XVII: Luces

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Una cama blanda y el sol resplandeciente me despertaron. Podía sentir murmureos a través de las gruesas paredes de vidrio.

Dar explicaciones sobre porque nunca comenté que Marleen Sherly, la cual es la líder de los Signamus puros, es mi madre fue lo segundo más agotador del día pasado. Lo primero fue la carga emocional de reencontrarme con mi madre. Si bien nunca esperé que al verla todo el dolor desapareciera de mi cuerpo, fue demasiado extenuante la cantidad de respuestas a todas las incógnitas que tuve a lo darlo de mi adolescencia. Sabía que el hecho de volver a ver a mi progenitora no significaba que iba a tenerla de vuelta en mi vida y luego de mucho pensar, decidí que papá seguiría en la ignorancia.

La ignorancia hace la felicidad, es algo que me estaba repitiendo constantemente. No podía volver a hacerlo sufrir con la pérdida de su esposa. Era egoísta de mi parte hacerle saber que mamá no lo había abandonado por una banalidad, si no que para mantener el mundo en calma.

Unos golpes me sacaron de mi ensueño. Hice un sonido para dejar que pasara la persona detrás de la puerta. Estaba disfrutando mi tiempo a solas sin la presencia de Kamileh en las mañanas.—El desayuno está servido, tienes una cara de mierda—Floyd dijo sonriendo radiantemente mientras hacía caras como imitando mi aspecto. Reí porque sabía que mis ojos estaban hinchados por la cantidad de lagrimas derramadas anoche.—Tu tampoco luces mejor, estúpido.

Fuimos haciendo bromas hasta el gran pasillo. Una mesa larga con más de treinta sillas todas de un color blanco totalmente limpio. Cada asiento estaba ocupado por hombres y mujeres de diferentes edades. Todos Signamus puro. Al final estaba Kail y Gelium conversando animadamente sobre algún tema, al sentarnos dejaron el tema para observarme.—La comida está espectacular-dijo Gelium para romper el extraño silencio que se había formado entre los cuatro.—Luego de comer tenemos que ir por Marco, espero que estés preparada para esto.

Kail interrumpió mi respuesta diciendo eso de manera dura. Asentí mientras fruncía el entrecejo, había actuado de una manera muy hostil para ser él y presentía que la razón de su repentino cambio de humor fuera el hecho de que le oculte lo de mi madre. Pero ¡vamos! No es como que vaya por la vida revelando que mi madre es una Signamus pura que decidió abandonarme a mis dulces siete años.

Lo ignoré mientras veía como mi madre se sentaba produciendo un silencio sepulcral en toda la mesa. Todos y cada uno de ellos la miraba fijamente, con respeto y admiración. Comentó unas palabras en francés y luego todos retomaron sus respectivas charlas.—Agradeced por los alimentos, porque el mundo es el responsabledijo Gelium en mi oído traduciendo las palabras de mi madre.Tu madre es una patea culos de oro.Floyd, es realmente perturbarte que te refieras a mi mamá como una patea culoslevantó sus hombros como restándole importancia.Marco es un hijo de puta que debe ser pateado.

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Paris de noche era algo espectacular; las luces brillaban como pequeños faroles, las parejas se besaban distraídamente frente a las fuentes de agua, las duras calles que hacían patrones con formas de cuadrado. Todo parecía mágico.

Kail me observaba fijamente mientras admiraba el arco del triunfo con asombro. No le respondí la mirada, estaba algo molesta por su actitud distante durante todo el día. Ni siquiera Floyd había sido tan dramático con el tema. Caminábamos tranquilamente hasta que los cuatro relojes pitaron.

Marco.

Corrimos hacia la dirección señalada, era en un callejón sin salida. Cree un campo de protección y pude ver por el rabillo como Gelium lo reforzaba. Ese hijo de puta no nos iba a tocar con nada. Floyd tomaba una bolsa azul y la lanzó una especie de tornado en miniatura se formó.Lo encontrará más rápido.

Señales de fuego: La ciudad perdida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora