La loca de mi vida

Capitulo 49.

Andrea la miro, estaba confundida, más que por verla ahí, por el hecho de que la llamara prima, se sentó sobre la cama y se llenó de valor para enfrentarla sin que lograra lo que sabía que hacía ahí, hacerle daño, no le daría el gusto a nadie más que lo hiciera porque más que nunca en ese momento se sentía fuerte

Andrea: Samuel es MI novio, tú ya no le importas -fue lo primero que dijo a lo que valery respondió con una risa burlona-

Valery: que segura estás primita, pero que equivocada a la vez, fue mío primero, y lo volverá a ser en cuanto yo quiera, pero no estoy aquí por eso... primita -volvió a repetir- porque lo sabes verdad, somos primas, por nuestras venas corre la misma sangre

Andrea: ¡eso no es cierto!

Valery: si lo es -se acercó más a Andrea- tan cierto como que yo tuve que crecer sola por tu culpa!

Andrea: ¡que no! -ambas estaban empezando a alterarse por lo que Andrea empezaba a sentir esa incomodidad tan familiar en su pecho-

Valery: si lo es, por tu culpa no pude crecer junto a mis padres porque ellos se dedicaron a ti!

Andrea: ¡a hacerme sufrir! -gritó-

Valery: ¡no me importa! Pero por eso yo crecí sola, sin ellos y escúchame bien... no voy a permitir que me quites también a Samuel, el... ¡es mío!

Irina: ¡¿que está pasando?! -preguntó al escuchar los gritos desde afuera- ¡¿qué haces aquí?! -preguntó al ver de quien se trataba- ¡largo!

Observó a Andrea y ya la notaba con las mejillas enrojesidas a punto de llorar y con una mano en su pecho

Irina: ¡fuera!! -volvió a pedir-

Valery: mira nada más, Dios las hace... adiós primita -repitió nuevamente e Irina frunció el ceño- y tú -miro directamente a Irina- no te creas tan segura de tener lo que yo desecho -escupió con desprecio y salió de la habitación

Irina se aproximó rápidamente y abrazó a Andrea para consolarla antes de que empeorara

Andrea: ella... ella es... es hija de ellos

Irina: sshhh no pasa nada chiquita, eres más fuerte, no dejes que te afecte por favor cálmate -suplico- no quieres estar más tiempo aquí, trata de calmarte

Andrea: ¡¿también me va a lastimar? -preguntó aterrada-

Irina: ¿crees que Samuel o yo lo vamos a permitir? Ya -volvió a abrazarla- tranquilízate, todo va a estar bien ya verás

Andrea: ¿lo prometes?

Irina: lo prometo

Al día siguiente ya era hora de que Andrea saliera del hospital, Irina estaba preparando sus cosas mientras la enfermera quitaba todos los cables que mantenían a Andrea monitoreada, en esa un enorme ramo de rosas rosa se asomó a la puerta

Samuel: cómo amaneció mi pequeña princesa hoy?

Automáticamente Andrea sonrió ampliamente al igual que irina quien miraba la escena conmovida

Andrea: samu -su voz era como un coro lleno de ilusión cada vez que pronunciaba ese nombre-

Samuel dejó las flores sobre la pequeña repisa de la habitación y se acercó a Andrea pera dejar un pequeño beso en sus labios y otro en su frente

Samuel: ¿cómo te encuentras hoy, cariño?

Andrea: te amo -susurró a lo que Samuel la abrazo-

Samuel: yo también te amo, princesa -beso castamente su cuello-

Enfermera: listo -dijo también con una sonrisa por el momento- esperen las indicaciones de el doctor y podrán irse