16. Orgullo

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Lo miro con el rostro indescifrable y camina paseándose por la sala.

-¿Qué...qué quieres decirme? -mi voz sale cortada, tengo miedo el verlo así.

-¿Hay algo que tengas que decirme?

-No.

-Quiero qué seas honesta, en todo sentido.

-Lo soy.

-No lo eres, ¿me has ocultado cosas?

-No te oculte nada, no entiendo mi punto.

Me mira.

-¿Mi punto?, Mi punto, Cristel es estás teniendo problemas económicos y no puedes confiar en mí para decírmelo.

-Axel...

-Creí y al menos podías decírmelo y no pedirle a Taíz que venda tus cosas. A puesto a qué ni siquiera tienes la despensa con comida.

-Oye... -camino hacia él y entra con furia a revisar todo de mí cocina. Su rostro se tensa al ver los estantes vacíos y yo maldigo en alto. Esto era lo que no quería que pase y por esta razón evite que venga a mí casa en estas semanas.

>>Axel.

Su cuerpo tenso no dice nada. Camina a los sillones y agarra su abrigo.

>>Axel...

-Buenas noches, Cristel.

-No te vayas.

Camina hacia la puerta y la abre.

>>Por favor..

-No era tan difícil, Cristel. Solo quería que confíes en mí. -saca algo de su bolsillo y me entrega él collar de Leticia.

-Escucha.

Besa mi frente y sale de mi departamento. Me apego a la ventana y sale enojado en busca de su vehículo, lo enciende y se va. Ese mismo instante llamo a Taíz y contesta:

-Cristel.

-Hola, Taíz, lamento la hora.

-Estaba despierta.

-Yo, tengo que preguntarte algo.

-¿Es sobre Mr. Lehner?

-Sí.

-No fue mi culpa, iba bajando cuando el bote con las joyas se me cayó y él las vio, no pude hacer nada y él empezó a preguntarme, sólo le dije que ibas a venderlas, ya luego me fui, cuando él dijo que iba a ser el comprador, después de eso solo lo vi conversando con el dueño del edificio que estaba hablando con uno de los veladores.

<<¡Genial!>>

Seguramente y también sabe del pequeño retraso con la cuota que se puso.

>>Lamento eso..

-No te preocupes, tampoco fue tú culpa.

Me despido de ella y le envió un mensaje.

Cristel: ¿Podemos hablar?

El mensaje llega, pero no sé lee. Sé que está ahí y comprendo su enojo, pero es difícil ir y decirle "tengo problemas de dinero" porqué sé y Axel lo solucionará en un instante y yo no quiero depender de él, ese fue mi propósito desde que salí del centro de rehabilitación.

Suspiro viendo su imagen de pantalla y la beso, aún con su enojo no deja de gustarme.

Cristel: Aun así logras enamorarme. ¿Qué me hace, Mr. Lehner?

2. Miss. Hoffman®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora