Durante toda la noche, evite revisar mi celular lo mas que pude. No quería ver fotos de William y Lucero en las redes sociales, y tampoco quería ver en que problemas andaría metido Jason. Seguramente celebrando con Clarice, ya que al parecer, las fiestas navideñas eran la excusa perfecta para que las personas presumieran su relación en redes sociales, sin importar lo tóxicas que en realidad eran. Era mucho mas importante aparentar una perfección que no existe.
Se hicieron las doce de la noche, y finalmente me puse de pie para brindar y felicitar a todos. No podía negar que me hacia feliz recibir la navidad rodeada de familiares.
—Ya se esta poniendo aburrido esto, ¿no?— Habló Adrian al acercarse a mi luego de dejar a su novia bailando con uno de nuestros primos.
—Si.— Suspire. —Si no ocurre algo interesante en cinco minutos, me largo a dormir.
—Pues te aconsejo que te pongas cómoda, hermanita.— La mirada de Adrian fue hacia la puerta. —Mira quien acaba de llegar.— Me di la vuelta y vi como mi papa hacía su entrada triunfal.
El corazón se me acelero. La ultima vez que hable con el estábamos peleando, como siempre. Todos lo saludaban y el les devolvía el saludo con mucha sutileza. Tan elegante como siempre. Pero su elegancia no quitaba el hecho de que fuera una horrible persona.
—Hasta que por fin se digno a llegar el señor.— Volví a mirar a Adrian y puse los ojos en blanco. El simplemente soltó una carcajada, acostumbrado a mis comentarios. Adrian y papá se llevaban bien. No tan bien como el y Matt, su hijo favorito, y prácticamente su clon, pero Adrian siempre se salía con la suya, probablemente por ser el hijo del medio. El comportamiento de papá nunca le afectaba.
—Portate bien, hermanita. Es navidad.
Puse los ojos en blanco, y justo en ese momento mi papá llego a donde estábamos nosotros.
—Hijo, ¡feliz navidad!— Envolvió a Adrian en un abrazo muy fuerte acompañado de fuertes palmadas en la espalda. Nunca entenderé porque los hombres se saludaban así. Luego me miro y me dio un beso en la mejilla. —Victoria, estas aquí.
—¿Y por que no habría de estarlo?
—No se, como últimamente prefieres ese hobby tuyo en vez de estar con tu familia.
Ya empezábamos. Mi papa nunca aprobó que tomara la beca deportiva ni que estudiara en esa universidad, en vez de irme a estudiar Medicina o Administración de Empresas. Me lo recordaba cada vez que podía. —No es un hobby.
—Mmm.— Hizo una mueca y luego sonrió. —En fin, que bueno verte.
Se retiro a saludar a los demás y a hacer el papel de la pareja perfecta junto con mi mama. Ni siquiera me dijo feliz navidad. Luego de eso, solo pude aguantar estar ahí unos cuantos minutos mas antes de regresar a mi cuarto. Ya había fingido lo suficiente por hoy.
Me quite la ropa, me bañe y me puse algo cómodo para dormir. Me acosté en la cama y mire hacia el techo, y tuve que reírme para mi misma. Todo se sentía como si nunca me hubiera ido de aquí. Incluso las interacciones con mi papa. Todo seguía exactamente igual. Yo tenia muchas ganas de evolucionar y crecer como persona, pero estar en casa hacía que todo lo que había progresado estando sola y lejos de mi familia se sintiera insignificante. No pensaba volver pronto.
Tome mi celular y revise mis mensajes. No eran muchos, pero hubo uno que me sorprendió.
Jason: Feliz navidad amiguita.
¿Amiguita? ¿Desde cuando era su amiguita? ¿Y por que no otra cosa? Puse los ojos en blanco y le respondí exactamente igual.
Victoria: Feliz navidad amiguito.
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Perdición.
Teen FictionDicen que las personas mas exitosas empiezan con un plan de vida. Te trazas metas y haces todo lo posible por cumplirlas hasta llegar a tu objetivo final. Victoria Schmidt tenia un plan de vida. Sobrevivir a la preparatoria, conseguir una beca depor...