18. Un, ¿enemigo?

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Observo al hombre casi idéntico a Axel, solo que de ojos avellanas y piel bronceada. La niña que yace agarrando mis manos no deja de sonreír y eso parece molestar a su padre.

-¿Qué haces aquí, Pablo? -Axel luce molesto.

-¿No puede visitar a mi hermano?

-Creo que nuestra relación no es la mejor.

-Tu sobrina quería verte.

-Yo pensé que mi tío estaba solito y con la otra novia mala. Tú eres la mejor tía del mundo.

-¡Cristal!

-Ella es mi amiga, papi -dice inocente la niña.

-No ella no es tu amiga. Es una mala persona.

Lo regreso a ver molesto y Axel gruñe, pero sé y se guarda su ira por la presencia de la pequeña.

-Vete de mi casa, no permitiré que hables así de la mujer que está a mi lado.

-No puedo creerlo, de verdad que no puedo creerlo. -Pablo luce enojado, irritado y no deja de verme con rabia.

-Vámonos, Cristal.

-Pero, papi...

-¡Vámonos! -La niña se asusta por el rito y de inmediato sus ojos se ponen llorosos. La atraigo a mi pecho y ella solloza con fuerza.

-Yo no me quiero ir...quería visitar a mi tío -hipa e hipa entre cada lloro.

La levanto a mi pecho y enrolla sus piernas mientras camino con ella a la cocina. No es hasta estar ahí que la puerta se cierra con fuerza; Axel debe estar hablando con él y por la forma que azotó la madera, está molesto.

>>Quiero quedarme contigo.

-Tranquila, bonita. -La coloco en la encimara y abro la nevera para sacar jugo de naranja y estrecharle para que tome. Ella me sonríe y bebe el néctar con gusto. Luego de limpiar sus lágrimas la bajo de ahí y me da la mano. Camina viendo cada detalle de la casa de su tío y la llevo al balcón mientras miramos la cuidad, claro que ella está arriba de una silla y yo la sostengo; protegiéndola de todo.

-Todo se ve pequeñito desde aquí.

-Lo es. Pero cuando bajamos, estamos igual al resto.

-Mi papi tiene un departamento, pero es pequeño, porque dice que cabemos muy bien los dos.

-Sí, porque son solo dos personas.

-Como ustedes, y cuando tengan un bebé será más grande, porque lo bebés usan mucho espacio.

Sonrío por la idea de ella y niego. No creo y los dos estemos preparados para tener un bebé.

-No vamos a tener un bebé.

-¿Por qué? Yo quiero un primito para jugar.

-No, un bebé es una gran responsabilidad y bueno, representan gastos, malas noches, y aunque sea hermoso, no creo y esté en nuestros planes.

-Pero si es así de pequeño. -Hace una seña con sus manos-. Es como un muñeco. Quiero un primito, por cierto, ¿Cómo se hacen los bebés?

-Esa pregunta no debe ser respondida Cristal Lehner.

Regresamos a ver a los dos hombres parados a mi frente y ella se apega más a mí, como señal de defensa.

>>No estoy enojado, hija, solo...., lamento haberte gritado. -Su cabeza sale de mi cuello y ríe.

-Me quedaré con mi tío y Cristel. -Su padre aprieta la mandíbula y niega.

-No lo harás, nos vamos a casa.

2. Miss. Hoffman®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora