Capitulo 76. Recuerdos

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La cara de Braulio se tornó roja mientras miraba a ursula horrorizado ante su confección, su corazón dio un fuerte golpe contra su pecho seguido de unos más muchos más fuertes. La risa de ursula lo sacó de sus pensamiento y al igual que Andrea fijaron sus ojos sobre aquella mujer con sonrisa endemoniada

Braulio: ¿que demonios estás diciendo?

Ursula: no era tu hija -soltó como si nada seguido de una fuerte carcajada que retumbó por todo el lugar- también como tú dinero, tu hermano también te quito a tu hija -escupió con rencor y Andrea se sacudió sorprendida al confirmar lo que significaba eso

Braulio: ¡no! ¡No es cierto! ¡¡Ella es mi hija!!! ¡Yo la sostuve por primera vez en mis brazos! Yo me desvelaba para alimentarla y atenderla, yo fui quien estuvo ahí recibiéndola con las brazos abiertos cuando dio sus primeros pasos -gritaba mientras sus ojos se llenaban de lágrimas- yo fui quie la enseñó a andar el bicicleta, yo...

Ursula: sin embargo no llevaba tu sangre, sino la de el padre de esta -señaló a Andrea-

Braulio: ¡¡ya cállate!! -se abalanzó sobre ella y tomó fuertemente sus labios mientras le gritaba una y otra vez que valery era su hija

Andrea estaba en shock, trataba de procesar todo aquello, una lágrima solitaria resbaló por sus mejillas seguida de unas cuantas más al enterarse que no fue su prima quien le salvó la vida, sino su hermana, una hermana con la que pudo haber tenido una historia distinta si no hubiesen sido por los errores que cometieron en el pasado

Cuando pudo reaccionar ursula estaba casi perdiendo el conocimiento, corrió y se abalanzó sobre Braulio para tratar de evitar que la matara, ahora si tenía ganas de saberlo todo, ahora si necesitaba encontrar un por qué

Braulio: ¡déjame estupida! Deja que la mate de una vez por toda y vete, vete antes de que me arrepienta y te mate a ti también

Con todas sus fuerza Andrea logró que Braulio la soltara, vio como ursula cayó al suelo y con autoridad se enfrentó a el

Andrea: si la matas nunca podrás saber lo que la llevo a cometer tantos errores

Braulio puso los ojos en blanco y la miro con recelo, jamás se imaginó en una situación en la que sea Andrea la que llevará el mando. Tomó a ursula y la levantó como un trapo para sentarla sobre la silla en la que estaba Andrea y ante la mirada de desconcierto de su sobrina, amarró a ursula, luego como si nada y con su característica mirada fría, encendió un cigarrillo y se sentó frente a ursula a esperar que reaccionara un poco...

Flavio esperaba ansioso que Irina despertara, ya llevaba mucho tiempo así incluso la revisaron y está aún no reaccionaba, el doctor le dijo que el estrés, cansancio y el estado en que se encontraban la tenían de esa forma, que en cualquier momento despertara

Flavio: todo va a estar bien Cielo, pronto podremos vivir en paz como una gran familia -le susurraba mientras acariciaba su cabello- yo mismo con Samuel buscaré a Andrea si eso te hace feliz, pero despierta, no puedo irme sin saber que estarás bien

Con cuidado fue bajando su cabeza hasta dejarla recostada sobre su vientre

Unas suaves caricias se internaron por su cuero cabelludo acariciado sus frondosos rizos negros

Irina: ¿en serio la buscaras? -preguntó y Flavio rápidamente fijaba su mirada en ella-

Flavio: si eso es lo que quieres, claro que si

Irina: no quiero que me dejes sola

Flavio: jamás amor, te prometí que nunca más te dejaría sola ni a ti ni a nuestros hijos

La loca de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora