Capitulo 31. La puerta de la libertad

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Samuel pov

Llevaba dos semanas planeando todo esto, solo hay una persona en este maldito reclusorio que sé que puede ayudarme, ya no podía aguantar más sin poder comunicarme con mi familia y si la única manera de lograrlo era esta, así sería

Doctor: ¿otra vez aquí? -preguntó al ver cómo entraban a Samuel a la enfermería-

Custodio: se peleó nuevamente, pero esta vez no le fue tan bien

Doctor: ya veo, me permite hacer mi trabajo por favor -pidió al custodio-

Al escuchar el ruido de la puerta supe que se había ido, que nadie más que el doctor y yo estábamos ahí, al sentir como empezaba a curar una de mis heridas, abrí los ojos y lo tomé de la mano

- necesito ayuda doctor -dije ya desesperado-

Doctor: si pretende que lo ayudaré a escapar, se equivoca

- nada de eso, llevo aquí alrededor de 4 meses y no me han permitido hacer ni una llamada, nadie de mi familia sabe que estoy aquí, por favor le pido que me ayude

Doctor: ¿se está escuchando? no puedo hacer eso

Samuel: se lo suplico, aquí quieren hacerme daño, confío en usted por lo que sé que hizo por mi la vez que recibí esa puñalada, se lo suplico por favor, solo será un minuto

Doctor: no sé, esto no es correcto

Samuel: por favor, le estaré eternamente agradecido por esto, por favor ayúdeme

Doctor: está bien, pero solo un minuto

El doctor ayudó a Samuel a ponerse de pie quien estaba golpeado ya que habían provocado una pelea, lo guió hasta el teléfono sobre su escritorio y se paró en la puerta para asegurarse que nadie entrara

Samuel marcó el número de teléfono de Flavio y luego de dos timbradas al fin escuchó su voz

Samuel: Flavio necesito ayuda -dijo al escucharlo hablar-

Flavio: ¡Samuel!  ¡¿Canijo donde demonios has estado?!

Samuel: ahora no tengo tiempo para explicarte,  estoy detenido desde hace casi 4 meses, por favor ayúdame a salir de aquí

Flavio: ¡que! Pero como es posible, ¡¿que es todo esto Samuel?!

Samuel: no lo sé, ¡solo ven! Estoy en Los Ángeles -le dio unas indicaciones de la carecel donde se encontraba y una breve explicación de lo que pasaba- por favor no le comentes nada a Irina, nada me cuadra y Justo en este momento ya ni sé en quién confiar

Doctor: ya es suficiente -dijo-

Samuel colgó el teléfono y sin el doctor esperárselo lo abrazo

Samuel: no sabe lo qué que acaba de hacer, muchas gracias

Flavio colgó y su boca permanecía ligeramente habierta, un par de ojos azules se concentraban en él y su expresión

Irina: ¿era el? Dime por favor que Andrea está con el

Flavio: no lo sé, pero al menos ya sé dónde está el, debo buscarlo, está preso

Irina: ¡ay no! -dijo con un hijo de voz-

Flavio: no te preocupes -se acercó a ella y tomo sus manos- tú encárgate de todo los asuntos aquí, yo iré por el

Irina: tengo tanto miedo

Flavio: no cielo, verás como todo va a acabar pronto -tomo su cara y beso su cabeza- tranquila -susurró antes de salir de la oficina de Irina

La loca de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora