DIECINUEVE.

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Estar de vuelta en la universidad me deprimía mucho. Daría lo que fuera por quedarme en las Bahamas unos días mas, pero el deber llamaba. Mañana comenzaba el nuevo semestre. Estaba acomodando mis cosas, ya que tenia pensado levantarme a las cuatro de la mañana para ir a correr, luego tenia clases, y de ahí me iría directo a mi entrenamiento de futbol. Había comido demasiadas porquerías en el viaje, y estaba decidida a volver a disciplinarme con mis dietas y ejercicios. Cosa que no iba a pasar si no me dormía en los próximos diez minutos.

Me acosté en la cama, e intente conciliar el sueño, pero mi celular me interrumpió.

JASON: ¿Lista para las clases mañana?

Jason y yo habíamos estado enviándonos mensajes de vez en cuando, pero yo intentaba no contestar rápido, o aveces los ignoraba. Necesitaba sacármelo de la cabeza si pensaba concentrarme en el futbol y los estudios. Ya que si no obtenía buenas calificaciones, me podía despedir de mi beca deportiva. Y no podía darle esa satisfacción a mi padre.

VICTORIA: Déjame dormir.

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La mañana siguiente, desperté tan pronto sonó la alarma y salí a correr ocho kilómetros en el campus solitario. Mi parte favorita del día, a pesar de estar sumamente cansada y muriendo del frío al terminar. Las vacaciones habían acabado con mis condiciones.

Regrese lo mas rápido que pude al dormitorio para bañarme y cambiarme de ropa. Me quede hablando un rato con Veronica antes de que ambas saliéramos a clases, pero fui interrumpida por mi celular.

Era mi mama. No había hablado con ella desde que estuve en casa, así que decidí contestar.

—Hola mama.

—Hola hija.— Su tono de voz era preocupante.

—¿Que pasa? ¿Estas bien?

La escuche suspirar, y hubo un momento de silencio antes de que volviera a hablar. —¿Has hablado con tu papá?

—No... sabes que casi no hablo con el. ¿Por?— Fruncí el ceño.

—No he sabido de el en días, y ya estoy cansada de esto.

—Mama, tu y yo sabemos que es lo que esta haciendo. No se por que te aguantas eso.— Negué con la cabeza. Normalmente, mi mama era buenísima fingiendo que su relación era perfecta, así que el hecho de que me llamara para decirme esto me decía que las cosas entre ellos estaban empeorando.

—Seguramente ha estado muy ocupado en el trabajo.— De repente su tono de voz cambio y volvio a ser el falso. —Debes estar en clases y yo interrumpiéndote. Cuídate mucho hija. Te amo, adiós.

—A- Cerró la llamada antes que pudiera terminar la palabra. Guarde mi celular y mire a Veronica. —Mi mama esta cada vez mas loca.

—Todas las mamas están locas.— Rio entre dientes y ambas salimos del dormitorio para dirigirnos a nuestras respectivas clases.

Entre a mi primera clase del semestre, Elementos de Microeconomía, esta vez menos nerviosa que el primer día. Una de las primeras personas que vi fue a Carlos, sonreí al recordar su amabilidad el primer día.

—¡Hey!— Lo salude mientras me sentaba en la silla junto a el.

—¡Vicky! Que bueno verte.— Me brindó esa sonrisa tan cálida, que hacia feliz a cualquiera.

Hablamos de nuestras vacaciones y de todo un poco hasta que llego el profesor a dictar la clase.  

—¡Buen día chicos! Bienvenidos a Elementos de Microeconomía...

Perdición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora