TRECE.

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Revise la hora en mi celular mientras regresaba al dormitorio. Genial, ya había perdido la primera clase del día. Decidí que lo mejor iba a ser tirarme en mi cama y acurrucarme entre mis sabanas hasta que fuera hora de ir a la siguiente clase. Y si tenia suerte, Veronica no estaría ahi. No tenia ganas de ser bombardeada con mil preguntas. Ya me era suficiente con los mensajes de texto que había ignorado. Estaba preocupada por mi.

Tan pronto llegue al dormitorio y vi que Veronica no estaba, me di una buena ducha de agua caliente y me puse algo mas cómodo. Escondí la camiseta de Jason como si fuera la evidencia de un crimen y me acosté en la cama. Aun quedaban unas horas antes de mi clase, por lo que decidí relajarme un rato. Y si tenia un poco de suerte, me quedaría dormida.

Seguía pensando en William. No sabia si llamarlo o no. Lo bueno de haberme perdido la primera clase era que no tenia que verlos ni a el ni a Lucero. Parte de mi esperaba que me llamara o me mandara algún mensaje pidiendo disculpas, pero nada. Luego de matarme pensando en cosas que me ponían triste, finalmente me quede dormida.

Desperté cuando Veronica abrió la puerta y se sorprendió al verme.

—¡Aquí estas!— Se acerco a mi, pero seguía haciéndome la dormida. Estaba muy cómoda y no pensaba salir de mi cama nunca mas. —Hey, despierta. ¿Donde rayos estabas? ¿Tienes resaca? Te estábamos esperando.— Veronica se sentó en el borde de la cama y yo me enderece lentamente y en contra de mi voluntad.

—¿Tienes agua?

Me miro raro antes de ir a la mini nevera y sacar una botella de agua para dármela. —Ok, definitivamente tienes resaca. Toma.— Bebí lentamente de la botella y podia sentir su mirada penetrar agujeros en mi piel.

—¿Que?

—¡Estoy esperando que me digas que paso anoche! Te escribí toda la noche, todos te estuvimos esperando y no apareciste. William tampoco me contesto. Y cuando regrese no te vi aquí. Estaban juntos, ¿no?

Negué con la cabeza y baje la mirada. Estaba avergonzada de lo de anoche, y ni siquiera recordaba bien que había pasado. También me sentía avergonzada porque me pusieron el cuerno. No sabia como contarle, pero tarde o temprano lo sabría. Estaba haciendo un pésimo trabajo fingiendo que todo estaba bien. 

Estaba a punto de contarle los sucesos de la noche anterior cuando alguien toco la puerta. 

—Victoria, ¿estas ahi?

Se me acelero el corazón y le agarre la mano a Veronica para impedir que fuera a abrir la puerta. Le hice señas para que se quedara callada y ella me susurro un confuso "¿por que?".

—Victoria, se que estas ahí. No fuiste a clase, y... no terminamos de hablar.

Veronica estaba aun mas confundida, lo podía ver en su rostro. Le implore que se quedara callada. Y nos quedamos en silencio hasta que William se rindió y se fue.

—Ok...— Comenzó, poniéndose de pie. —Es obvio que me perdí de algo. Así que empieza a contarme, ¡pero ya!

Me frote el rostro antes de acomodarme mejor. Tome un largo sorbo de la botella de agua para armarme de coraje y comencé a contarle todo. Bueno, casi todo. Deje por fuera la parte en donde fui al apartamento de Jason y todo lo que paso después. Lo que recordaba era suficiente como para sentirme avergonzada de por vida, y ni siquiera quería pensar en lo que no me acordaba.

—Vicky, no lo puedo creer. Estoy en shock. Osea, es William. El parecía inofensivo, y se veía tan enamorado de ti. No entiendo.— Veronica estaba histérica, caminando por todo el dormitorio y diciendo un millón de palabras por minuto. —Espera.— Se detuvo y me miro con los ojos bien abiertos. —¿Donde pasaste la noche?

Perdición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora