7.- Don't Tell Me You Forgot Her Maiden Name
(No Me Digas que Olvidaste su Nombre de Soltera)
-Usted es completamente extraño, Sr. Kaulitz- Dice Bill, con un asomo de risa mientras camina al lado de Tom en la luz brillante del sol, sus pies sintiéndose como si avanzaran entre plumas y no entre ladrillos en ese par de... ¿cómo los llamaban? "Tennis" Ese es el nombre que Tom les había dado. Son tanligeros comparados con su par de zapatos de vestir normales, bien lustrados y pesados en sus pies. Pero estos tennis... son totalmente diferentes, tiene que admitirlo.
-No somos necesariamente extraños, Bill. Somos un poco más... desarrollados que cuando eras un niño- Tom dice, sacudiendo su cabeza con asombro mientras caminan por la banqueta, dirigiéndose a un destino que Tom dijo que habría que verlo para creerlo.
Bill detiene otra carcajada detrás de su sonrisa, mientras agacha su cabeza, sonrojándose ligeramente ante el pensamiento de donde está realmente. Y si Tom no fuera un completo loco, entonces la frase "cuando eras un niño" es muy divertida si regresas y piensas en eso.
Cuando Bill era un niño... eso fue cerca de 1900.
Y si no hay mentiras, entonces esto es cerca del 2000.
-¿Tomi?- Bill habla después de unos momentos, haciendo nada más que seguir a Tom por el concreto.
-¿Hmmn?-
-¿A dónde me estás llevando?-
Tom deja salir una risa y aprieta la mano de Bill en la suya con un poco de fuerza, una avalancha de excitación corriendo a través de sus dedos y por todo el cuerpo de Bill.
-Estamos prácticamente ahí, sólo espera hasta que alcancemos la esquina- Tom dice, con una sonrisa dentada a la desconcertada mirada en la cara del joven al lado de él.
Bill asiente y responde con voz baja –Está bien-.
Se sonroja otra vez, ligeramente avergonzado por su impaciencia; Madre siempre dijo que ser demasiado curioso e impaciente son malos modales.
Mirando a la esquina de la cuadra, algunas yardas enfrente de él, Bill baja su mirada una vez más, enfocando su visión sobre la ropa que cuelga de su cuerpo. Jala ligeramente del dobladillo de la camiseta negra, dándole vueltas al pliegue cosido entre sus dedos mientras las yemas de sus dedos recorren la textura desconocida. Levanta su mano hacia su pecho y recorre con sus dedos sobre el suave gráfico impreso de algún logo. Es tan... diferente de su vestimenta normal.
-De acuerdo, este es nuestro destino- Tom dice, interrumpiendo los pensamientos de Bill.
Se detienen cuando alcanzan la esquina, y el muchacho de cabello negro levanta su cabeza.
Tom mira la reacción de Bill como puro asombro, riéndose entre dientes mientras ve los ojos de Bill agrandarse ante el edificio enfrente de la esquina de donde están parados.
-¿Q-qué es eso?- Bill pregunta, dando unos pasos hacia el edificio largo, blanco y de cristal que está literalmente atrayéndolo a hacerlo.
Tom se ríe y mira a ambos lados del camino antes de caminar en la calle y asegurarle a Bill que es seguro cruzar.
-Esto es lo que la loca gente del siglo XXI les gusta llamar centro comercial- Tom dice riéndose aún.
-¿Un- Un centro comercial?- Bill repite, tratando de grabar esas palabras en su mente hablándose a sí mismo.
-Mmhmm- Dice Tom mientras alcanzan el otro lado de la calle y caminan dentro del estacionamiento casi lleno fuera del centro, aún agarrados de la mano mientras se cuelan por entre los carros estacionados, Bill extremadamente agradecido de que esas trampas mortales estén sin moverse en lugar de estar zumbando por ahí y casi tratando de golpearlo, como sus múltiples accidentes antes de que él hubiera encontrado a Tom hace rato este día. Carros, Bill había escuchado hablar de carros muchas veces , pero nunca se le había concedido la oportunidad de sentarse en un vehículo como esos o incluso estar cerca de uno. Ese tipo de vehículos no eran comunes en su pueblo y sólo los más ricos de los ricos eran afortunados de tenerlos. Y lo que es más, los carros en su tiempo son muy, muy, muy diferentes en apariencia a esas cosas que Tom tenía en este tiempo. Sin mencionar, los pocos carros que Bill hubo escuchado en casa no tenían la velocidad de carros de carrera, lo cual parece ser lo más normal en la velocidad de esos carros que prácticamente se adueñan de las calles en este tiempo.
-¿qué es un centro comercial?- Bill pregunta avergonzadamente mientras alcanzan el enorme edificio, la sombra de la gran estructura cayendo sobre ellos.
Tom sonríe y explica, sintiéndose más como un guía turístico para un niño pequeño.
-Un centro comercial es como.... Bueno, tiene un chorro de tiendas y comercios, ¡oh! Y sucede que tiene una asombrosa área de comida.- Tom termina exclamando.
Bill sonríe ante la excitación de Tom, y su propio estómago gruñe ante la mención de comida, y la visión de una señal sobre la puerta no muy lejos de ellos.
Escrito en brillantes y cursiva letras están las palabras "área de comida".
-Ah, estoy hambriento- Dice Tom con voz áspera mientras sujeta la manija metálica de la puerta y sostiene la puerta abierta para Bill, invitando al pelinegro a entras antes de seguirlo muy de cerca.
Entran a una enorme área con lámparas esparcidas al azar, la luz del sol brillando e iluminando las mesas y la prisa y alboroto de la isla de comida, las fuertes pláticas casi abrumando sus oídos y el calor de los diversos quioscos de comida golpeando contra sus cuerpos.
Tom echa un vistazo a Bill y sonríe ante los enormes y atónitos ojos del muchacho.
Claro, viniendo desde 1908, nunca había visto un lugar como eso en sus 17 años de vida.
Tom sacude su cabeza con asombro una vez más y aprieta la mano de Bill tranquilizadoramente atrayendo su atención para bien.
-Vamos- Dice antes de conducir al muchacho con él a uno de los varios contenedores de comida, deteniéndose unos pies detrás de la línea en frente de la pequeña "W·endy's"
Bill mira a su lado y sigue la mirada de Tom hacia el menú que esté arriba unos pies sobre el mostrador.
Después de un par de minutos, Tom se gira a Bill y pregunta estúpidamente -¿qué quieres?-
Bill quita rápidamente sus ojos del menú y los posa sobre Tom con confusión
-Yo... No estoy muy seguro, Sr. Kaulitz- Bill dice casi en un susurro, mirando de regreso al menú con una mirada de horror en su cara.
Tom sacude su cabeza mientras se da cuenta de cuan estúpido está siendo, esperando que Bill sepa qué hacer ahora.
-Vaya, ¿Qué te parece si sólo ordeno por ti, está bien?- Tom pregunta suavemente, una ligera sonrisa en sus labios.
Bill lo contempla por un rato, pero asiente en confirmación.
Ellos se ponen en la línea, y Tom ordena dos de lo mismo: Dos hamburguesas con queso y tocino Jr, dos papas fritas y dos cocas.
Después de recibir su orden, los dos muchachos caminan hacia una mesa vacía que yace donde termina de deslizarse el sol a través de la ventana, de tal manera que la luz del sol no está directamente en sus ojos mientras comen. Tom vacía la bandeja y coloca la comida de Bill enfrente de él.
El muchacho de cabellos negros simplemente mira fijamente al objeto redondo que está cubierto por aluminio, ladeando su cabeza ligeramente hacia un lado preguntando.
Tom está por tomar un mordisco de su hamburguesa cuando su mirada cae sobre el muchacho confundido justo enfrente de él y se ríe profundamente, alejando su hamburguesa de su boca y colocándola de regreso en su envoltura.
-Bill, aquí- Dice con otra carcajada y atraviesa la mesa y desenvuelve la hamburguesa de Bill, alisando la envoltura de tal manera que yace lisa sobre la mesa, la hamburguesa encima y mirando a Bill con una esencia atrayente.
Bill aún sigue mirándolo con curiosidad.
-¿No tienen hamburguesas en 1908?- Pregunta, sonriendo de una manera amistosa.
Bill se encoje de hombros.
-suena ligeramente familiar, pero definitivamente no luce familiar, Sr. Kaulitz- Bill le mira, luego baja la mirada hacia la carne y el pan con una ceja levantada.
-Bien, inténtalo, estoy seguro que lo amarás- dice Tom antes de tomar su propia hamburguesa una vez más.
Va a poner la jugosa carnes en su boca cuando sus ojos caen en el desconcertado Bill una vez más.
-¿Y ahora qué?- Pregunta con un suspiro.
Bill levanta la mirada de su comida en frente de él y mira fijamente a Tom, sonriendo avergonzado.
-¿sabes si ellos tienen algún tipo de... cubiertos?- Pregunta calladamente.
Tom se ríe y sacude sus cabeza.
-No, no para hamburguesas. Se supone que las comes con tus manos- Dice simplemente.
La quijada de Bill cae y lanza miradas entre la hamburguesa y Tom con incredulidad.
-¿Con mis manos?-
Tom asiente.
-No, no, no,, Mamá siempre dice que comer con tus manos es simplemente barbárico-
-Bien, tu madre tampoco nunca a tocado una hamburguesa en su vida. Ahora sólo tómala o no sabrás de que te estás perdiendo- Dice Tom, sacudiendo su cabeza ante el ridículo comentario una vez más antes de morder su hamburguesa.
Bill nota la prisa de la voz de Tom, así que se conforma y accede a ir en contra de las normas que su madre le ha enseñado. Después de todo, lo que mamá no sabe, no puede dañarla ¿cierto?
Toma la rueda de pan, cubierta en semillas, y coloca sus delicados dedos a su alrededor, apretándolo ligeramente de una manera para no mancharse al sostener la grasienta carne.
Diciendo una disculpa silenciosa a su madre, cierra sus ojos y toma una pequeña mordida del combo de pan y carne, sus dientes hundiéndose a través de la capa de queso, tocino y varios aderezos y condimentos, sus dientes encontrándose en una montaña rusa y arrastrando a su lengua en el camino mientras saborea el pan que parece cobrar vida ante la más ligera capa de salsa de tómate y mostaza que estaba en ellos. Mastica y traga y no abre los ojos otra vez hasta que escucha una sonora carcajada que escapa de Tom.
Sus ojos se encuentran con la cara roja de Tom sentado en frente de él y deja salir una nerviosa y apenada risa, sus mejillas ya tornándose un poco rosas con el conocimiento de que Tom está riéndose de él, no con él.
-¿Q-qué?- Pregunta nerviosamente, agarrando una de las servilletas blancas y rugosas y pasándola sobre sus labios.
Tom continua riéndose y sacude su cabeza, lágrimas cayendo de las esquinas de sus ojos.
-¡T-Tú reacción!- Maneja tartamudear mientras recupera la compostura.
-Dios, desearía que pudieras haber visto tu cara, genial, hombre, simplemente genial. Lucías como... Dios, luces como su estuvieras disfrutando un buen polvo- Dice Tom con una risa causando que Bill levante una ceja -¿Te gusta?-
Bill entiende que Tom esta refiriéndose a la hamburguesa en sus manos, y asiente ligeramente.
-Es bastante buena, Sr. Kaulitz- Responde suavemente.
**
Después de disfrutar un no tan elaborado lonche, Tom arrastra a Bill dentro de la parte principal del centro comercial, conduciendo al joven de hermosura natural en una utopía de compras, un lugar donde la gente está ofreciendo varios bienes, muestras, y masajes a la derecha e izquierda, constantemente interrumpiendo sus conversaciones mientras caminan a través de la multitud de posiblemente otros adolescentes y jóvenes adultos.
Los ojos de Bill están muy abiertos todo el tiempo, y el permanece demasiado cerca al lado de Tom, agarrándose a él como salvavidas, como si dejándolo ir permitiera ser arrastrado bajo el océano de gente caminando y hablando, todos los cuales Bill encontraba bastante rudos. No trates de discutir con ellos, porqué sólo perderás la batalla. Varios empujones y ni un simple susurro o murmullo de disculpa, ni siquiera un reconocimiento de que ellos chocaron contra otro humano. Un poco rudo Bill piensa ¿Qué pensarán sus madres de su falta de decoro?
La mayor parte del tiempo, su caminata alrededor del centro comercial es principalmente Bill apuntando cosas y haciendo preguntas, recibiendo respuestas de Tom, usualmente acompañadas de una carcajada o muy a menudo de una sonrisa genuina.
-¿Tienen tribus hoy en día, Sr. Kaulitz?- Bill pregunta en un punto.
-Tom levanta su ceja y mira al muchacho a su lado, preguntándose de dónde una pregunta así vendría.
-um... no, no realmente. ¿Por qué?-
-Bien, ese muchacho de allá tiene algún tipo de piercing a través de su nariz, Ese grupo de allá, tienen como colores extraños en su cabello, como pinturas de guerra o algo así. Sólo he escuchado cosas así pasando en las antiguas tribus, con sus extrañas costumbres- Dice Bill, apuntando a varios chicos perforados caminando –Oh, y todos esos diferentes colores que tiene untados alrededor de sus ojos, ahora esas si están como pinturas de guerra. James siempre trata de imitar esa idea, corriendo alrededor del jardín con lodo esparcido en sus mejillas y liberando gritos de batalla... oh... eso fastidia mucho a Madre.
Tom no puede contralar el ataque de risa que le sigue, incapaz de creer que tan diferentes son las cosas comparadas con el tiempo de Bill, y las locas explicaciones que vienen con las suyas.
-Primero, no, eso no significa que son parte de alguna tribu- Tom dice con una pequeña risa, sacudiendo su cabeza con asombro- Montones de gente tiene perforaciones. Y el color en el cabello, es llamado tinte. Las pinturas de guerra como las llamas, sobre sus caras, son nada más que maquillaje-
-Oh- Bill dice, sus hombros cayendo.
Estaba seguro que sus pinturas de guerra eran correctas, pero tristemente él fue vencido otra vez.
-¿Maquillaje? ¿Cómo el que usan los actores?-
-Mmhmm, la gente sólo lo usa en gran medida hoy en día- Tom dice con suavidad.
Bill haces un pequeño sonido de entendimiento mientras continúan caminando por ahí, vagando dentro y fuera de varias tiendas. Después de algún tiempo, el centro comercial comienza a oscurecerse al mismo tiempo que la luz del sol comienza a bajar en el cielo y las luces fluorescentes y artificiales son la única luz en el lugar.
-Vamos, Te debería llevar a casa- Dice Tom mientras nota que Bill suelta un enorme bostezo al tiempo que salen de una tienda cualquiera.
Bill sonríe a través de su bostezo, y mira a Tom. -¿Casa?- Pregunta simple.
Tom asiente y responde –Sí, casa-
Tom comienza a conducirlos hacia una de las numerosas salidas del centro comercial, su mano naturalmente cayendo en su lugar mientras se agarra a la suave mano de Bill, sus dedos entrelazados de una manera muy afectiva.
-¡Hey! Tom ¡mi hombre!- Una voz grita desde unas yardas en frente de ellos, sacando a los dos muchachos de la neblina de cansancio.
Tom levanta su cabeza repentinamente ante la voz familiar.
Atravesando la multitud está Georg, haciendo su camino hacia ellos en tiempo record.
Tom para de caminar, Bill haciéndolo de la misma forma y alzando su ceja ante el muchacho alcanzándolos.
Georg camina con una gran sonrisa, aunque rápidamente cae mientras sus ojos se encuentran con las manos agarradas de Tom y el misterioso muchacho.
-Uh... hola, Tom... ¿Quién es tu... ar... amigo?- Pregunta, claramente mirando la muestra de afecto.
Los ojos de Tom se abren mientras sigue la mirada de Georg, e inmediatamente libera la mano de Bill, dejándolo ahí como una hoja tirada. Bill alza sus cejas una vez más ante la extraña reacción, y mira a Tom curiosamente antes de mirar a quien supone es amigo de Tom.
-Oh, um, Georg, él es Bill, mi uh... amigo- concluye, encontrando seguro dejar a Bill como nada más que un amigo es este momento.
Georg no puede evitar notar el creciente sonrojo en las mejillas de Tom y la mirada herida que aparece en Bill.
Claramente "amigos" no es el término correcto a cualquier relación que tienen ellos.
Pero, si Tom no quiere que lo sepa, entonces estará bien con ellos por ahora.
Después de todo, ¿para qué son los amigos?
Georg sonría cortésmente a Bill y extiende su mano.
-Hola, Soy Georg-
Bill sonríe, de la forma que su madre le enseñó, en respuesta-
-Es un placer conocerle, Gerog, soy Bill Trümper- Dice a la par que estrecha la mano de Georg firmemente.
Niño extraño Georg piensa, notando el extraño y propio hablado.
-Usted debe de ser uno de los amigos de Tom del siglo XXI- Bill continua, sonriendo enérgicamente.
Está bien, más que extraño, piensa, sus ojos se ensanchan ante las palabras.
Mira a Tom con incredulidad, la comprensión arrastrándose lentamente hacia él mientras recuerda la tonta idea de viajar en el tiempo con la que Tom hubo llegado hace alrededor de un mes
Primero vino la idea, luego la desaparición en el parque, y ahora... ¿esto?
-Um, sí- Georg dice en respuesta, mirando a Tom, el cual simplemente se encoje de hombros con una sonrisa.
-Está bien, bueno, wow, mira la hora- Dice Tom, sacando su celular y mirando la pantalla –sí, mejor nos vamos-
Georg puede tomar una indirecta.
Asiente y dice casi cerca de una amenaza, mirando directamente a Tom- Sí, bien. Te hablaré después.-
Y con un simple adiós a Bill y un ademán, camina en la otra dirección.
Bill mira fijamente a Tom dudoso, su cabeza ladeada a hacia un lado como si pregunta por una explicación.
-¿Quién era ese, Sr. Kaulitz?-
-Georg, es sólo un amigo- Dice Tom, ya alejándose hacia la salida una vez más, no mintiendo acerca del hecho de que ellos deberían irse.
-¿Sólo un amigo?- Bill pregunta curioso.
Honestamente, no pudo evitar notar las enormes miradas que Georg envió a Tom, y estuvo un poco celoso.
Tom se detiene y se gira hacia Bill, una sonrisa bailando en sus labios.
-¿Está usted... celoso, Sr. Trümper?- Pregunta juguetonamente, riéndose entre dientes ligeramente.
Bill abre la boca.
-No estoy celoso ¡cómo se atreve tan siquiera a sugerir eso, Sr. Kaulitz!- Responde con tono ofendido.
Tom sacude su cabeza con asombro, amando el superficial puchero que aparece en el rostro de Bill junto con el ligero sonrojo que se desplaza a través de sus pálidas mejillas, dándoles un poco de color.
No importando la multitud de gente caminando de aquí a allá del centro comercial, o incluso la posibilidad de que alguien que conozca esté mirando, Tom se acerca y planta un sincero beso sobre los labios de Bill, el beso instantáneamente borrando toda duda que Bill pueda haber tenido, incluso por un segundo.
Se aleja sonriendo al ver las mejillas de Bill ahora de una sombra de rojo, claramente tomado por sorpresa.
¿Compartiendo un beso con otro muchacho en público?
Eso es un poco escandaloso en los registros de Bill.
-Tomi- Susurra Bill, el aire atorado en su garganta mientras mira directamente a los ojos de Tom, incapaz de controlar la sonrisa que se trepa en sus labios. Mirando a los ojos de Tom podría perderse para siempre.
Nadando por siempre en esos océanos de café avellana, sintiéndose justo en casa, un sentimiento que nunca sintió antes en su vida.
Tom sólo sonríe y toma la mano de Bill, llevándolo fuera del centro sin otra palabra, los dos caminando en el silencio de la noche para dirigirse a sus caminos separados.
Después de asegurarse que Bill llegó a casa a salvo, en su propia vestimenta y con ninguna traza del futuro en él, Tom finalmente regresa a casa del vació parque, terriblemente triste ante el vació que siente en su corazón después de que vio a Bill desaparecer del mismo poste en el suelo, viajando de regreso a casa con el simple jalón de una manija
¿Cómo una cosa así funciona?
Sólo el enorme hombre de allá arriba que tiene todas las respuestas puede decírtelo.
Atravesando la puerta principal con un pedazo de su corazón perdido, Tom pasea dentro de la casa con sus hombros caídos, no en el ánimo de lidiar con nadie, no incluso su propia familia.
Evita la sala y entra a la cocina, abriendo el refrigerado y sacando una lata helada de coca.
Él abre la tapadera, y toma un enorme trago antes de dejar lentamente la cocina.
Mientras deja la cocina y se dirige a la sala, algunas fortuitas y coloridas hojas dispersadas sobre la mesa del comedor llaman su atención.
Se detiene y mira las paginas, realizando que es algún tipo de árbol familiar.
Abajo, en el final, está su hermana, Ava, y él.
Extendiéndose de ellos viene sus padres, entonces sus abuelos, bisabuelos etc., etc.
Es un típico árbol familiar que regresa unas cuantas generaciones, suficiente para tener una idea de la familia.
-¿Te gusta?- Ava pregunta entrando al comedor con un pegamento, preparada para pegar los nombres y una cuantas fotografías en un tablero de cartón.
-¿para qué es?- Tom cuestiona tomando otro sorbo de su coca y quitando la lata de su boca.
Ava suelta un suspiro y sacude su cabeza, sus cabello rubio oscuro agitándose en el aire de la habitación mientras lo hace.
-Es para la unidad de historia familiar. Hiciste la misma cosa cuando estabas en segundo grado, de acuerdo con mamá. Ella dijo que recuerda haber sacado el mismo libro genealógico que la abuela le dio hace años, cuando tuviste que hacerlo ¿recuerdas?- Dijo Ava enojada, pegando su propio nombre al final del tablero, junto con su última foto escolar.
-Oh, sí, recuerdo eso- Dice Tom ligeramente, aunque siendo honestos, ha olvidado la mayoría de eso.
Camina un poco más cerca y le permite a sus ojos escanear el tablero.
Su latido acelerándose mientras su mirada cae sobre los últimos nombres enlistados en la parte superior de la página.
Árbol familiar Kaulitz-Trümper
-¿Kaulitz... T-Trümper?- Pregunta en un susurro, la pregunta realmente no dirigida a alguien más que al silencio de la casa.
La mirada de Eva se eleva para ver la cara de su hermano de un pálido fantasma.- Uh, sí, Kaulitz es el lado de papá, Trümper es el lado de mamá. ¿No me digas que olvidaste su nombre de soltera?- Ava dice rodando sus ojos, sorprendida de lo olvidadizo que es su hermano.
Ton no responde, y en cambio dando vueltas a la pila de nombres y fechas, quitando pedazos de papel con nombres escritos en ellos que son muy familiares a su mente.
James Trümper...
Bill Trümper...
Su corazón cesa de latir mientras sostiene el pedazo de papel en sus manos, el nombre escrito con las letras cursivas de su hermana mirándole casi de una manera siniestra.
Sudor comienza a salir de su cuerpo.
Su respiración atorada en su garganta, el aire muriendo en sus pulmones.
Su boca se vuelve tan seca como un desierto, su lengua secándose como un cactus.
Su mente se desconecta y colapsa en ese punto, volviéndose un peso muerto en su cabeza.
Tan rápido como el corazón de Tom dejo de latir, comienza a pulsar una vez más, latiendo en una anormal velocidad mientras mira el nombre en sus manos.
Bill Trümper...
Dios amado, dime que hay más de un Bill Trümper con un hermano llamado James Ruega así mismo, aunque sabe que las oportunidades son muy, muy pequeñas.
Y la fecha de nacimiento escrita debajo del nombre no ayuda mucho del todo.
Bill Trümper
N. Septiembre 1, 1890.
El color se desvanece de su cara y sus manos comienzan a temblar, y suelta el pedazo de papel.
La idea de estar relacionado con Bill lo golpea como un yunque cayendo del cielo, aplastándolo contra el suelo y rompiendo su corazón en un millón de pequeñísimas e irreparables piezas.
Pero entonces, otra fecha escrita en el pedazo de papel capta sus ojos y le hace olvidarse completamente acerca del la enferma idea de estar relacionados.
Lee la otra fecha y sus latidos se aceleran, muchos pensamientos volando en su mente mientras la fecha final le mira, como si se encontrara cara a cara con el horrorífico grim.
Bill Trümper
N. Septiembre 1, 1890.
M. Marzo 4, 1909.
Una fecha de muerte...
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Turn Back Time
Fanfiction¿Qué sucede cuando tu verdadero amor es de una época diferente? ¿Podrán a pesar de tiempo estar juntos? Autor: Izzap Traductor: Devi