6. Abrumada

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Lily agarra mi cabello mientras yo aún sigo sorbiendo mis lágrimas. Me levanto viéndola y ella me da un abrazo.

-No te vas a quedar toda la vida esperando una mierda de él. Tienes que salir adelante, que él no sea un impedimento para ello.

-Siento que aún lo quiero.

-¿Y? eso te hará más fuerte. Ahora solo quiero que te tranquilices y por una vez en tu vida pienses en ti misma y en lo que puedes hacer. Ya no más lloros, empieza a sonreír y salir adelante, necesitas amar y Axel no es el único candidato.

-Pero....

-Ah, nada de peros. Es tú Cumpleaños en unos días y debemos celebras. Basta de llorar y vamos a comer.

-Aun con todo esto, logras sacarme una risa - hablo mientras la ayudo a levantarse e ir a la mesa.

Cenamos riendo alborotas por las ocurrencias de mi amiga y llevamos el postre a la cama.

-Siento que voy a engordar - digo mientras cómo.

-Un poco más de grasa, un poco menos, qué más da.

-No se supone que en tu trabajo eso está como vetado.

-En mi antiguo sí, ahora que soy la jefa trato de que las chicas se cuiden, pero no se priven de ningún alimento. Es feo hacer esas dietas extremas.

-De acuerdo. Me parece.

-Soñé que tenía un niño y ahora esa loca idea no sale de mi cabeza.

-¿Un niño? Que emoción - menciono feliz.

-Sí, bueno es algo raro, pero lo siento Cristel. Un niño, puedes creerlo un príncipe en mi vida.

-Lily...

-¿Sí?

-¿Quién es el padre del bebe?

Se tensa y me evita.

-Nadie.

-Lily...

-Nadie, no es nadie.

-¿Él lo sabe?

-No y nunca lo sabrá. Mi hijo me tendrá a mí y eso es más que suficiente.

Decido no preguntar más, sé que para mi amiga esto es más que difícil y no quiero y ella se sienta presionada por mí. Por ahora soy feliz sabiendo que tengo un sobrino.

******

Veintidós de abril y camino por las calles de mi cuidad mientras busco un lugar para tomar un café. El trabajo me tiene a full y necesito relajarme, no quiero comida solo sentarme un rato con una taza de cafeína y relajarme.

Camino a la mesa mientras pido algo liviano con que acompañar mi bebida. Nada del otro mundo, un pie de limón.

Agarro un periódico mientras espero la orden y lo leo. Una sombra se posa a mi frente y bajo el papel.

-¿Me puedo sentar aquí?

-Demien - río - claro que sí.

Se acerca a mí lado y me ve.

-Creí que estabas en una reunión.

-Salimos a un receso y lo que menos quería era almorzar. Un poco de café siempre ayuda.

-Lo sé - hablo ayudando al chico con nuestras cosas.

-¿Cómo has estado, linda?

-Bien, un poco estresada, pero bien.

2. Miss. Hoffman®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora