2. Miss. Hoffman®

7. ¿Creer?

Me paralizo mirando sus ojos. ¿Qué hace el aquí? ¿El aquí preparo todo esto?

-¿Tttú...

-¿Te gusta?

Alzo la mirada.

-Sabes que las flores son mi debilidad.

Axel me mira tocando los pétalos de algunas flores. Inhala su aroma y saca una de ellas del jarrón. Es azul y ese color me encanta, desde donde está camina hacia mí. Lo veo con miedo en mi mirada, mi corazón sigue latiendo tan fuerte como cuando le veía venir del trabajo después de casa.

Retrocedo como una maniaca que busca alejarse del cazador y choco contra la pared. Axel no duda ni un segundo y se acerca a mí. El suave pétalo roza mi piel y me gusta ese tacto, lo veo. Su mano acaricia mi rostro con la flor de escudo y llega a mi boca, sin siquiera pensarlo mis labios se abren y dejan un beso en la flor. Los penetrantes ojos cafés de Axel me miran y acerca la flor a su rostro, justo donde mi beso fue puesto para posar sus labios también el ella.

Mis ojos se clavan en su acción y lo miro pensativa. Huele la flor cerrando los ojos y corta el tallo dejando solo unos 3 cm de él. Posa la rosa en mi cabeza y peina mi cabello para que resalte mi atuendo.

-Hermosa - sus palabras suaves y tranquilas hacen que mis mejillas se tiñan de un color rojo y alce mi vista hacia él.

-Axel.... - sueno asustada y dolida, pero necesito respuestas.

Estrecha su mano y la agarro sin dudarlo. Camina al lado mío sosteniendo mi cintura y abre el pequeño balcón de mi departamento.

La vista es hermosa. La cuidad en esta hora se ve como millones de luces alumbrando la helada y fría noche.

Agarro los barrotes de metal y cierro los ojos respirando ese olor. Sus manos se posan en mí cintura y desde atrás agarra mi cabello y se abre paso por mi cuello.

Mi piel se eriza.

-Mi idea nunca fue estar con alguien más luego de tu partida - empieza narrando eso y mi corazón tiembla. - Pero Alba llego a mí vida sin pensarlo. Me sentía mal por todo lo que paso entre nosotros, quería cambiar, me mude de casa, trataba mejor a las personas y deje de ir al club. - su rostro se suaviza y siento su barba picar mi piel. - Incluso mejoró la relación con mi hermano y mi sobrina, ya los acepte en mi vida.

Sus manos aprieta mucho más mi cintura y un suspiro largo sale de mí.

-Alba tiene problemas de personalidad. Su padre fue socio de mi empresa, la conocí en un aniversario de su familia, fue algo sin importancia para mí, pero ella siempre estaba ahí, sin siquiera llamarle. Me comenzó a interesar cuando acudía a la oficina con el almuerzo para los dos. - respira - Era una mujer divertida y siempre me hacía reír, decidí darme una oportunidad y lo hice. - siento como las comisuras de mi nariz resuenan, no logro controlar mi mal humor y mis celos. - Al principio todo iba bien, pero con el tiempo lograba confundirme, estaba bien y de la nada se exaltaba o lloraba, me enojaba aquello pero trataba de ignorarlo pensando que talvez yo era el problema. Dos matrimonios fallidos por mi culpa - Al decir eso pienso en todas esas cosas que leí en las revistas y lo que Ebba hizo con él.

-No fue tu culpa.

-Mi dulce, Cristel. Fui mi culpa, te perdí por mis acciones. Yo....

-Axel, si hemos sido los dos. Fue...

Doy la vuelta mirándolo a los ojos y aun así el no deja de sostener mi cintura.

-Nuestra culpa - termino.

Axel acaricia mi mejilla y no deja que baje mi mirada.

-La cuestión es, que todas las noticias de la boda y demás son falsas. Cristel, terminé con Alba el mismo día de mi accidente. Su padre la interno en un centro de rehabilitación el mismo día que publico el comunicado. Alba no está aquí, pero quiero que sepas que iré a visitarle, ella tampoco merece un rechazo hacia lo que realmente era.

-¿Tú...., la amabas?

-No, pero empezaba a quererla.

<<Eso no es lo que quería oír>>

-Hasta que te reencontré ese día en el aeropuerto - termina de decir y una sonrisa se extiende en mi rostro.