Frustración, rabia, enojo, incomprensión.Tristeza, desesperación, miedo, angustia.
Podría seguir horas y horas. Analizando lo que estoy sintiendo en este minuto. Pero nada parece ser suficiente. Encasillar mis sentimientos parecía ridículo.
Gretchenry me dejó sola no sin antes decir;
—En algún minuto iba a suceder Limbore, no puedes escapar del destino y el no puede escapar de ti.Leia, mi padre ¡Mi carrera!
Dejar todo atrás por ser parte de una extraña secta que busca acabar con el fin del mundo parece una broma de mal gusto. Pero conocía los riesgos, sabía que me habían intentado atacar aún cuando no comprendía del todo lo que estaba pasando.
No podía imaginar a una sicópata con piel verde perseguir a Leia para intentar asesinarla o atacando a mi padre en el colegio donde trabaja. De solo pensarlo las lágrimas caen de nuevo. No podía, ser tan egoísta como para involucrar a todo el mundo en esto. No debía.¿Por qué yo? ¿Por qué tenía que ser yo?
Unos golpecitos se escucharon en la gran puerta, los ignoré. —Limbore soy yo.
Floyd entró. —Grenchie me comentó que estabas afectada—. Tomó mi mano y la apretó. —Para nadie fue fácil asimilar todo Limbore, pero tu vida fue en la ignorancia, no sabías absolutamente nada.
—A veces la ignorancia hace la felicidad—. Susurro entre hipidos.
—No es así Limbore, hay muchas cosas que te faltan por descubrir, pero esto es lo que eres, esto es lo que miles de nosotros somos. No puedes darle la espalda a tus raíces—. Lo miré fijamente y Floyd se intentó tocar la nariz con la lengua, era un crío. — ¿No extrañas a tu familia? —Si que sí, todos los días de mi vida pienso en mamá, el sentimiento nunca desaparece. Papá era Signaums por lo tanto nunca tuve contacto con él. Hasta que un día apareció en la puerta de mi casa y me explicó todo, me dijo que cuando comenzará a sentirme diferente iba a ser hora de partir. Esperé que nunca pasará, después de todo era lo único que mamá tenía. Un día desperté y lo supe. Supe que había llegado el momento. Aún recuerdo los ojos de mamá cuando con mi padre nos alejamos. Lo comprendía y lo aceptaba. Por qué esto es lo somos y esto es lo que ella amaba.Una sonrisa triste apareció en su cara. —A veces viajo a Florida y me detengo en una esquina, la veo hacer las cosas de la casa. Es una mujer grandiosa que no merece ser dañada. Por eso estoy acá Limbore, no dejaré que estos malditos lleguen a dañar a mamá ni a nadie.
Es nuestra responsabilidad.Es nuestra responsabilidad. Parecía retumbar por mi cráneo.
Mi corazón se parte literalmente. Floyd fue separado de su madre siendo un adolescente y lo asumió con total madurez. —Tengo muchas preguntas Floyd. Muchas preguntas y pocas respuestas. —Sé que es así Limbore, no tienes familiares los cuales te ayudaron a entender todo sin creerte insana. Pero no estás sola. Cada duda que tengas la responderé tranquilamente—. Asentí y le agradecí tranquilamente.
Una oleada nueva llego a mi corazón. Una fuerza extraña recorría mis venas.
Había aceptado mi destino, era una Signaums.
Sin saber totalmente en lo que me estaba metiendo, una parte enorme de mi, sabía que era lo que estaba escrito.
Soy lo que soy.
Llamé a Leia para avisarle que aceptaría una beca en Australia de fotografía, que estaría alejada mucho tiempo de las redes. Que la quería más que nada en el mundo.
Que fuera grande y cumpliera todos sus sueños. Lloró por más de quince minutos, para decirme que era su hermana y que nunca me perdería. —Te quiero demasiado Leia. Donde sea que esté estaré pensando en ti, maldita enana—. Corté antes de que me escuchara sollozar.
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Señales de fuego: La ciudad perdida.
FantasyEn una fiesta Limbore conoce a Kail. Desatando una nueva habilidad en su interior. Ha activado un poder que necesita saber manejar. En el camino de su aprendizaje conocerá los grandes secretos que se esconden bajo la tierra. Una guerra se avecina...