9. Avanzamos (2/2)

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Miro como Axel habla con su abogado y recargo mi cabeza en medio de la ventana, me sacó de ese lugar, ya no podía llorar mucho más.

El carro se parquea en una de las avenidas de departamentos y casas en conjunto. La puerta corrediza se abre y entramos ahí.

-¿Dónde estamos?

-En mi casa - dice tranquilo.

Me lleva de la mano al ascensor y pulsa el último botón. La vista de la cuidad es lo primero que diviso, es hermoso, llegamos al piso treinta y un hermoso penthouse me recibe. La decoración es negra y azul y es súper amplio, tiene un sala que bien puede ser mi departamento con muebles de cuero y adornos iguales, la cocina está distribuida de manera igual y es amplia con una encimera grade y un comedor de lujo. Tiene un área de juegos y otra de relación con vista a la cuidad. Además de algunas habitaciones.

Me lleva de la mano a la cocina y abre la refrigeradora, una bandeja en papel aluminio sale de ahí y la agarra para destaparla y calentar la comida en el microondas.

-¿Vino?

-No, solo ¿Qué hacemos aquí?

-Mi abogado viene en camino, esto se sale de las manos, ese médico no se saldrá con la suya.

-Creo que es imposible.

-Oye - dice al lado mío. - Lo resolveremos, ¿de acuerdo?, no estás sola. Me tiene a mí y yo no dejaré que nadie esté por encima de ti.

Asiento con mi cabeza y besa mi frente, abro mis brazos para recibir su abrazo y escondo mi cabeza en su cuello. Axel ríe mientras lo sostengo con fuerza su cuerpo.

El pitido del microondas nos hace separar y desde el taburete veo como empieza a servir la comida. Admirada veo cada movimiento, sonrío.

-¿Qué es tan gracioso?

-Es que tú..., nunca antes te vi hacer eso.

-¿Servirme la comida?

-Sí, es sorprendente.

-No seas exagerada...., no es para tanto. - trae los platos con él y se sienta a mi lado.

-¿Jugo de maracuyá o agua?

-El jugo está bien - sirve dos vasos y me pasa los cubiertos.

-Es Codillo de cerdo, Maite lo preparo.

-¿Maite? ¿Ella está aquí?

-No, ella tiene su propia casa, ahora.

-Vaya....

-Come, quiero verte hacerlo.

Agarro la cuchara y degusto encantado el plato. ¡Es delicioso!

Acabo sin reproches la comida, levanto mi mirada y Axel está con sus ojos clavados en los míos. Me ayuda a bajar de la silla y la puerta suena.

Un señor de unos cuarenta años con barba y de gran contextura entra y saluda.

-Soy el abogado, Matew Rolland.

-Cristel Hoffman - saludo.

-Bien, Matew ya te conté lo que ha pasado, ¿Cómo podemos solicitar el cambio de siquiatra?

-Axel, la corte asigna un médico que está al cargo del caso de, Cristel. La solución sería pedir una solicitud de cambio, pero sin evidencia es casi imposible. - me mira. - Miss. Hoffman ¿ Ha firmado las actas de cumplimiento?

-Sí, bueno las últimas no, porque sabía que Demien...., se supone que era mi amigo.

-¿Alguien sabe o ha sido testigo de sus citas médicas?

-No de todas, a veces lo hacíamos después del horario de trabajo. La otra secretaria puede ser testigo clave.

-Bien, el médico puede dar parte a la jueza, podemos refutar acerca del comportamiento del médico y podemos decir que no te sientes bien con él como siquiatra. Podemos tramitar el cambio.

-¿Lo podemos hacer?

-Sí, ahora bien sobre el tema del contrato laboral debo leerlo detenidamente.

-Lo tengo en mi casa, lo podría enviar escaneado.

2. Miss. Hoffman®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora