6.- Are You Lost, Mr. Trümper?

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6.- Are You Lost, Mr. Trümper?

(¿Está Perdido, Sr. Trümper?)

*-*


-Háblame acerca de tu familia, Tomi- Bill suspira, su voz sonando con fatiga mientras bosteza y trata de cubrir su boca con la parte trasera de su mano. Tom sonríe, pensando que no tiene alternativa, siempre esta sonriendo cuando está cerca de Bill.

Los dos muchachos están descansando en la cama de Bill, cara contra cara mientras yacen sobre sus costados, sus manos dobladas debajo de sus rostros mientras pelean por mantener sus ojos abiertos, peleando contra su último día juntos antes de que Tom comience la escuela de nuevo.

Tom ha estado yendo y viniendo frecuentemente, aunque manejó mentirle a su madre acerca de dormir algunas noches en la casa de Georg, obviamente que no estuvo en ningún lugar cercano a Georg, o a su casa. Lo contrario, Tom ha estado escondiéndose 100 años en el pasado, permaneciendo con la hospitalidad de la familia Trümper. Los dos han estado volviéndose muy cercanos con los largos días que pasan juntos, caminando a través del pueblo y disfrutando de la compañía del otro mientras Bill se encarga de mostrarle a Tom todos esos pequeños bosques y laderas que no están muy lejos de la casa que no tiene ningún propósito para los ciudadanos, sin embargo son perfectos escondites para un beso secreto.

-¿Qué quieres saber?- Tom dice en un suave tono, la fatiga también notable en su voz ronca mientras acorta el hueco entre ellos y recorre con su mano un lado del rostro de Bill, descansando su tibia mano sobre la mejilla del muchacho.

-Hmm, ¿tienes hermanos, Tomi?- Bill pregunta, sus parpados cerrándose contra su voluntad.

Tom detiene una carcajada, pero sonríe ante el nuevo apodo que Bill a fijado rápidamente en él.

Dejando escapar un bostezo, responde – Tengo una hermana pequeña, no más grande que James-

-Hmm- Bill respira en respuesta, bastante audible mientras su respiración se vuelve larga, su pecho subiendo y bajando de manera que señala que se ha quedado dormido.

Tom suspira gentilmente, odiando tener que irse ahora, pero él tiene escuela mañana, necesita algo de descanso en su propia cama.

Acercándose, deja un beso en los suaves labios de Bill. –Dulces sueños- Dice en un mormullo mientras hace su camino fuera de la cama, tratando, lo mejor que puede, de no despertar a Bill.

Él lo logra y se cambia a sus ropas normales.
Dando una última mirada al muchacho durmiendo en la cama, sonríe y lentamente abre la puerta del dormitorio.

El pasillo está oscuro, pero está realmente acostumbrado a pasar a escondidas por el largo corredor en la mitad de la noche.
Hace su camino por las escaleras y sale por la puerta principal, tan enfocado en ser silencioso que no nota al muchacho de cabello muy oscuro deslizándose por el corredor detrás de él, mirándole curioso mientras lo sigue de puntillas, sus pies descalzos silenciados por el exótico tapete.

Tom se encuentra con la noche y corre a través de la hierba, comienza a detenerse ante el poste familiar en la tierra.
Coloca su mano alrededor de la manija como lo hace normalmente y echa una última mirada a la casa detrás de él.

Mientras tanto, Bill está caminando lentamente por el final del césped, hacia Tom; su cabeza ladeada hacia un lado mientras se pregunta que está haciendo Tom con el objeto que ha visto antes que su padre usa para extraer agua de la tierra.

Tom agita la manija, listo para regresar a casa cuando una voz llega a sus oídos.

-Tom ¿Qué estás haciendo...-

Gira su cabeza alrededor justo a tiempo para ver los grandes ojos de Bill mientras es llevado hacia el futuro, la escena de Bill y la casa de 1900 literalmente desapareciendo de su visión y reemplazada rápidamente por los arbustos muertos unas yardas más allá, la astillada mesa de picnic, y la hierba muerta debajo de sus pies.

Todo vuelve a su lugar mientras el viento muere y el silencio de la noche llena sus oídos.
Sus ojos agrandados lentamente vuelven a su tamaño normal mientras se hunde en la tierra, descansando contra el palo para sostenerse.

-¡Mierda!- Suelta en voz baja, ocultando su cabeza en sus manos para detener las lágrimas que amenazan por caer de sus ojos ante la imagen mental de Bill parado en la jardín en sus ropas de noche, una mirada de puro horror en su rostro mientras vio a Tom... desvanecerse, probablemente. Asumiendo que parecía como si sólo se desvaneciera, aunque él no está seguro de saberlo; él siempre ha sido el único haciendo la desaparición y eso. Quizás él se disuelve en miles de partículas o algo así; no lo sabe.

Tomando unos profundos respiros y prometiéndose a si mismo que Bill decidirá que fue sólo un sueño, se para y deja el parque, caminando, con las piernas temblando, de regreso a casa en el siglo XXI.

**

Como siempre, el primer día de regreso a clases después de una larga semana de vacaciones es muy cansada para todo estudiante. No importa cuánto descanso hayas logrado tener durante las vacaciones, aún estás muerto ese Lunes por la mañana, y la escuela entera es como un edificio lleno de zombies caminando.

Y para Tom, la mañana no es diferente.
Él camina de una clase a la otra en un tipo de neblina, soñando despierto frecuentemente durante el día y mirando fijamente afuera de la ventana desde sus varios salones de clases, la única vez que la naturaleza parece interesante.

Durango el 5to periodo, Tom está sentado en su escritorio en su clase de Culturas mundiales, su mejilla descansando en la palma de su mano y su boca ligeramente entreabierta, sus ojos enfocados sobre los carros que pasan zumbado en la calle principal enfrente de su escuela, su mente increíblemente lejos de lo que sea que el maestro esté hablando.

Un ruidoso claxon lo asusta y lo trae repentinamente de regreso a la realidad mientras se sienta derecho, parpadeando y cerrando la boca.

Tomando una mirada, en la intersección justo afuera de la escuela está el mismo carro que tocó el claxon, y logra ver la causa de los tardíos cláxones que le siguieron.

Intentando cruzar la calle está un joven muchacho, no mayor que Tom, con cabello negro, vestido en una rígida y blanca blusa y un par de pantalones cafés.

Para ser honestos, luce mucho como...

Los ojos de Tom se agrandan y rápidamente se levanta de su asiento, su silla chocando contra el escritorio detrás de él con un fuerte ruido metálico. Los ojos de sus compañeros y del maestro se giran a verlo, pero no parece notarlo.
Sin decir una sola palabra, toma su mochila y se precipita fuera de la clase, dejando detrás una habitación llena de preguntas.

En segundos, Tom está corriendo a toda velocidad por el vestíbulo, baja un tramo de escaleras y empujando, pasa las puertas principales de la escuela, encontrándose con la luz del día, a pesar de las llamadas de un par de prefectos.

Mira alrededor, y para su desánimo, ve el tráfico moviéndose pacífico otra vez.

Pero no muy lejos sigue parado el mismo muchacho, girando alrededor en círculos como un pequeño cachorro perdido.

-¿Está perdido, Sr. Trümper?- Tom grita a través de la distancia entre él y el desorientado humano.

El chico para de girar y concentra su atención directamente en Tom. Después tomando una fracción de segundo para que su mente pase de la confusión, una sonrisa de alivio llena su cara.

-¡Tomi!- El muchacho grita y corre a toda velocidad a través del césped de la escuela, una sonrisa entusiasta plasmada en sus labios.
Cruza la distancia y enlaza sus brazos alrededor de la espalda de Tom, ocultando su rostro en el pecho de Tom como si se escondiera del mundo cruel que lo rodea.

Tom enreda sus brazos alrededor de la cintura de Bill, cayendo naturalmente en su lugar mientras posa su cabeza sobre la cabeza del otro en una posición familiar. Deja un suave beso sobre la cabeza de Bill, aunque éste levanta su cabeza y silenciosamente pregunta por un beso, no preocupándose de donde están; él está asustado y un beso tranquilizador puede ser el remedio correcto para calmar sus nervios en un momento como este.

Tom lo complace, acercándose y uniendo sus labios con los de Bill en un suave beso, dejándole saber a Bill que todo está bien.

Después de separase, Bill vuelva a recargarse en el pecho de Tom, agarrándose a su cuerpo fuertemente.

-Bill... ¿Qué estás haciendo aquí?- Pregunta Tom después de un par de minutos, desilusión en su voz.
No hay manera de que él esté hablando con alguien nacido en... 1890 aquí, en el año 2008.
Imposible.

-¿Dónde estoy?- Es todo lo que Bill puede decir en respuesta.

Tom se ríe ligeramente, pensando la manera de decir la frase para que Bill no se espante totalmente, pero no la encuentra.

-Tomi. ¿Dónde estoy?- Bill repite una vez más, su voz mostrando que está casi a punto de llorar mientras permanece allí en los brazos de Tom, a pesar de la protección.

-No me creerías- Tom dice de manera suave.

-Estoy esperando creer cualquier cosa a este punto, Sr. Kaulitz- Bill replica, usando el apellido de Tom, mostrando que no está jugando acerca de eso ahora mismo.

Tom suspira ligeramente y dice con voz baja- Bien... esta es mi casa-

Bill se separa y mira a la cara a Tom y entonces al edificio detrás de ellos, obviamente azorado por las palabras de Tom.
-¿Vives aquí?- Pregunta curioso.

Tom mira hacia la escuela y entiende lo que está pensando Bill. Se ríe entre dientas y sacude su cabeza de forma negativa.
-No, eso no es lo que quiero decir. Digo... este es mi... tiempo- Dice suavemente, mirando a Bill a los ojos como si mirándolo fijamente hiciera que el muchacho entendiera.

Bill frunce sus cejas con confusión y pregunta- ¿Tú tiempo? ¿Qué quiere decir, Sr. Kaulitz? ¿Y qué son todos esos... esos ¡Oh! No sé que son, ¡pero juro que han tratado de matarme al menos veinte veces desde que llegué!-

Tom sonríe mientras mira a Bill divagar aquí y allá, señalando del camino a los carros, o trampas mortales como seguramente Bill los ve.

-Y nadie me ha ayudado, he preguntado pro direcciones y cosas así y todos ellos se han reído de mi como si fuera algún lunático quien ha perdido la cabeza. ¡Son demasiado rudos, también! Y más temprano, cuando...-

-Bill- Tom lo interrumpe.

-... cuando estaba caminando por allí, esa persona sólo...-

-¡Bill!-

Bill suspira y deja de hablar, girando su cabeza de regreso hacia Tom y lejos de la calle -¿Qué?-

-Bill, necesito que me escuches ¿está bien?-
Bill asiente silencioso, mordiendo su labio nerviosamente.
-Ahora esto va a sonar loco, pero necesito que tú... solamente me escuches hasta el final ¿de acuerdo?-
Bill asiente una vez más.

-Bill, esto...- Tom señala al mundo alrededor de él, moviendo sus manos mientras habla, aunque aún mantiene sus brazos asegurados alrededor de la cintura de Bill- Esto es todo un... Dios ¿cómo digo esto? Estás en un tiempo diferente, Bill. Un siglo diferente.-

-¿Un... un siglo diferente?- Bill tartamudea con duda, tomando un nervioso respiro de aire.

Tom asiente- sí.-

-Te refieres yo estoy- se detiene, su frente arrugada con incredulidad y confusión.

Tom sonríe ligeramente, pensando que está logrando que Bill le entienda, incluso si solamente es una mentira.
-Sí, estás en el futuro, Bill-

Hay una pausa, quizás para un efecto dramático, o quizás para que entienda, aunque en ambos casos el rostro de Bill palidece mientras las palabras hacen mella, la luz llegando a la realización.

-¡Eres uno de ellos!- Bill grita mientras se separa rápidamente del agarre de Tom.

-Whoa, whoa, whoa, espera Bill ¿qué?- Pregunta con prisa, sintiendo una repentina perdida mientras Bill se aleja de él, mirándolo como si lo perdiera.
Pero entonces otra vez, quizás Tom lo ha hecho.

-Usted eres uno de ellos. Es uno de esos conspiradores de viajes en el tiempo ¡¿no es así, Sr. Kaulitz?!- Bill pregunta, aún tomando unos cuantos pasos atrás.

-No, Bill, tienes que creerme ¡no estoy mintiendo!- Tom trata como respuesta, aunque la mirada en los ojos de Bill se rehúsa a hacerlo.

Bill sacude su cabeza mientras continua caminando hacia atrás, alejándose más y más de Tom con cada paso.
-No, no puede simplemente esperar que le crea, Sr. Kaulitz-

-Bill, por favor, no te estoy mintiendo- Tom casi implora.

-No- Bill repite tercamente, continuamente sacudiendo su cabeza con horror.

Un chirrido

-¡Bill!- Tom grita. Sus ojos estás abiertos con miedo mientras se abalanza, cerrando la distancia entre ellos mientras empuja a Bill al suelo, varios pies alejados de donde el muchacho estaba aún retrocediendo con escepticismo.

En su estado de duda, Bill había caminado hasta le filo de la banqueta y caminado en la calle, completamente ajeno a sus propios movimientos.

Ahora, los dos muchachos yacen sobre el pasto en el otro lado de la calle, Tom sobre Bill, su respiración corta y agitada.

-Muchachos locos, ¡miren por dónde demonios están caminando!- El conductor grita por la ventana del carro, enviando una enfadada mirada a los dos chicos sobre el suelo antes de arrancar de nuevo.

Bill, no dice nada, ni siquiera mira a Tom. Él sólo busca su camino fuera de debajo del chico de rastas y se sienta, atrayendo sus rodillas hacia su pecho.
-Eso hace veintiún atentados de muerte- Murmura muy bajito.

Tom no lo capta por un momento, hasta que recuerda una de las líneas incoherentes de Bill algunos momentos antes.
Y no puede evitar reírse.

-Ven aquí- dice Tom riéndose entre dientes, sentándose y acercándose hasta Bill, envolviendo sus brazos alrededor de él, a pesar de la resistencia.

Bill se queda rígido en los brazos de Tom, continuamente recordándose que no se deje llevar porque, después de todo, Tom puede estar loco.

-Necesitas mirar por donde caminas- Tom recomienda a Bill, ignorando el hecho de que Bill está retorciéndose para zafarse de su abrazo.

-¿Qué son esas... cosas?- Bill pregunta, encontrado que está bien, al menos, conversar con el muchacho loco.

Tom se ríe y se separa así que puede mirar a Bill.
-Esos, Sr. Trümper, son lo que nosotros llamamos carros-

-¿Carros?-

-Sí, carros- Tom confirma.

-¿Y para que se supone que sirven los carros?- Bill pregunta curiosamente, girando su cabeza para ver los supuestos carros pasar volando a velocidades insanas.

-Bueno, los usamos para movernos de lugar a lugar, en lugar de caminar todo el tiempo- Tom explica, agarrando la hierba alrededor de él, arrancando un montón de la tierra con sus puños.

-Oh...- Dice Bill inclinando su cabeza. -¿Qué diversión es esa? ¿Eso no estropea el disfrutar de largar caminatas y esas cosas?-

Tom ríe –La gente aún camina, sólo usamos los carros para largas distancia, como ir de ciudad a ciudad o de estado a estado-

-Oh- Dice Bill, no entendiendo totalmente, pero esperando captar el concepto.

Un momento de silencio pasa entre los dos, sin embargo una pregunta se desliza por la mente de Bill.

-¿Sr. Kaulitz?-

-¿Sí, Bill?- Pregunta Tom, quitando su vista de la hierba y encontrándose con la cara de Bill.

-¿Qué... qué año es este?- pregunta con tono inseguro, viendo aunque él no crea del todo en esto, pero es un poco curioso.

-2008, mi amigo, 2008- Tom responde con una carcajada, mirando los ojos de Bill agrandarse.

-¡2008!- Exclama.-¿y dices que no estás mintiendo, Tomi?-

Tom se relaja un poco, escuchando a Bill usar su nombre en lugar de su apellido. -¿Qué otra explicación tienes, Bill?-

Bill se calla un momento, sopesando la pregunta mientras mira a su alrededor, a los carros y los edificios, todo parece tan extraño ante sus ojos.

-¿Quizás estoy soñando?- Trata como respuesta.

Tom se ríe –Sin ofender, Bill, pero no creo que incluso tu brillante mente pudiera soñar con un mundo así-

Bill se encoje de hombros –Nunca sabes, Tomi-

Tom se levanta y se limpia las rodillas y por detrás, quitando la hierba, y extiende su mano, con la palma hacia arriba, hacia Bill.
-Ven- Dice invitándolo.

Bill mira fijamente la mano de Tom por un momento, viéndola como un tipo de invitación a este bizarro mundo, y se aferra fuertemente, suplicando por algún tipo de guía y protección.

Tom jala a Bill y ellos se mantienen frente a frente.
-Bien, antes que nada, vamos a darte algo de... ropa más apropiada- dice el rubio, ya caminando hacia algún lado.

Bill corre detrás de él, no queriendo ser dejado muy atrás. –Y exactamente ¿qué está mal con mi ropa, Sr. Kaulitz?-

Tom para de caminar y se gira para mirar a Bill, una sonrisa amistosa en su rostro. –Sr. Trümper, mírelo de esta forma. Si mis ropas son atroces para su tiempo, las suyas definitivamente son consideradas atroces hoy en día-

Bill se mofa de Tom, su boca abierta con ofensa. - ¿Suplico su perdón, Sr. Kaulitz?-

Tom sólo ser ríe y toma la mano de Bill en la suya, alejándolo de la escuela y cerca de la banqueta, lejos de los carros.

**

-Mira, trata estos- Dice Tom, sosteniendo un par de jeans y una ligera y más pequeña playera que la que trae, al muchacho quien está caminando alrededor de la habitación con enormes y curiosos ojos, tocando toda superficie como si caminara sobre la luna y no puede creer que no está hecha de queso.

Bill deja de recorrer con sus dedos sobre la laptop cerrada y se gira para mirar las ropas en las manos de Tom, sus ojos aún muy abiertos.

Bill mira fijamente a la playera y los jeans por un momento antes de tomarlos entre sus manos.
Las sostiene y las comparar con la vestimenta de Tom, forzando una sonrisa.

-Gracias.- Dice de forma suave, tratando de ser cortés, aunque odia la idea de vestir esas ropas.

Notando la timidez de Bill, Tom se gira para que el muchacho pueda cambiarse tranquilamente, dirigiendo su atención a mirar el sol a través de la ventana, completamente ignorando el hecho de que se ha escapado de la escuela.

-Entonces ¿Cómo terminaste aquí?- Tom pregunta, realizando que Bill aún no ha mencionado eso.

Bill suspira mientras remueve su blusa y sus pantalones, reemplazándolos con un par de limpios y acogedores jeans y una playera grande, agradeciendo que no sea tan enorme como la de Tom.

-Bueno, yo... como que te seguí la otra noche- Bill responde honestamente, jugando con el cierre de los jeans mientras lo mueve hacia arriba, los pantalones ajustándose alrededor de su abdomen mientras hace eso.

Tom se gira para ver a Bill titubeando con el botón de los jeans, su cabeza inclinada mientras sus dedos trabajan sobre él, no acostumbrados al grueso material de los vaqueros.

-¿me seguiste?- Tom pregunta, caminando hacia el muchacho de cabellos oscuros, alejando las manos de Bill, tomando su lugar y deslizando el botón a través del ojal sin ningún problema.

Bill le mira con una sonrisa de agradecimiento en su rostro, sonrojándose ligeramente ante las dificultades de hacer algo que luce tan simple de hacer para Tom.

-Sí, te seguí todo el camino hasta el jardín la última noche, y entonces, estabas parado allí con tu mano sobre ese poste o eso, y entonces tú...- Bill disminuye su voz, mirando a Tom con un poco de miedo en sus ojos ante el recuerdo.

-Yo ¿qué?-

-Tú... te desvaneciste, Tomi. Pensé que estaba soñando, y corrí hasta donde tú estabas, y comencé a jugar con la manija como te vi hacerlo, y antes de que supiera que estaba pasando, terminé aquí...- Bill explica, silenciándose mientras su visión se desenfoca mientras recuerda el parque con la hierba muerta y el terrorífico mundo que conoció.

Tom alarga la mano y ligeramente acaricia la mejilla de Bill, causando que el muchacho se sonroje ante sus movimientos.
-Hey, está bien, estás... estás a salvo ahora, Bill- Tom dice con voz suave, notando los ojos de Bill humedecerse en la luz del sol que se escurre a través de la ventana.

Bill solloza y cierra la distancia entre ellos, cayendo sobre el cuerpo de Tom con un golpe seco mientras se agarra por su querida vida, tratando de alejar todo el horror del que ha sido testigo en este extraño mundo; los carros, la gente ruda... todo es tan extraño.

Permanecen de esa forma por un par de minutos, escondiéndose en los brazos del otro, protegiéndose del mundo y lo más importante, del tiempo. Mientras permanecen allí, aferrados en el abrazo del otro, se protegen del tiempo, y no importa en cual periodo de tiempo estén, o cuantos años, décadas, o incluso siglos los separen.

Por ahora, estando en los brazos del otro, es todo lo que necesitan, a pesar de las preguntas que no tiene respuestas solidas.

De repente, una ruidosa canción de rap comienza a escucharse, llenando el silencio de la habitación y causando que Bill brinque fuera de los brazos de Tom, liberando un agudo chillido mientras lo hace.

Tom camina hacia el ruido y toma su celular del escritorio, abriéndolo después de checar la pantalla.
-¿hola?- pregunta- Oh, sí, ¿qué hubo, Georg?... Estoy en mi casa... sí, estoy algo distraído, y hay alguien de quien necesito cuidar... sí... No, no puedo hacerlo, lo siento... -Tom dice paseando lentamente mientras le habla a su amigo.

Bill observa con un poco de curiosidad, mirando fijamente el objeto que Tom está sosteniendo sobre su oreja, hablando como si estuviera conversando con alguien quien... no está en el cuarto. Arquea una ceja mientras camina cerca de Tom, sus ojos agrandándose mientras Tom continua caminando, aunque sus palabras no se relacionen con Bill del todo. Acercándose, concentra su atención sobre el objeto delgado y negro en la mano de Tom, inclinándose cerca y observándolo con curiosidad.

Tom se gira y casi choca con Bill, su narices pulgas lejos de la Bill y sus enormes ojos.
Se ríe antes de hablar de nuevo al teléfono.
-ah, sí, bien, tengo que correr, te hablaré luego... Mmhmm, sí, adiós.-

Tom aleja el celular de su oreja y termina la llamada, cerrándolo y sosteniéndolo en su mano mientras dirige su atención hacia el confundido Bill, tratando de no reírse ante la mirada de puro desconcierto en el rostro del chico.

-¿Qué... Q-qué es eso, Sr. Kaulitz?- Bill pregunta, moviendo sus ojos hacia abajo para observar el plástico negro que se ve entre los dedos de Tom.

Tom se ríe entre dientes, no sólo por la pregunta, si no más por el hecho de que Bill está usando un lenguaje tan apropiado vestido en nada más que una playera y jeans, haciendo que sus palabras suenen tan fuera de lugar.

-Esto es un teléfono, o celular, realmente- Dice, sosteniéndolo en la palma de su mano para que lo vea Bill.

Bill se acerca y lo empuja con su dedo índice, como si probara el agua antes de beberla, temeroso que le fuera a crecer dientes y lo muerda.

-Y ¿qué es... un teléfono?- Bill pregunta avergonzado, casi sintiéndose apenado por no saber la respuesta.

-Lo usas para hablar con la gente. Puedes tener una conversación como gente que está muy lejos, todo lo que tienes que hacer de presionar un par de botones mágicos, y estás conectado con tu amigo al otro lado de la línea.- Tom explica, sonriendo mientras mira a Bill tomar el teléfono es sus manos, lentamente abriéndolo la pantalla, sus ojos creciendo aún más grandes mientras la luz de la pantalla se prende, iluminando una imagen en frente de sus propios ojos.

No puede evitar la sonrisa que aparece en su rostro mientras ve a Bill tocar el teléfono como un niño pequeño viendo el océano por primera vez, completamente azorado por tener algo como eso al alcance.

Bill levanta la mirada del teléfono, una suave sonrisa sobre su rostro mientras regresa el objeto a Tom, mirando todo la habitación enormes ojos.

Girando una vez más, memorizando todo lo que hay a su alrededor mientras da una vuelta completa, dice con un voz muy baja, no más fuerte que un murmullo- Sr. Kaulitz, esto es tan... diferente-

Tom riéndose entre dientes, guarda el celular en su bolsillo, y mira directamente a los inocentes ojos de Bill.
Y con una de las más sinceras sonrisas adornando sus facciones, dice con voz entusiasta –No has visto nada aún-

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