OCHO.

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Desperté con sentimientos encontrados. Por un lado seguía en las nubes por todo lo que había vivido con William el fin de semana. Y por otro, sentía una inquietud por dentro luego de haberme enterado de que Jason y Clarice regresaron. Sabia que eso no les duraría mucho, pero aun así me seguía afectando. Ya no me cabía la menor duda de que ademas del desprecio que sentía por Jason West, había algo mas. Y ese algo mas no me dejaba tranquila.

Finalmente decidí salir de la cama y darme una ducha. Había quedado de encontrarme con Veronica y Natalia en Starbucks antes de ir a clase. Así que una vez listas Veronica y yo, nos dirigimos al lugar de encuentro, donde ya nos esperaba Natalia. Puntual como siempre.

—Buenos dias.

Ambas saludamos a Natalia antes de sentarnos en la mesa. Ella ya habia ordenado para las tres.

—Buenos dias, chicas. Victoria, te extrañamos este fin de semana.

—Yo también. Pero ya Vero me puso al día. —Sonreí, tratando de ocultar mi disgusto con ciertos detalles ocurridos el fin de semana.

Revisé mi celular, y el hecho de que William aun no contestaba mi mensaje de buenos días me bajo los ánimos un poco mas.

—Te perdonamos por abandonarnos este fin. Ya sabemos que andabas de luna de miel con William. —Natalia rió.

—Pues si. —Asentí, tomando un sorbo de mi cafe y guardando mi celular en mi bolso.

Veronica toma un sorbo de su café y respira profundamente. —Asegúrate de que no te haga daño, ¿de acuerdo? —Dice en tono serio. —Sabemos lo perros que pueden llegar a ser los hombres. —Parece que su mente se distrajo un poco, como si estuviera recordando algún viejo amor, luego vuelve a mi.

—¡Estamos hablando de William Hastings!

—Si, pero es hombre al fin y al cabo. ¿No?

—Veronica tiene razón, Natalia. El 90% de los hombres son así. —Me encogí de hombros. Ya sabia de que lado del porcentaje se encontraba William, pero no estaba de mas prevenirse.

—Bueno, lo importante es que las tres estamos con los chicos mas guapos de la universidad.

—Y el tuyo no es exactamente un estudiante, eh. —Veronica ríe y Natalia le da un manotazo.

—Steph y yo nos conocemos desde mucho antes que fuera entrenador aquí, ¿ok? —Dijo Natalia, a la defensiva.

—Bueno me asegurare de darle tus saludos en el entrenamiento de hoy. 

Mi comentario hizo que todas rieramos, y asi nos quedamos hasta que se hizo hora de ir a nuestras clases.

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William me respondió el mensaje horas después luego volvio a desaparecer. Intente enfocarme en las clases, pero se me hacia aun mas difícil al pasar del tiempo y aun no saber nada de el. Mi preocupación era tanta, que ni siquiera pude concentrarme en el entrenamiento. Me había ido pésimo.

Incluso después del decepcionante y agotador entrenamiento, fui a su apartamento, pero sus compañeros de cuarto me dijeron que no se encontraba.

Completamente derrotada, arrastre los pies hasta llegar al dormitorio. Conocía a William y seguramente tenia una buena explicación por haberse desaparecido todo el día. Me duché rápidamente y me acosté a dormir.

Eso no duro mucho tiempo ya que cuando estaba a punto de conciliar el sueño, alguien toco la puerta. Fui rápidamente hacia ella por si era William.

Perdición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora