La loca de mi vida

Capitulo 67. Al fin

Andrea llevaba ya tres semanas de haber recibido el transplante, 4 de haberse convertido en madre y aún no conocía a su bebé. Esas tres semanas su cuerpo había respondido bastante bien, por lo que era el momento de que su nuevo corazón empezara a trabajar solo y pronto hacerla despertar y comprobar que todo estuviera bien también con su cerebro.

Por su parte Flavio permanecía más pendiente de la familia y sobre todo de Irina y su hija ahora que bela había logrado sacar a su padre de la carcel. El señor en más de una ocasión quiso ir al hospital, sentía la necesidad de estar junto a Samuel y a su esposa que no se despegaba de él, además de que quería conocer a sus nietos, pero no era el momento y el lo sabía, Sabía que había hecho mucho daño y aparecer así como que nada había pasado, sería una gran imprudencia de su parte...

Samuel: ¿en serio ya está bien? Solo lleva un mes ahí

Doctor: lo suficiente, el pequeño está perfecto, puede llevárselo a casa ya

Samuel: pero... ¿que haré yo con el? Soy un desastre, podría llorar y no saber que hacer -dijo apenado logrando causar una risita en irina-

Irina: puede ir a la casa con nosotras, podemos ayudarte con el

Samuel: pero es que... no lo quiero dejar mucho tiempo solito a él o a Andy, aquí lo tenía a los dos

Claudia: pronto Andrea también estará en casa querido, el bebé ya está bien y tú también necesitas descansar un poco de este hospital, llevas todo este tiempo apenas y saliendo para cambiarte de ropa

Samuel: no me importa, quiero estar aquí para cuando Andrea despierte

Irina: pero que terco eres Samuel, Andrea está bien y el bebé también, vamos a casa nos instalamos con el bebé y luego regresas

Samuel: pero el bebé ni siquiera tiene nada allá

Irina: deja de buscar excusas Samuel -dijo un poco más fastidiada- anda vamos, solo será un par de horas, nos instalamos, te aseguras que el bebé esté bien y regresas, yo me encargaré de cuidarlo bien

Constanza: vamos cariño, ve con Irina y Flavio, Claudia y yo estaremos aquí, le avisaremos cualquier cosas, pero ve, estoy segura que mi nieto está fastidiado de estar aquí

Samuel: está bien, pero me avisas mamá, cualquier cosas solo me llaman

Constanza: anda ve

Samuel fue a los cuberos donde se encontraba el bebé, una enfermera lo tenía en brazos y este sonrió cuando lo tuvo en los suyos, estaba Tan diferente a la primera vez que lo vio, se veía más rozagante y aunque aún se veía pequeño, también se notaba lo sano que estaba, el pequeño sonrió entre sueños al sentir los brazos de su padre y Samuel no pudo evitar besar su cabecita cubierta de un abundante pelo negro

Samuel: vamos a casa príncipe, pronto podrás conocer a mami y te aseguro que la pasarás increíble con ella

Enfermera: aquí están sus cosas señor -le pasó una bolsa con algunas cosas que ya habían comprado mientras estuvo en el hospital-

Al salir irina y Flavio ya lo esperaban, irina sonrió al ver a su sobrino, si Samuel se lo permitía esa sería la primera vez que podía tenerlo en sus brazos

Irina: mira como lo llevas, lo vas a aplastar

Samuel: el no se queja, le gustan los brazos de papá

Irina: préstamelo por fis -suplicó-

Samuel: nope, es solo mío, tú ya tienes una

Irina: pero ni siquiera lo estás cargando bien