Capitulo 8. No esta

1.2K 117 32
                                    



Ante el terror en la mirada de Andrea, Samuel miro por la ventana y vio aquel lugar que conocía a la perfección

A pasear de que vivió toda su infancia y adolescencia a más de una hora de ese lugar, sabía la historia que guardaba esa casa tan tétrica que luego de la travesía sucedida jamás fue habitada cayéndose poco a poco a pedazo

Andrea: ahí, ahí está el hombre malo, no quiero volver -dijo aterrada aferrándose con fuerza al pecho de Samuel-

Samuel pudo ver algo más, al parecer la casa estaba siendo investigada porque tenía varias bandas amarilla impidiendo el paso y unas cuantas patrullas de policía

Samuel: ¿ahí estuviste encerrada? -preguntó sin alejarla de su pecho-

Andrea: si, es mi casa, pero ya no es linda, la loba me encerró

Samuel: ¿tu casa? -preguntó y en cuanto el autobús empezó a avanzar nuevamente, sintió como Andrea empezaba a calmarse-

Andrea: si, vivía muy feliz con mis papis, hasta que.... los mataron -susurró esto último- no debo hablar, no debo -empezó a negar- por eso mi nana me pegaba, es el lobo no oveja, es el lobo -dijo alterada-

Samuel: ahora si no entiendo nada, ¿tú eres... Andrea del junco?

Andrea: ssshhh -tapo su boca- si -susurró- pero sshhh

Samuel: eso no es cierto -refutó- esa niña murió con sus padres

Andrea: no -dijo bajito- mi mami me salvó, pero la loba me encontró y me ato -soltó un fuerte llanto- lo hizo y nunca me soltó-

Samuel: ya no entiendo nada, ¿por que lo hizo? ¿quien es tu nana?

Andrea: ella es mala, mi nana Lupe es mala -volvió abrazarse a Samuel-

Ay Samuel, ahora si estás metido en un lío muy grueso -pensó mientras acariciaba el cabello de Andrea- necesito saber si todo esto es cierto

Los últimos preparativos de la boda estaba casi finalizado, los meseros caminaban por los alrededores del jardín ordenando toda la cristalería en la mesa dejando todo impecable, valery miraba desde la ventana ya con su vestido de novia puesto, suspiro profundo, aquello no era algo que quería del todo, Flavio era un gran hombre, sobre todo con una cuenta bancaria bastante grande

Valery: no quiero casarme -camino hasta la cama y tomo su celular, marco un número y llevo su teléfono a su oído-

-mama, no vengan, no voy a casarme

- ¿qué demonios estás diciendo, valery? no invertí tanto tiempo en ti, en hacerte la joven perfecta para esto como para que ahora vengas a decirme que no te casas -dijo la mujer del otro lado de la línea-

- no es lo que quiero, mama, tú no invertiste tiempo en mi, solo me tiraste en un internado cuando más necesitaba de ti solo porque tenias asuntos más importantes que yo, no vengas, no me caso y punto -colgó la llamada y se sentó para empezar a soltar sus zapatillas-

Valery: eres una mujer libre valery, puedes tener a cualquier hombre a tus pies, eres perfecta, nadie se resiste a ti, por eso no puedes estar atada al aburrido de ese hombre

Soltó el corcel que apretaba su cintura y dejó caer el vestido al suelo- no me caso -buscó su maleta y se cambio de ropa-

Flavio ya estaba a punto de salir de la habitación de la cabaña a la que había decidido ir para no encontrarse con valery en la casa grande, su padre ajustaba finalmente su corbata mientras su madre sonreía antes los dos hombres de su vida, al igual que se sentía afligida de que faltara uno más

La loca de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora