La mañana siguiente me despertó el fuerte olor a cigarrillo proveniente del balcón de la habitación. No había que ser adivino para saber que Jason empezaba y terminaba sus días con alguno de sus vicios.
El piso se sentía helado mientras caminaba descalza hacia donde estaba el. La vista por la mañana era igual de hermosa que por la noche.
—Hola. —Me apoyé contra el balcón y Jason me miró.
—Por favor dime que te acuerdas porque no tengo ganas de darte explicaciones.
Ambos reímos y yo le golpeé el hombro. —Si me acuerdo, idiota.
La cabeza me palpitaba, pero al parecer no habia tomado lo suficiente como para olvidarme de todo. Aunque lo sucedido la noche anterior era imposible de olvidar y tampoco queria hacerlo.
—Bueno ahi en el comedor esta el desayuno que pedi. Seguro lo necesitas para la resaca. —Inhalo del cigarrillo y yo sali de la habitacion sin decir mas nada. No tenia energias. Me urgia un vaso de agua y algo caliente. Busque mi celular antes de sentarme en la mesa a desayunar.
Tenia mil llamadas perdidas de Natalia y Veronica y cientos de mensajes. Mierda. De vuelta a la realidad.
Pero entre todos esos mensajes hubo uno que me llamo la atención.
William: ¿Todavía sientes algo por mi?
Quede boquiabierta. Estaba comprobado que los ex novios tenían una alarma que les avisaba cuando ya dejábamos de pensar en ellos. Sabía que esta burbuja de felicidad que había construido alrededor mío y de Jason reventaría, pero no pensé que fuera tan pronto. Maldito William.
—Regreso a Miami en dos días y como no tengas mi dinero ya sabes lo que te va a pasar. —Escuche a Jason discutir con alguien por teléfono mientras se acercaba al comedor.
Bloquee la pantalla del celular rápidamente y probé varios bocados de los huevos revueltos que tenía enfrente. Ya no tenía hambre.
Quería salir corriendo. El mensaje de William me dejó completamente desconcertada. ¿Y si había cometido un error al acostarme con Jason? ¿Y si él decide regresar con Clarice, como siempre lo hace? ¿Y si William queria regresar conmigo?
Necesitaba ver a Verónica y contarle absolutamente todo. Sus consejos a veces eran absurdos, pero era la única persona que no me juzgaba. Creo que ese era el significado de una mejor amiga.
—¿Que paso? —Le pregunté a Jason cuando se sentó frente a mi en la mesa sin despegar los ojos del celular. Enviaba mil mensajes de texto por minuto y me ignoraba por completo. Era como si no estuviera ahí. —Hey, te estoy hablando. —Alce un poco más la voz, pero sin gritar. Eso fue suficiente para que me mirara.
—¿Que dijiste? —Pregunto, tomando un sorbo de cafe, pero sinceramente ya no quería saber. No queria indagar porque tal vez no me gustara la respuesta.
—Nada, olvidalo. Ya deberia irme. —Me levanté de la mesa y recogí mis cosas, que no eran muchas.
—Te acompañaria, pero tengo que hacer un par de cosas antes de ir con los demás.
Jason aun sonaba distraído, y yo también lo estaba por el mensaje que acababa de recibir. Sus influencias me sirvieron de mucho en ese momento porque llamo a recepción e hizo que uno de los taxis del hotel me llevaran hacia el hotel donde me estaba hospedando con mis demás compañeros.
Entre a mi habitación y encontré a Carlos tirado en la cama viendo su celular. Lo dejo ir rápidamente tan pronto me vio entrar por la puerta.
—¡Victoria! ¿Donde estabas metida? —Su voz era más de preocupación que de curiosidad. Yo le di una sonrisa para calmarlo y que viera que estaba bien, pero no pensé que fuera prudente decirle que estaba con Jason, tomando en cuenta que no le caía nada bien.
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Perdición.
أدب المراهقينDicen que las personas mas exitosas empiezan con un plan de vida. Te trazas metas y haces todo lo posible por cumplirlas hasta llegar a tu objetivo final. Victoria Schmidt tenia un plan de vida. Sobrevivir a la preparatoria, conseguir una beca depor...