NUEVE.

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La mañana siguiente desperté con un dolor de cabeza insoportable. No entendía por que, si no había bebido ni una sola gota de alcohol la noche anterior. Intente levantarme de la cama, pero todo me dio vueltas, cosa que me obligo a acostarme nuevamente.

Tan pronto sentí ese mareo sabía que era lo que me pasaba. No había estado comiendo bien. Algo que hacía a propósito de vez en cuando. Ultimamente sentía que no estaba dándolo todo en los entrenamientos y aun no encontraba un gimnasio en el cual suscribirme, así que esa era mi manera de compensar por mi falta de actividad física.

Decidí no asistir a ninguna clase y si lograba mejorar durante el transcurso del día, iría al entrenamiento. Iba a quedarme en cama escuchando canciones de Adele hasta que eso sucediera. Simplemente era uno de esos días. Minutos después, volví a quedar profundamente dormida.

Desperté tres horas después y lo primero que hice fue revisar mi celular. Tenia un mensaje de Carlos preguntando si podíamos vernos hoy y uno de William. Ya me había llamado en la mañana y le había informado que no me sentía bien.

William Hastings: ¿Como sigues?

William Hastings: ¿Necesitas algo? Quiero ir a verte.

Sonreí ante su preocupación y muestras de atención. Ningún otro hombre se había comportado tan atento conmigo antes. Ni siquiera mi padre.

Victoria Schmidt: Lo único que necesito es verte. Pero asegúrate de tocar la puerta correcta esta vez. ;)

Ni siquiera tenia energías para cambiarme por algo mas presentable. Tenia puestos unos pantalones cortos de dormir y una de mis camisetas viejas del equipo de futbol del colegio. Revise mis redes sociales mientras lo esperaba, viendo todas las fotos del cumpleaños de Steph. Minutos después tocaron la puerta.

—¡Entra! ¡Esta abierta! —Anuncié desde la comodidad de mi cama, ya sabia quien era.

William abrió la puerta y entro. —Como prometí, aquí estoy. —William hizo un gesto dramático, haciéndome reír.

—¡Estas aquí! —Mis ojos se iluminaron al verlo. Se veía muy guapo, en comparación a mi, que estaba muy mal vestida. —¿Y si te quitas la camisa? —Pregunte en tono burlón. —Creo que así me sentiría mejor.

—¿Ahora? ¿Ahora mismo? —Preguntó, sorprendido. Se quitó la chaqueta, dejándola sobre la silla antes de desabotonarse la camisa. Su buen sentido de la moda resulto ser muy inconveniente en estos momentos.

—¡Arráncalo y ya! —Reí, sonando impaciente. Sabia apreciar un buen cuerpo, tomando en cuenta que yo estaba obsesionada por tener el cuerpo perfecto. —Que buen cuerpo tienes, William. Nada mal, nada mal. —William rió apenado, terminando de quitarse la camisa.

Adele aun sonaba en el fondo en un volumen muy bajo. William se acostó junto a mi en la cama y me acomodó entre sus brazos. Sus ojos observaron un poster de Coldplay que había colgado en la pared cuando decore mi lado del dormitorio.

—¿Cual es tu canción favorita de ellos?

Mis ojos siguieron su mirada y ahí fue que me di cuenta que hablaba del poster de mi banda favorita. —Bueno... es muy difícil escoger una. Pero si tendría que hacerlo, seria... —Pensé por unos segundos. —Talk. —Sonreí, escuchando la canción en mi mente. Me traía tantos recuerdos no tan buenos. Pero seguía siendo una hermosa canción.

De repente el sonido en mi cabeza fue reemplazado por su voz. La estaba cantando. No era muy buen cantante, pero aun así seguía siendo lo mas lindo que había escuchado en mi vida.

No pude evitar cantar a la par de el. —So you don't know where you're going and you wanna taaalk, and you feel like like you're going where you've been beforeeee, you'll tell anyone who'll listen but you feel ignored, nothing's really making any sense at all, let's talk, let's taaaalk. —Baile un poco mientras cantaba, sin un poquito de verguenza. Sabia que nos veíamos completamente ridículos, pero al menos ya me sentía mucho mejor. —Canto horrible, lo sé.

Perdición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora