométeme que siempre sonreirás...
-Como no hacerlo, si tendré a ti para siempre...
- Te Amo...
- Te amo infinitamente, Gracias por todo lo que me diste...
Esa noche recordaron cada cosa, cada risa, cada momento en el que estuvieron juntos y es que... Esa sería la última noche juntos, al amanecer Paula falleció de la manera más tranquila, sin dolor alguno, sin ninguna queja, el al despertar y llamarla vio que no respondía, el solo hizo lo que hacía muchos años había hecho, cerrarle los ojos y darle un beso en la frente...
¡Era ella! Ella era la anciana con la que soñé, era un aviso de que serias tu mujer, tú eras la prisionera que me dio libertad, tú eras mi aliento, tú eras mi consuelo, siempre lo fuiste y sobretodo mi compañera de vida.
Al enterrar a Paula, una parte de Eduardo y de sus hijos había fallecido, ella era el alma de la casa, lo más hermoso que cada uno tenía en sus vidas.
-Mamá, Jamás te olvidare, lo mejor que tenía eras tú, Gracias por regalarme la vida y porque gracias a ti, soy lo que soy... Ese fue Samuel, mientras que Esperanza no podía ni hablar, pero al menos les consoló que murió feliz, con su único y gran amor... Solo pasaron tres meses y Eduardo falleció de tristeza por no tener a Paula, pero al fallecer su rostro fue de alegría, eso quería decir que estaban juntos y que esta vez y para siempre estarían unidos, Samuel tuvo un hijo y le puso por nombre Eduardo como su padre, Mientras que Esperanza se lastimaba amando a un hombre que jamás la valoraría ni la cuidaría igual que ella a él, Samuel vivía un matrimonio de mentiras y Esperanza.... Ella sin duda seria nuestra próxima prisionera, pero esta vez sin ángel que la salve, ella sería su propio calvario y salvación, El ángel y la prisionera II, donde el cielo y el infierno lo escoges tú...
¿ TE ATREVES?
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El Ángel y la Prisionera
RomanceUn angel negro, una oscuridad andante, una estrella que ya no brilla porque opacaron su luz, una mirada cálida y a su vez congelando todo lo que mira, en su piel hay marcas y recuerdos que perturban, no puede volar, se quedo herido entre tanta melan...