4.- Aw, He Fell for Me

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4.- Aw, He Fell for Me

(Aw, Él se Cayó por Mí)

*-*


Bill abre la puerta cuidadosamente, abriéndola lentamente para no ser oídos. Indicándole a Tom con la cabeza que lo siguiera y permaneciera silencioso, los dos muchachos entran a la casa, caminando de puntillas todo el tiempo hasta que subieron las escaleras, la exuberante carpeta amortiguando sus pasos.

Los dos entraron en la habitación de Bill quién rebusca en el cajón superior de su vestidor, sacando el mismo par de pantalones y la vieja blusa que Tom había vestido la semana anterior.

-Ten, necesitas estos- Bill dice suavemente, extendiéndole la ropa a Tom mientras mira el actual traje del muchacho.

-Gracias- Responde Tom, tomando las ropas de Bill.

Sin tener modestia, Tom comienza a desvestirse allí, en medio de la habitación de Bill, no sintiéndose nada diferente a cuando estaba en el vestuario del gimnasio. No importa que vean, de todos modos todos tiene lo mismo.

Bill jadea mientras ve a Tom quitándose su larga playera sobre su cabeza, su cuerpo tonificado apareciendo ante su vista.
Se sonroja de mala manera, parpadeando rápidamente y mirando hacia otro lado.
Se dice a si mismo que mire a otro lado y trate de concentrarse en mirar la pared, pero no puede evitarlo y termina enviando miradas fugaces hacia Tom, a pesar de que ver los músculos del joven sólo le casusa sonrojarse de un oscuro color escarlata.

Después de que Tom está completamente vestido, Bill se gira hacia el muchacho y nota las ropas tiradas en el piso despreocupadamente.
Soltando un suspiro, camina y las levanta, doblando la playera y los jeans amablemente.

-¡Qué son estas... cosas?- Pregunta Bill curioso mientras dobla la playera de Tom sintiendo la tela y pasando sus dedos por el logo "Ecko" impreso en ella.

Tom levanta la mirada de los botones de su blusa para ver a Bill sosteniendo su playera y sonríe ligeramente, olvidando por un momento que cosas como esa no existen en este tiempo.

-Oh, Son ropas normales. Realmente, digo, de donde vengo son ropas normales- Tom dice, deslizando el botón superior de la blusa a través de su ojal.

-¿Y dónde es eso Sr. Kaulitz?- Bill pregunta con voz juguetona, mirando a Tom después de dejar la ropa doblada a los pies de su cama.

-Algún lugar muy lejano, es lo único que voy a decir por ahora- Tom responde con una pequeña y tímida sonrisa.

Bill sacude su cabeza con asombro y camina pasando a Tom hacia el vestíbulo. Gira su cabeza para ver sobre su hombro a Tom y levanta sus cejas de manera juguetona.

-¿Así qué quiere ser misterioso, Sr. Kaulitz?- Bill pregunta riéndose entre dientes, su voz baja y ronca.

Tom casi se derrite con el tono de Bill, sus palabras enviando escalofríos a través de su espalda y la mirada en los ojos de Bill...
¿Quizás en 1900 simplemente no conocen qué es seducción? Tom se pregunta a si mismo mientras deja salir una risa forzada.
-Exacto, Sr. Trümper-

-¡Wilhelm!-Una voz suena desde el piso de abajo, causando que uno de los muchachos brinque y el otro se encoja.

Sin pensarlo un segundo, Bill gira sobre sus talones y corre escaleras abajo, Tom siguiéndolo muy de cerca.
Pero Tom se detiene mientras Bill entra a la sala, notando que hay otras personas.

-Wilhelm, allí estás- La misma voz dice.

Tom mira desde afuera de la habitación, sus ojos mirando a hurtadillas desde el marco de madera la escena.

La voz pertenece a una mujer parada cerca de la ventana.
Está vestida en un largo vestido color crema que llega hasta el suelo, la falda llena de holanes.
Su cintura hundida muy distintiva, como si un corsé estuviera escondido debajo del vestido floreado.
Ella permanece derecha, su postura como la de Bill, perfectamente definida y pulida. Y su piel, impecable como la de su hijo es lo que nota primero Tom.

Honestamente, Tom está cautivado por como ella se parece a su hijo parado unos cuantos metros enfrente de ella.

-¿Sí, madre?- Bill pregunta, permaneciendo de pie mientras la mira a los ojos.

-Wilhelm, ¿quién es e-?

-Madre, por favor, recuerde lo que discutimos la otra noche, ¿acerca de cómo me gustaría ser llamado? Por favor, madre, Wilhelm es demasiado severo- Bill la interrumpe.

Su madre cierra los ojos por un par de segundos, soltando un profundo suspiro antes de continuar.
-Bill, ¿quién es ese muchacho con el que estabas hablando en el jardín?-

-El Sr. Kaulitz-

-Ese muchacho no es John Kaulitz o cualquiera de sus hijos- otra voz interrumpe, ahora Tom nota a un hombre de mediana edad sentado en una silla con posabrazos, un par de anteojos descansando sobre el puente de su nariz mientras baja un pedazo de papel de enfrente de su cara.

-Sí, padre. Ese no es John o ninguno de sus hijos. Él no está relacionado con esa familia Kaulitz- Bill continua sonriendo suavemente a sus padres.

-Entonces ¿quién es exactamente ese muchacho?- Su padre pregunta, descansando sobre su silla.

-Su nombre es Tom Kaulitz, él es ese hombre del que les he estado diciendo- Bill dice suave con una ligera sonrisa.

-oh, sí, ¡Tom, Tom, Tom, Tom, Tom!- Un joven voz dice, y Tom se da cuenta de James sentado en el piso junto a la silla de brazos, sentado en una posición donde la suficiente luz de sol entra a través de la ventana e ilumina los juguetes de madera en sus manos- Él es el muchacho del que Bill no ha parado de hablar. Tom esto, Tom eso, sí, sí, claro- James termina es un tono de disgusto, arremedando la voz de su hermano una octava más alta y un poco afeminado.

Bill abre la boca para objetar, pero su madre le gana.

-James, lenguaje- Advierte.

-Ahora, Wilhelm... digo Bill, tu hermano está prácticamente en lo correcto. Tú has estado hablando muy cariñosamente de este muchacho durante la semana pasada. ¿Qué sabes sobre él?- Su madre pregunta, agitando un abanico sobre su rostro para disipar el aire caliente de la habitación.

Bill se mueve de pie en pie, mirando al suelo y estrujando sus manos nerviosamente.
-No mucho, madre- Responde honestamente, su voz muy baja.

Su madre libera un suspiro y chasquea su lengua en desagrado.
-Wilhelm, sabes que no apruebo que socialices con extraños- Dice bruscamente.

-Madre, él no es un extraño- Bill reclama en vano, sabiendo que no puede ganar esta discusión.
Él realmente no sabe mucho sobre Tom, y ¿eso no lo califica como un extraño?

-Wilhelm-

-Madre, usted es siempre la que dice que deberíamos ser generosos con otros, el Sr. Kaulitz necesitaba un lugar donde quedarse así que yo le ofrecí uno. Hubieras hecho lo mismo.- Bill la interrumpe, hinchando sus mejillas.

La mujer se calla por un momento, atrapada por las palabras de su hijo. Después de todo, son verdad.

-No antes de que sepa más acerca de esa persona, Wilhelm. No abro mis puertas a ningún extraño- Ella refuta.

Bill no responde, sólo baja su cabeza con derrota.

-Me gustaría que aprendieras más acerca de este muchacho antes de que vayas vagabundeando por el pueblo con él, El podría ser un ag-

-Madre, él no es un agente de canvaceo. A lo mucho que sé- Bill habla.

Su madre frunce sus labios juntos antes de responder
-Sí, bueno, mejor asegúrate de eso, Wilhelm-

-Sí, madre-

Ella mira afuera de la ventana por un largo momento antes de decir – Puedes irte, Wilhelm-

Bill asiente su cabeza una vez y sale de la habitación hacia el vestíbulo, fuera de la vista de cada uno de los que están en la sala.
Él encara a Tom y le sonríe ligeramente.

-¿Escuchó todo eso, Sr. Kaulitz?- pregunta avergonzado.

Tom se encoge de hombros- un poco- miente.

Bill comienza a caminar hacia la parte trasera de la casa, esperando que Tom lo siga. Lo que él hace, aún como un cachorro siguiendo a su dueño.

Los dos muchachos salen por lo que parece ser la puerta trasera de la casa y emergen otra vez a la luz del sol.

-Siento mucho si escucho más de lo que debería- Dice Bill después de que ellos están bien adentro del jardín, caminando lado a lado. –Madre puede ser un poco... aprensiva a veces-

Tom se encoge de hombros y responde tranquilizadoramente –Todas las madres lo son-

-Ella está preocupada de que seas un Agente de canvaceo o alguna mala persona, como si estuvieras aquí sólo para saquear nuestra casa y dejarnos a todos esperando por la muerte – Bill dice riéndose entre dientes.

Tom se fuerza a reír, también.

-No es alguien como ellos, ¿verdad, Sr. Kaulitz? -Bill no puede dejar de preguntar para estar del lado seguro.

-Oh, no, nada como eso. Sólo soy un adolescente normal- Tom termina pobremente, preguntándose de dónde demonios está sacando tantas frases tontas.

-Hmm- dice Bill, un poderoso silencio cae sobre los dos mientras caminan alrededor del jardín trasero.
Ellos llegan a una banca en un área sombreada debajo de un gran árbol.
Bill toma asiento, indicando a Tom que haga lo mismo.
-¿De dónde exactamente es, Sr. Kaulitz?- Él pregunta después de unos minutos, las palabras de su madre guiándolo.

Tom deja escapar un suspiro y mira con los ojos entrecerrados hacia el sol.
-No me creerías-

Bill se ríe entre dientes y responde –Pruébeme, Sr. Misterioso-

Tom sacude su cabeza –No, en serio, Bill, no me creerías-

-Bueno, no puede ser peor que lo que James sugirió. Sé que no es un hombre forastero, entonces no puede ser tan malo amenos que usted sea...-

-Yo- Tom lo interrumpe, deteniendo a Bill.
Aunque él no continua.

-¿Usted qué, Tom?- Bill pregunta, alentando a Tom a que continué.

Tom deja salir otro suspiro y mira al suelo.
-Soy del futuro- Tom dice calladamente, su voz débil y no muy persuasiva del todo.

Brinca cuando escucha a Bill reír muy ruidosamente.
Tom mira a su lado para ver el cuerpo de Bill temblar de la risa, sus hombros sacudiéndose violentamente mientras jadea por aire, sus mejillas amontonándose arriba, sus ojos no más que dos finas líneas, y lágrimas comenzando a caer por las orillas de sus ojos.

-Oh, oh, oh mi Dios- Murmura mientras trata de retomar su compostura, toma un largo respiro y limpia sus ojos, una gran sonrisa aún plantada en su rostro, su adorable sonrisa brillando.

-¿Estás bien?- Tom pregunta, moviendo su mano en círculos en la espalda de Bill, incapaz de detener la risa que sale de su propio cuerpo.

Bill afirma y suelta un suspiro.
-Sí, sí, estoy bien- Responde después de un momento.

-Oh, mi Dios, Sr. Kaulitz- Bill continua, mirando directamente a Tom, sus profundos ojos café mirándose. –¿No me diga que es uno de esos conspiradores de viajes en el tiempo?-

Tom mira lejos, parpadeando un par de veces.
Por supuesto que él no me cree ¿quién lo haría?
Es una locura.
Estoy loco.

-Uh, no- Tom responde después de un momento, decidiendo que por ahora, una mentira blanca no podría hacer daño.

-Bien- Bill dice suavemente, mirando fuera del jardín. –Algunos de ellos están siendo enviados fuera del pueblo por ayuda. Están siendo etiquetados como locos, insanos, ya sabe, como si ellos hubieran perdido su sanidad. Los pobres hombres... algunos de ellos realmente claman haber viajado a través del tiempo- Bill dice con una risa.

Tom se ríe también, aunque no puede dejar de sentir una punzada de miedo.
-Sí, gente loca- Tom agrega muy bajito.

-Entonces, ¿de dónde es, realmente?- Pregunta Bill después de que algunos minutos de silencio pasan.

-Oh, de un pequeño pueblo no muy lejos de aquí- Dice suavemente.

-Oh, está bien.- Dice Bill, no sintiendo la necesidad de presionar más. Tom es un buen muchacho, puede sentirlo.

**

-¿Estás seguro que deberías estar allá arriba?- Tom pregunta con voz temblorosa mientras mira hacia las ramas del árbol, sus ojos siguiendo a Bill en la copa del árbol mientras él permanece en el tronco, en guardia en caso de que algo malo pase y necesite interrumpir la caída de alguien.

Es un soleado día de mediados de Abril, y Tom está de regreso en 1900 otra vez.
A estado viniendo y yendo una vez a la semana, dejándose venir en visitas los fines de semana mientras dice que está en alguna tonta convención de música con algunos amigos, realmente está tomando un corto viaje a través del tiempo.

Georg todavía está escéptico acerca de todo esto, aunque estaba comenzando a creer más en Tom cada vez que lo veía desaparecer mientras permanecía de pie en la pipa del parque.

Para Bill, bueno, él está bajo la impresión de que Tom se va para ir a casa y regresar al pueblo el próximo fin de semana para pasar un día juntos.
¿Por qué?
No está seguro, pero su amistad está creciendo y Bill no tiene muchos amigos en primer lugar.

Bueno, está bien, honestamente él desea que hubiera algo más que una amistad, pero sabe que sueños como esos son sólo tonterías.

Bill nunca se ha visto atraído por el género femenino.
Seguro, ha visto algunas hermosas mujeres, pero ni una sólo muchacha o mujer ha tenido el efecto sobre su corazón que algunos de los caballeros proclaman.

Está completamente consciente de sus sentimientos, y como son diferentes de los normales, pero él no puede reconocer eso.
No, no está permitido.
Él probablemente sería deshonrado, un pensamiento que nunca quiera sentir.

Y teniendo 17, una edad temprana, sus padres han tratado de casarlo un par de veces.
Para la sorpresa de sus padres, él ha rechazado cada rica y hermosa joven mujer.

Mientras tanto, su corazón está ocupado deseando a alguien más, un particular chico de rastas para ser más específico.

Cada vez que ve el familiar y atroz cabello y ropa aparecer en su jardín, parece que a su corazón le crecen alas y revolotea en su pecho, haciéndole difícil de permanecer equilibrado mientras trata de mantenerse quieto y no salir y atacar al muchacho.

-Bill ¿estás bien allá arriba?- La voz de Tom vuela con el viento y alcanza los oídos de Bill mientras se agarra a una de las ramas de alguno de los enormes árboles afuera de su casa.

Él mira hacia abajo y sus ojos caen inmediatamente sobre Tom parado debajo de él. Tom está parado ahí, mirando directamente a Bill, una mirada de preocupación acompañando su cara.

Está bien, la rama sobre la que está Bill no está tan alta, pero aún dejaría una herida si perdiera de vista su agarre y cayera al suelo.

-Sí, Tom, estoy bien.- Grita en respuesta.

Él mira unos pies delante de él y ve su meta: la cometa de James.

Con manos temblorosas, se arrastra por la rama, sus ropas enganchándose en la corteza, pero lo ignora.
Él ya está ahí arriba, sería sin sentido regresar al suelo sin la cometa.

Una vez acortada la distancia, alcanza con su mano izquierda y libera al comenta del árbol, estirando la cola fuera de un nudo de hojas y ramitas.

La cometa cae al suelo en segundos y Bill mira a James correr hacia ella y levantarla, una enorme sonrisa en el rostro del joven niño mientras corre alrededor del jardín con la cometa, dejándola ir y tratando de que se mantenga en el aire a pesar de la pobre corriente de aire.

Quitando los ojos de James, su mirada cae en Tom debajo de él.

-Y ahora ¿qué va a hacer, Sr. Trümper?- Tom pregunta riendo entre dientes, hablando en uno de sus mejores acentos foráneos, de la forma que ve que hablan en las películas de la época.

Bill sólo se ríe de la ridícula voz de su amigo.
¿A quién está tratando de impresionar, de todas maneras?

-Bueno, Planeo bajar, Sr. Kaulitz- Bill responde con una obvia sonrisa.

-¿Y cómo exactamente va a hacer eso?-

Bill mira alrededor y de nuevo al suelo, un sentimiento llenando la punta de su estómago ante el repentino miedo a las alturas que parece llenarlo. No le responde a Tom, pero comienza a moverse a lo largo de la rama hacia el tronco del árbol, sus brazos temblando todo el tiempo.

Antes de saber que sucedía, sus pies se deslizan, su mano se resbala y él está cayendo libremente en el aire, dejando salir un grito afeminado.

Cierra sus ojos con miedo de golpear el suelo y está sorprendido de sentir su espalda descansar sobre dos estructuras huesudas en lugar de la solida tierra.
Abre sus párpados para encontrarse a si mismo mirando un par de similares ojos café.

Bill deja que sus ojos recorran el rostro de su salvador, eludiendo los rasgos y enfocándose en la ligera sonrisa en los labios del muchacho.

Su corazón late más rápido que cuando estaba cayendo y se obliga a mirar lejos de los labios de Tom.

-¿Está bien, Sr. Trümper?- Tom pregunta con voz amable, pero juguetona.
Ama actuar como si realmente fuera de este siglo, llamando a su amigo por su apellido en lugar de su primer nombre.
Le hace sentir... auténtico.

Bill afirma, sus mejillas sonrojándose mientras mira a Tom detenidamente, mordiendo su labio mientras trata de calmar su acelerado corazón.
Su corazón siempre parece latir con cada pequeño trozo de esperanza.

-Sí, Estoy... a salvo ahora, Sr. Kaulitz, gracias- Bill dice suavemente, sus ojos ausentemente recorriendo el rostro de Tom otra vez.

-Bien- Tom dice con suavidad.
Sonríe, sus ojos recorriendo la cara de Bill y sus facciones, su propio corazón parece tener mente propia mientras mantiene a Bill seguro en sus brazos, recordando la manera en que un novio cargaría a la novia.

Un minuto pasa y ambos no hacen nada más que estudiar la cara del otro, como si quisieran leer al otro.

-Tom, puede bajarme ahora-Bill dice débilmente después de un tiempo, mirando lejos de Tom y en su lugar, alrededor del jardín.

-Oh, sí, cierto, cierto- Tom responde en un tono apresurado, inmediatamente poniendo a Bill de pie en el suelo y soltando su cuerpo.

Bill se pone de pie y arregla su ropa, tirando de su blusa y limpiando unas cuantas manchas inexistentes de suciedad aquí y allá.
Sonríe a Tom, sus labios suaves y su sonrisa sincera.

-Gracias por... cacharme- Dice quedamente.

Tom sonríe de regreso, y responde con una risa- Cuando quieras-
Aw, se cayó por mí, Tom piensa clásicamente, tratando de esconder su sonrisa.

Después de unos momentos, Bill aclara su garganta y pregunta cortésmente -¿le gustaría quedarse a cenar, Sr. Kaulitz?-

Tom mira el cielo, notando que el sol está cayendo lentamente y sabiendo que pronto se esconderá más allá del horizonte, escondiéndose para dormir.

-Lo siento. Me encantaría, pero mi madre puede flipar si no llego a casa temprano esta noche- Dice, usando a su mamá como una excusa.

-ah, está bien- Bill responde suavemente, aún aturdido por el extraño uso del lenguaje de este muchacho ¿Flipar? ¿Qué significa eso?

Y como si fuera acuerdo, la voz de la madre de Bill suena atravesando el jardín -¡James! ¡Wilhelm! ¡Tiempo de lavarse para la cena!-

Bill mira a la casa y de nuevo a Tom, una ligera sonrisa tironeando de sus labios.
-Bueno, debería irme- Dice con un profundo suspiro, odiando el pensamiento de apartarse de Tom tan temprano -¿volverá de visita pronto, Tom?-

-Tom sonríe y asiente con la cabeza –Claro-

Bill sonríe y se acerca, dejando el más pequeño de los besitos en la mejilla de Tom, sus labios rozando la suave piel muy ligeramente.

-Gracias otra vez por atraparme- Dice después de separarse.
Sin otra palabra, se gira y camina hacia la casa Trümper.

**

Tom entra a la casa Kaulitz momentos después, su corazón aún saltando mientras recuerda la sensación de los labios de Bill rozando su mejilla en un gracias. Se siente sonriendo como un tonto mientras camina en la sala, completamente ignorante de su alrededor.

-¿Tom?-

Él escapa de sus pensamientos y gira a su izquierda para mirar a su joven hermana, Ava, sentada sobre el sillón, con una revista para niños en sus manos.

-¿hmm?- Pregunta, sólo reconociendo su existencia con un gruñido.

Él la mira mirarlo a él, sus ojos revisando su cuerpo desde la cabeza a los pies, siguiendo por un arqueó de una de sus cejas.

-¿qué puñeteras estás vistiendo?- Pregunta ella, incapaz de contener una risa tonta escapar mientras mira fijamente a su hermano mayor.

-¿Huh?- Tom pregunta antes de mirarse el cuerpo.
Sus ojos se ensanchan al realizar que aún está vistiendo la ropa extra de Bill.
-Oh, ¡maldición!- Grita antes de desaparecer escaleras arriba hacia su cuarto, listo para morir de vergüenza y estupidez.

**

Mientras un muchacho se quedo dormido esa noche con preocupación pintada en su rostro, sus pensamientos nadando con la preocupación de qué le puede pasar a su ropa estando en una casa en un tiempo diferente, el otro muchacho se quedó dormido completamente contento.

Bill Trümper se tumbó sobre su cama esa noche, arropado seguro debajo de sus cobijas con una ligera sonrisa en su rostro.

En lugar de abrazar su edredón ligeramente, él estaba sosteniendo una playera del siglo XXI, el suave material frotándose contra su mejilla mientras se acomodaba para la noche.

Se quedó dormido con un momento del futuro entre sus manos, y la esencia de Tom Kaulitz llenando su nariz con cada respiro poco profundo que tomaba.

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