ONCE.

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Me gano.

El imbecil me gano.

—¿Me decías?— Jason se me acerco por detrás con esa sonrisa arrogante que me volvía loca. Puse los ojos en blanco y decidí tomar un largo sorbo de mi botella de agua en vez de contestarle. —Vamos, el segundo lugar no es tan malo.

—Tal vez no si tu no hubieras quedado de primero. En serio, ¿como le hiciste? ¿Que drogas te tomaste?— Lo mire con los ojos entrecerrados y el fingió indignación.

—¿Drogarme? ¿Yo? Me ofendes, rubia.— Algo me decía que estaba siendo sarcástico.

Decidí dejar el tema hasta ahí y reírme un poco, negando con la cabeza. Ya estaba claro que con este tipo nunca iba a ganar. 

Gracias a Dios fui salvada por Natalia y Veronica.

—¡Felicidades!— Ambas se acercaron para abrazarme.

—A ti también, Jason.— Natalia lo felicito de mala gana, como para no ser mal educada, y volvio su atención hacia mi. —¿Desayunamos las tres juntas?

—Si, estoy muriendo de hambre.— Dijo Veronica, y todas fuimos a la cafetería a comer.

Nos sentamos en una de las pocas mesas vacantes que habían y nos pusimos a hablar de todo un poco.

—¿Alguna de ustedes fue a la fiesta de Clarice?

—Yo fui por cinco minutos y decidí perderme con Steph. En realidad fue una fiesta muy desagradable... —Natalia puso cara de asco.

—Si juzgamos por la anfitriona, no podíamos esperar mas que eso.— Me encogí de hombros y todas reímos, menos Veronica.

—Bueno... yo si fui.— Natalia y yo la miramos con cara de asombro.— ¡Pero antes de que me juzguen! Fui por Blake... el quería hablar, y yo estaba un poco borracha y sola en el dormitorio y decidimos encontrarnos ahí. Se que fue el peor lugar posible, pero necesitaba verlo.

—¿Y? ¿Le preguntaste lo que te dijo Clarice?— Pregunte, y Natalia y yo la miramos atentamente.

—Si, y dice que no es cierto.

—¿Le creíste?— Esta vez pregunto Natalia.

—No se.— Veronica suspiro y paso sus manos por su cabello castaño. —No terminamos, pero tampoco estamos bien. Vamos a ver que pasa.

—Bueno, ¿que planes tienen para hoy?— Dije, cambiando el tema ya que note que Veronica se había puesto incomoda.

—Yo me voy a internar en un spa todo el día. Organizar eventos de esta magnitud no es fácil, eh.— Hablo Natalia, exagerada como siempre. Solté una risa y mire a Veronica, esperando su respuesta.

—Yo tengo una clase y luego voy a ver a Blake. Dice que me tiene una sorpresa.

—Voy a jugar futbol con Carlos. Por cierto, esta noche es mi primer juego y espero verlas a ambas ahí.

—Obvio voy a ir, me encanta ver a Steph haciendo de entrenador. Se pone muy... apasionado con sus jugadoras. Y bueno también voy a verte a ti.

Puse los ojos en blanco y acabe mi ensalada antes de ponerme de pie. —Nos vemos luego, chicas. 

Estaba muy nerviosa por el juego de esa noche, pero muy feliz porque finalmente iba a demostrarles a todos lo que podía hacer. No era una simple rubia sin nada en la cabeza, y por alguna razón, era la primera impresión que tenían todos de mi antes de conocerme.

Carlos y yo jugamos por unas horas hasta que llego el momento de reunirme con el equipo. Tenia tanta adrenalina en el cuerpo, que a pesar de haber corrido una maratón en la mañana y jugado futbol por varias horas después, mi cuerpo aun estaba lleno de energía. Había esperado tanto por este momento, volver a jugar futbol en una cancha, esta vez en la universidad, donde todo era mas grande y mas importante. Tenia que darlo todo si algún día planeaba jugar profesionalmente.

Perdición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora