- Al ella sentir las llaves de Eduardo abriendo la puerta se sintió súper nerviosa, y enseguida Empezó a imaginarse la cara de él, al enterarse que serían papas...
- Amor Como estas? Como te fue hoy en el...
- Reina no quiero hablar, me siento bastante cansado, mañana hablamos...
- Pero amor ¿ni siquiera vas a comer?
-No mi reina, no tengo apetito, guárdamela en el refrigerador y me la como mañana...
- Tranquilo amor, descansa...
Primera vez que él estaba así tan distanciado ¿Y acostarse sin comer? Si Eduardo amaba comer, ¿Sera que tuvo un problema en el trabajo? ¿Sera que algo pasó? ¿Habrá discutido con su papá? No se sabía, el punto era que él estaba muy cortante, era como si algo le atormentaba, como si estuviese lleno de miedo, así paso casi tres días, sin querer comer ni querer hablar, y ya Paula se estaba preocupando...
- Amor, ¿Pasa algo en tu trabajo?
- Todo está bien mi reina, no te me mortifiques
- Es que he tratado de hablar contigo todos estos días y te he visto muy distante...
- Tu no te preocupes por nada, mientras nada te falte ni le falte a la casa, todo está bien...
- ¿No crees que tengo derecho de saber lo que le pasa a mi esposo? Te conozco y sé que algo anda mal, ni siquiera has volteado a mirarme, no comes, no has sonreído
- Te dije que no tengo nada mujer. Le respondió en un tono alterado...
- Esta Bien Eduardo, No tienes absolutamente nada.
Esa noche su celular no dejaba de sonar, pero ella al responder, trancaron la llamada, y eso fue prácticamente a las es de la mañana...
-En la madrugada te estaban llamando...
- Debe ser un colega, siempre hace eso cuando esta borracho, tranquila mi reina no pasa nada... Pero esta vez su tono de voz era tembloroso e inseguro y ella, cada vez más estaba dudando y ni siquiera había podido decirle que iba a ser papá..
"- Tengo que averiguar qué es lo que tiene a Eduardo así"
Ese día ella lo tenía libre, así que salió a comprar algunas cositas para el bebé, de hecho todo le parecía hermoso, estaba feliz de ser mamá pero preocupada por Eduardo, no salía de su cabeza esas llamadas, su inseguridad, pero sin embargo no desconfiaba de él, solo que tenía miedo y más ahora que estaban casados
Ese día al llegar Eduardo, ella le tenía la comida servida, están algo enojada con él por el grito que le había pegado la noche anterior y por las llamadas, pero aun así lo quería más que abrazarlo
-Buenas noches, allí tienes tu comida, espero te haya ido bien en tu trabajo hoy
- Reina, me fue bien, ven a darme un besito..
- Dile que te lo de él que te estaba llamando anoche, iré a descansar...
El al acercarse, tenía un olor extraño y es que en la construcción estaban quemando escombros y Paula al oler, solo fue corriendo al baño a vomitar
- ¿Amor está todo bien?
- Sí. Tranquilo, no pasa nada
- ¿Te cayó mal la comida?
- Si, es una indigestión...
- Bueno, pero sal del baño reina, ven a tomar un poco de aire...
- Te dije que estoy bien.
- Huy, repetición de mi frase!
Al acostarse, el noto que ella estaba pálida y solo la abrazo y quedaron dormidos y volvieron otra vez a llamarlo justo a la misma hora que el día anterior, solo que Paula no respondió mando un mensaje al número del que estaban llamando...
- Dime, no puedo hablar
- Rey para mañana lo que te dije, sino tú sabrás... Exactamente eso le respondieron, y eso fue lo que puso a Paula más estresada, de hecho no volvió a conciliar el sueño en toda la noche y se propuso el día anterior vigilar a Eduardo a ver de qué se trataba tanto misterio y tantos cambios de humor, porque ni intimidad tenían, él estaba demasiado abrumado, el misterio era ¿Debido a que? Si su matrimonio estaba marchando bien, o al menos eso pensaba ella, odiaba los secretos y el, definitivamente el algo le estaba ocultando...
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El Ángel y la Prisionera
RomanceUn angel negro, una oscuridad andante, una estrella que ya no brilla porque opacaron su luz, una mirada cálida y a su vez congelando todo lo que mira, en su piel hay marcas y recuerdos que perturban, no puede volar, se quedo herido entre tanta melan...