Mis pasos eran apresurados al dirigirse al salon de Estadística Descriptiva. Una de las clases que mas odiaba a pesar de compartirla con William. Me costaba mucho entender algunas cosas, pero por suerte tenia un novio superdotado que me ayudaba con las asignaciones. La noche anterior salí a correr y sin darme cuenta me quede hasta tarde, causando que hoy mi cuerpo estuviera pegado a las sabanas.
Pero sigo pensando que la alarma no sono.
Logre entrar al salon sin que muchos se dieran cuenta, pero cuando iba a sentarme en mi puesto usual junto a William, vi que estaba ocupado por una chica que no había visto antes. A consecuencia de ello, tuve que sentarme en uno de los puestos de mas atrás, pero desde ahi pude escuchar la conversación de William y la chica nueva.
Estaban hablando de aplicaciones para el celular, y ambos reían por un chiste malo que solo personas sabiondas podían entender. No podia negar que sentí celos. La chica era muy bonita, y a simple vista pude ver que tenia mas cosas en común con William que yo.
William y yo éramos muy diferentes, y me gustaba pensar que eso era lo que nos atraía el uno del otro, pero momentos como ese me hacían dudarlo.
Pase el resto de la clase prestándole atención al profesor para no estar tan enfocada en William y la nueva. Luego de unos minutos él finalmente notó mi presencia y me lanzo una sonrisa. Yo también le sonreí para evitar que notara lo incomoda que me sentía. Cuando acabo la clase fui hacia donde estaban ambos y salude a William con un beso en la boca. Había que dejarle las cosas claras a la nueva amiga.
—Amor, te presento a Lucero. Se cambio de universidad y ahora estudia aqui.
Yo asenti y le sonrei.
—Hola, mucho gusto. Victoria.
—Victoria, lindo nombre. El gusto es mío. —Lucero me devolvió la sonrisa e inmediatamente recogió sus cosas. —Bueno, ya me voy. Me espera una taza de chocolate caliente y una película en el dormitorio.
—Ah, suena a una tarde perfecta. —William y Lucero rieron. Eran literalmente iguales en personalidad. Me sentía un poco fuera de lugar y eso no me gustaba.
Lucero se fue a su dormitorio y William y yo hablamos un rato mientras lo acompañaba a su próxima clase. Yo tenia tiempo libre antes de ir a mi entrenamiento, así que decidí dar una vuelta por la ciudad. Desde que había llegado a Miami no me había tomado el tiempo de conocer los lugares hermosos que veía en las fotos de internet, así que decidí explorar los que quedaban cerca de la universidad.
Fui a parar en un bar, no se como ni porque. Mi espíritu de aventurera me inspiro a entrar, solo para ver que tal. No pensaba tomar ni quedarme mucho tiempo, pero la música que sonaba en el lugar me gustaba mucho.
Cuando llegue a la barra, para mi sorpresa, encontré a Clarice sentada con tres tragos diferentes en frente. Al principio dude si acercarme o no, pero se veía tan borracha que tuve que acercarme solo para ver si estaba bien.
—¿Clarice? Son las once de la mañana. ¿Que haces así?
—Es de noche en alguna parte del mundo. Nunca es tarde para un buen trago de... —Alzo uno de los vasos y lo inspecciono, tratando de recordar que era lo que estaba tomando. —Ya no recuerdo que es esto, ¡pero esta bueno! ¿Quieres probar?
—No, gracias. —Negué con la cabeza. —¿Estas bien?
—Estoy excelente, ¿no me ves? —Dijo, en tono exagerado. Yo me quede en silencio un rato, esperando a que me dijera una respuesta verdadera. Y justo como lo presentí, Clarice rompió en llanto. —¡Lo odio! Ayer fui a su apartamento a intentar hacer las pases, ¡y me desprecio! ¿Puedes creerlo? ¡Jason me desprecio! ¡A mi!
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Perdición.
Teen FictionDicen que las personas mas exitosas empiezan con un plan de vida. Te trazas metas y haces todo lo posible por cumplirlas hasta llegar a tu objetivo final. Victoria Schmidt tenia un plan de vida. Sobrevivir a la preparatoria, conseguir una beca depor...