17.- Dreams & a Surprise
(Sueños y una Sorpresa)
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La noche está cayendo rápidamente, el cielo oscureciendo y las estrellas comenzando a titilar y brillar como diamantes contra el casi negro fondo de un cielo. El anochecer hace tiempo que paso y las familias con sus pequeños se han metido por la tarde, cerrando sus puertas y cerrando las cortinas mientras se preparan para la noche e ir a la cama.
Aunque para alguno esta hora de la noche señala el tiempo para el descanso, para otros el día apenas comienza.
Hay algunos que viven por la noche; esperando en las sombras y la privacidad que el anochecer les otorga. En la oscuridad de la noche no tienen miedo de ser atrapados a la luz del día. Los ojos de aquellos a quienes temen están atrapados bajo el sueño, enredados entre las sábanas y dándoles espacio libre a través de la protectora oscuridad.
Un muchacho de rastas espera cerca la puerta de su cuarto, encorvado con sus rodillas cerca de su pecho y su oído presionado suavemente contra la puerta mientras escucha los pasos amortiguados de su madre sobre la carpeta del pasillo mientras hace su rutina nocturna.
Las luces en su habitación están apagadas, dándole a cualquiera que pase la ilusión de que el ya está metido en su cama, a medio camino del sueño. Pero al contrario que otros niños de su edad, él es uno de esos raros que viven para la noche.
A esta hora, cuando la oscura sábana de la noche ha caído sobre las casas y pueblos y ambas, su madre y hermana, han sido llevadas a la tierra de los sueños, aquella que le garantiza su acceso a su propia libertad.
Con el suave clic de la puerta del cuarto de su madre cerrándose, espera unos pocos minutos antes de encontrar lo suficiente seguro abrir su propia puerta y caminar de puntitas por las escaleras, moviéndose casi con total perfección para evitar la mayoría de los escalones chirriantes que ha aprendido a memorizar su exacta posición.
Hace su camino por las escaleras, rápido y calladamente, y entonces cruza la puerta frontal.
La cierra detrás de él, y se asegura de dejarla cerrada de la manera en que su madre la deja.
Nunca tomando una mirada atrás hacia su casa, desciende los pocos escalones del porche, saltando el número dos, y se escurre por el jardín en una dirección familiar.
Está no es la primera vez que ha hecho este tipo de escape a las tempranas horas de la noche.
Él ha estado tomando este camino cuando lo ha necesitado por casi tres o cuatro meses ya. Y no importa los riesgos que tenga que tomar dejando su casa a está hora, o incluso la falta de sueño que se está infligiendo a sí mismo, el precio al final siempre merece la batalla.
Ya voy Bill, piensa para sí mismo mientras mira hacia la derecha e izquierda antes de correr por la calle pobremente iluminada.
Si le hubieran hecho la ligera propuesta a Tom un año antes de que justo ahora estaría terriblemente enamorado de pies a cabeza de un hermoso muchacho de 1908, les diría que son unos malditos lunáticos. Pero a veces, la vida no siempre se mueve por el camino que tú esperas.
Y por lo menos, este futuro no era esperado de ninguna manera por Tom.
Corriendo rápidamente las últimas yardas hacia la sucia y oscura parte del parque, el lugar al que realmente nadie va más por lo feo que está, él puede sentir a su corazón latir fuertemente y no por todo lo que ha corrido, pero si por lo que está esperado por él al final del la línea.
Se sonríe a sí mismo ante el pensamiento
Bill.
Su Bill.
Su... amor.
Siente un ligero rubor subiendo por su cuello, su corazón se remueve gustoso ante esa realización.
Ama a Bill, no hay forma de negar eso. Y parece que cada visita sorpresa que tiene con él se hace más intensa que la anterior, sólo haciéndolo más ansioso de regresar con su creciente curiosidad.
Llegando al punto usual en el parque, sonríe mientras sus ojos caen en la vieja y olvidada bomba de agua.
Trota el resto de su camino y se detiene justo en frente de ella, permitiendo a su cuerpo un minuto para calmarse después de la carrera. Pone su respiración bajo control antes de colocar un dedo sobre el ligeramente rustico objeto que está frente a él.
Con una última imagen de la sonriente cara de Bill flotando en su mente, envuelve con sus dedos la manija, enredándolos de la misma manera que su mano está ahora acostumbrada. Sonríe y agita la manija como siempre lo hace, esperando el extraño, pero usual, golpe de viento que crece a su alrededor.
El mundo se queda quieto.
Levanta su cabeza y mira su alrededor.
El parque es el mismo viejo y podrido lugar que es en su hogar.
No hay una anormal y enorme ráfaga de viento, sólo la ligera briza nocturna de finales de primavera.
Se ríe tranquilizadoramente y sacude su cabeza ante su propia estupidez, sabiendo que de seguro no movió la manija lo suficiente.
Diciéndose a si mismo que no se asuste, regresa su agarre alrededor de la manija, sosteniéndola un poco más fuerte que antes.
Reteniendo el aliento, agita la manilla una vez más, moviéndola violentamente mientras todo se queda igual otra vez.
-¿Qué carajos?- Le pregunta al mundo a su alrededor mientras toma un paso hacia atrás de la pipa de agua. La mira, frunciendo la frente, y entonces mira alrededor una vez más, esperando, rogando, que la enorme casa Trümper aparezca mágicamente enfrente de él.
Pero la desolada área llena de hierba se queda en su lugar.
Traga con dificultad y mira de nuevo a la pipa, la mirada de odio desvanecida mientras la alarma y la preocupación se apodera de sus facciones.
-No, no puede ser...-susurra, sacudiendo su cabeza con incredulidad mientras se acerca ala bomba de agua una vez más.
Agarra la manija con toda su fuerza y tira de ella con todo su poder, silenciosamente rogando por que funcione. Piensa en la primera vez que jugó con ese pedazo de mierda y recuerda haberla golpeado para hacerla funcionar.
Patea la base de la pipa en vano.
Él jala y golpea y empuja y sacude, pero el mundo sigue igual. La noche permanece extrañamente silenciosa a su alrededor, sólo rota de vez en cuando por el distante sonido de un carro conducido por un errante nocturno. Un claxon suena a la distancia, sirviendo como un recordatorio burlón de que no está funcionando; aún está en el 2008.
Maldice por lo bajo y patea la pipa una última vez, el sonido reproduciéndose con un sonido metálico que sólo semi refleja la cantidad de dolor que le recorre desde el pie hasta la pierna.
-Joder, no, ¡funciona pedazo de porquería!- Susurra con voz exasperada, casi desesperada mientras tira una vez más.
Pero esta vez se rehúsa a moverse en cualquier dirección excepto hacia delante.
Sobresaltado por un ruido muy agudo de la vieja bomba, libera la manija y se retira precautoriamente.
La pipa regresa rápidamente a su posición normal, la manija relajándose mientras un inservible goteo de oscuro barro que solía ser agua cae desde el pico hacia el piso.
-Esto no puede estar pasando...-
Cae al suelo, trayendo sus rodillas hacia su pecho mientras mira fijamente la bomba de agua con ojos enormes. Su garganta se cierra y un extraño sentimiento de lágrimas comienza a picar en sus ojos de una manera burlona, amenazando con caer en cualquier momento.
-No, no, no, no, no- Murmura por lo bajo, sacudiendo su cabeza de lado a lado en un intento inservible de borrar la realidad a su alrededor. Agacha su cabeza para dejarla descansar sobre sus brazos, escondiéndose en el refugio de sus brazos y rodillas mientras se sienta ahí, acurrucado en el suelo, cerrando sus ojos fuertemente como si esto fuera un juego de las escondidas.
Él permanece en esa posición por un buen par de minutos, murmurando obscenidades.
Levantando su cabeza de la comodidad de sus brazos, mira directamente frente a él a la pipa, mirándola con los ojos entrecerrados a punto de llorar. Su respiración profunda, el aire pasando por sus fosas y sonando como si alguien tratara de calmar sus lágrimas con ligeros sollozos. Pasa un ya de por si húmedo antebrazo sobre sus ojos.
El sentimiento de determinación comienza a formarse en la punta de su estomago mientras mira la burlona pipa esa unos pies a lo lejos.
El sentimiento se intensifica, la adrenalina bombeando por su sistema mientras piensa en el pasado y la posibilidad de nunca volver a ver a Bill. Aprieta su mandíbula ante la posibilidad, cierra sus puños apretándolos y se rehúsa a alejarse.
Sin decir una sola palabra se levanta de nuevo y mira la pipa como un enemigo preparándose para atacar.
No encontrando otra alternativa, corre hacia la bomba, la agarra y jala con toda la fuerza que puede tener, olvidándose que esa misma acción falló minutos antes. Él jala y patea y deja escapar un sollozo de frustración, sus ojos cerrándose en su propia miseria.
-¡No!- Grita y abre sus ojos.
Se paraliza.
No está más en el parque.
Relaja sus tensos músculos, encontrando sus uñas enterradas en las palmas de sus manos. Mira a su alrededor, sentándose, y mira su oscura habitación con ojos confundidos.
Su respiración es pesada y su corazón se siente como si latiera en su cabeza en lugar de su pecho. Sus rastas con un completo caos, las sábanas de su cama están pegadas a su pecho desnudo con una copa de sudor, e inmediatamente se las quita y las avienta al lado de su cama.
Traga con dificultad, mirando de nuevo su habitación antes de mirar sus manos para encontrar las marcas de donde se estuvo agarrando tan fuerte. Respira lento y profundo, tratando de calmar su acelerado corazón, pero no tiene caso.
Descansando su espalda contra la cabecera de la cama, deja su cabeza caer hacia atrás, sus ojos cerrándose mientras deja que el latido de su corazón regrese a la normalidad, y sus superficiales y rápidas respiraciones se ralenticen a intervalos razonables.
-Oh mi Dios- Susurra, su voz saliendo de sus labios hacia el silencio de la habitación sólo para morir en la quietud.
Un escalofrío recorre su columna mientras el sueño se vuelve a repetir en su mente, y un extraño sentimiento se posa en la punta de su estómago.
Es casi un enfermizo sentimiento, como echar un vistazo en la realidad y ver que tan insano es todo este concepto de viaje en el tiempo.
Y cuanto más piensa en las posibilidades de quedarse atrapado en un lado del tiempo, separado de Bill, el sentimiento se intensifica y se coloca en cada recoveco de sus pensamientos.
De sólo pensarlo, su corazón comienza a doler con los interminables ¿y si?, y en minutos se encuentra a si mismo brincando de la cama, poniéndose un par de pantalones y una playera antes de bajar corriendo los escalones y atravesar la puerta principal, importándole un comino si es demasiado ruidoso y despierta a todo el maldito vecindario.
Dejando que la puerta se cierre de un portazo contra el marco, literalmente brinca los escalones de la entrada y arranca en una carrera derecho al parque. Sus pantalones se están cayendo de su agarre mientras corre y su playera está hacia atrás, desaliñada por la mala manera en que se vistió, pero nada de eso importa a este punto.
Y mientras corre desesperado por en medio de la medio iluminada calle, tan parecido a sus sueño, con el sonido de sus tennis golpeando fuertemente contra el asfalto resonando en la silenciosa noche, su mente sólo está enfocada en una cosa y sólo en una sola cosa: Bill.
**
Bill se remueve en su sueño, arrugando la frente inconscientemente mientras se gira sobre su costado, su oído enfocándose en un pequeño golpeteo que se está volviendo fastidioso a este punto. Al principio asumió que sería un pequeño animal moviéndose por la noche, o incluso la rama de un árbol golpeando contra la ventana por el fuerte aire que ha permanecido toda la tarde. Pero el sonido persiste interminablemente, no puede simplemente ignorar ese fastidioso sonido más tiempo.
Abre un ojo para encontrar la oscuridad de su habitación, los objetos y decoración delineados por las sombras creadas por la luz de la luna. La sombre de la rama de un árbol baila a través del piso mientras una ráfaga de aire atraviesa la noche.
Por un segundo se pregunta si ha sido sólo su imaginación ese sonido mientras parece cesar desde que abrió sus ojos, pero ¡ay!, ese bendito y horrible sonido regresa una vez más, haciendo que Bill se tense entre sus sábanas.
Es un ligero sonido, no más fuerte que un guijarro contra el vidrio, pero lo que sea, no va a parar.
Golpea otra vez y Bill trata de seguir el sonido con sus oídos, su visión siguiéndole de cerca y terminar por mirar directamente a la ventana. Hay un silencio por un minuto mientras mira a la oscuridad, nada más que sombras tambaleándose con la luz de la luna, sólo para ser roto por otro golpeteo y un objeto siendo aventado contra su ventana.
Casi inmediatamente sale de su trance y camina la distancia de su cama a la ventana, ni siquiera preocupándose en mirar al suelo para ver la causa de la interrupción de su sueño antes de abrir la ventana con un cansado movimiento.
-Ruego su perdón, ¿pero tiene idea de que hora de la noche es? Y por todos los cielos ¿qué está haciendo?- Sisea a su incordio, tratando de permanecer lo más callado para no despertar al resto de la casa. Pero mientras se recarga contra la ventana unas pulgadas para echarle un vistazo al canalla ese, sus ojos se encuentran con nada más que el vació jardín debajo. –Oh, ¿Ahora se está escondiendo?- Sisea de regreso a través de sus dientes apretados.
Hay un susurro de hojas y un cuerpo sale de entre los arbustos al lado de la casa, moviéndose precautoriamente.
-¡Tom!- Bill grita en sus susurro, casi olvidando contralar su voz ante la vista del chico de rastas parado en su jardín, mirándole con una ladeada e innecesaria sonrisa -¿Qué estás haciendo aquí?-
-Necesitaba verte- Repica suavemente.
El corazón de Bill late con fuerza ante las palabras, aunque no puede evitar preguntar -¿Esto no podía esperar hasta mañana?-
-No. ¿Puedo subir?-
Bill se muerde el labio inferior y mira sobre su hombro hacia su habitación, más pensando en sus padres dormidos atravesando la estancia. Regresa su mirada hacia la ventana y dice muy calladamente –No tengo una enrejada para que subas, me temo-
Tom ser ríe ligeramente desde abajo, sacudiendo su cabeza ante la idea -¿puedo escabullirme por la puerta principal?- Pregunta suavemente, sus manos en sus bolsillos y la esperanza en sus ojos.
-Sólo si puedes ser callado. No quiero despertar a Madre y Padre- Bill dice y desaparece de la ventana antes que Tom tenga una chance de responder, por lo que el de rastas corre hacia el frente de la casa. En cuestión de minutos hay un ligero chirrido de una bisagra mientras la puerta de enfrente de la Casa Trümper se abre para revelar la entrada principal.
Está muy oscuro y Tom entra rápida y calladamente, quitándose sus zapatos para caminar de puntillas por el piso.
-¿Bill?- susurra mientras entra a la casa y cierra la puerta tan calladamente como le es posible sólo para encontrarse a sí mismo en el vestíbulo principal.
Él es respondido por una sombra ascendiendo las oscuras escaleras. Se sonríe y sigue la sombra, tomando dos escalones a la vez y reteniendo su aliento hasta que está en la seguridad de la habitación de Bill, la puerta cerrada detrás de ellos.
La habitación está a oscuras, sólo ligeramente iluminada por el resplandor de la luna escurriéndose desde el cielo nocturno a través de la ventana aún abierta.
-¿Qué estás haciendo aquí?- La sombra que Tom sólo puede asumir que es Bill pregunta en un curioso murmullo.
Tom no puede encontrar su voz tan rápido así que acorta la distancia entre ellos y enreda sus brazos alrededor de la forma de Bill en un fuerte y amoroso abrazo. Lo sostiene por un minuto o casi, su cabeza descansado al lado de la de Bill mientras agradece a todas las deidades ahí afuera por darle la oportunidad de regresar una vez más, al contrario de su sueño.
Tiembla ante el recuerdo, se sintió tan real, que no puede evitar sentirse más que un poco traumado.
-¿Qué sucede?- Bill pregunta suavemente, dándose cuenta que algo va mal por el tipo de abrazo que Tom le está dando.
Respira profundamente, el aire sonando audiblemente mientras pasa por sus fosas nasales y se atora en su garganta sobre un montón de lágrimas amenazando con salir si sigue pensando en ese sueño –Tuve un sueño realmente malo- Tom susurra con voz temblorosa, apretando sus brazos alrededor de Bill –Yo estaba viniendo a verte y entonces esa... bendita pipa o portal del tiempo o lo que sea que sea... Dios ¡no sé! ¡No funcionaba! No era más que un viejo y odioso pedazo de mierda abandonada en el parque... yo... tú... No podía llegar a ti...- Termina sin aliento, su voz no más que un murmullo.
Bill abraza fuertemente a Tom de regreso antes de separase lo suficiente para mirar ese rostro, sus brazos aún alrededor del otro.
Estudia la cara de Tom en la oscuridad, las sombras haciendo difícil ver las casi invisibles lágrimas que siguen cayendo de sus ojos, pero logra ver un solitario río brillando en la temblorosa luz de la luna mientras viaja por la mejilla de Tom.
Alcanzándolo con una temblorosa mano, Bill toca con sus dedos la mejilla de Tom, las suaves yemas de sus dedos entrando en contacto directamente con el fluido salado fluyendo de sus ojos –Tomi- comienza con un triste murmullo –Sólo fue un sueño, Tomi.
-Lo sé- responde, aunque no hay una pisca de honestidad en esa respuesta –lo sé- dice otra vez como si tranquilizara a su propia mente mientras lleva una mano hacia su cara. Toma la mano de Bill y detiene sus movimientos, enredando sus dedos alrededor de la delicada mano de muchacho. Atrae la mano a sus labios y coloca un suave beso sobre los curveados dedos, sus labios rozando contra la piel con nada más que amor y cuidado –lo sé- dice una vez más –Pero... nunca quiero perderte, no así al menos.
Bill se tensa ante la mención de perdida. Tom le prometió que nunca lo perdería. Nunca. Pero ¿qué podría hacer Tom si no puede llegar a él?
Los ojos de Bill se mueven a otra parte de la habitación, lejos de Tom, mientras sus pensamiento se entierran en su mente, construyendo una nueva y enorme pared de preocupación dentro de él. Nunca pensó en ser separado de Tom por algo tan tonto como una bomba de agua, pero de nuevo, no es la bomba lo que importa. Es todas las fuerzas del tiempo y el milagroso mundo que va junta a ella.
¿Separados por Madre?
Sí, eso piensa es posible.
¿Separados por el tiempo?
Nunca lo ha considerado antes.
Pero a pesar de la locura de la creencia de los viajes en el tiempo, y como antes de conocer a Tom pensaba que esa gente que clamaba haber viajado en el tiempo no eran nada más que locos, nunca pensó en el tiempo como un antagonista en su vida.
Sintiendo a Tom colocar otro beso sobre sus dedos y un beso en el centro de su palma, regresa su visión para encontrar la de Tom. Las lágrimas en los ojos de Tom ahora reflejadas en los de Bill.
-No me perderás- Bill afirma, determinación evidente en su suave voz, aunque vacilante a la vez.
Tom frunce su frente ante la falta de certeza en la voz de Bill, la preocupación llenando sus rostros.
Como si reafirmara su proclamación se acerca y lleva sus labios a los de Tom en un suave beso antes de enredar sus brazos alrededor de la espalda de Tom en otro muy necesitado abrazo. Descansa su cabeza contra el pecho de Tom y exhala audiblemente, permitiéndole a sus ojos cerrarse ante la sensación de protección que atraviesa su cuerpo mientas los brazos de Tom se envuelven con seguridad alrededor de su espalda baja.
Suspirando calladamente y diciéndole a su mente que pare con esa tonta preocupación, afirma suavemente –Sólo fue un sueño-
**
Bill y Tom están caminando a través de un campo lleno de hierba, de la mano, unos días después. Esta ladera en particular no es nueva para ambos: ya han estado ahí antes, en un día lluvioso meses antes. Estaban disfrutando la compañía del otro en nada más que nuevos amigos, pero eso fue antes de que cierta tormenta golpeara.
-¿A dónde me estás llevando?- Tom pregunta por casi la cincuentava vez desde que dejaron la residencia Trümper, caminando un par de pasos detrás de Bill mientras hacen su camino a través de la ladera. Se le hace vagamente familiar, pero para ser honestos Bill lo ha llevado a tantos escondites diferentes que ya no puede saber donde está cada uno.
-Ya verás cuando lleguemos ahí- Bill dice y muestra una linda sonrisa sobre su hombro hacia el muchacho que va jalando consigo, más como a un niño jalando un juguete atado a una cuerda.
-¿Es una sorpresa?- Tom pregunta con voz insistente mientras camina y enreda sus brazos alrededor de la cintura de Bill, deteniéndolo de caminar más lejos. Retiene a Bill contra su propio cuerpo, apretando su agarre para asegurarse de que no se escabulla.
Bill grita juguetonamente mientras siente a Tom atacando su cuello con suaves y gentiles besos –Me gustan las sorpresas- Tom murmulla, su voz vibrando contra la piel del cuello de Bill mientras salen de sus labios entreabiertos.
Bill se ríe suavemente y justo cuando Tom comienza a jugar cerca de su clavícula, responde con voz temblorosa –Sí, Tomi, es una ¡sorpresa!- Termina casi gritando, riéndose mientras Tom encuentra un punto sensible en su cuello cuando lo exploraba con su lengua.
-Y Sr. Kaulitz- Comienza intentando calmar su voz, usando el apellido de Tom para ganar su atención –Sí sabe algo sobre sor-sorpresas... Sa-sabrá que y-yo no p-puedo – vacila entre un ataque de risa después de farfullar unas palabras mientras Tom chupa la piel justo por debajo de su clavícula, sacando su lengua burlonamente –Sabría – comienza de nuevo, colocando sus manos sobre los antebrazos de Tom para mantener el abrazo en su cintura – Que no puedo decirle cu-cuál es la sorpresa-
-¿Me gustará la sorpresa?- Tom pregunta mientras ladea su cabeza hacia un lado, alejando sus labios ligeramente del cuello de Bill.
-Yo... creo que sí-
-Oh, ¿Puedes darme una pista?-
-¿No?-
-Mm- Tom murmura suavemente, sacudiendo su cabeza y vuelve sus labios al cuello de su amor, pellizcando suavemente la piel.
Bill suspira e inconscientemente acaricia los antebrazos de Tom con sus dedos, disfrutando felizmente del toco, pero gimotea calladamente –Tomiiiiii... Vamos, me vas a dejar otro mordisco de amor-
-Pero te amo- Tom replica contra la piel de Bill, sus palabras amortiguadas.
Bill sonríe para si mismo –Yo sé que lo haces, pero ¿puedes evitar lo del mordisco? ¿Por favor? Yo... realmente quiero llegar ahí, Tomi, para-
Tom se aleja unas pulgadas, soltando un pesado suspiro -¿Volveré a tener la oportunidad de dejar otro de esos?- Pregunta, sabiendo que Bill está un poco tenso con eso de que podría posiblemente revelar su relación al ojo público.
-Sí, lo harás- Bill dice y se gira para que los brazos de Tom ahora estén enredados en su espalda baja –Sólo... no aún- Termina con una sonrisa traviesa, un brillo reflejado en sus ojos mientras mira a los ojos cafés de Tom.
-¿No aún?- Tom pregunta, ladeando su cabeza a un lado con curiosidad.
-Sí, no aún. Pero si nos dejar llegar a la sorpresa...- Bill termina con nada más que una ligera sonrisa coqueta.
Y Tom entiende bastante rápido, quitando sus manos de las caderas de Bill mientras deja un ligero beso en sus labios –Pienso que me va a gustar esta sorpresa- tararea felizmente, alejándose y permitiendo a Bill caminar enfrente de él otra vez.
Ellos juntas sus manos y Tom camina junta a Bill esta vez, en lugar de quedarse atrás.
-Espero que sí- Bill dice suavemente, girando su cabeza para mirar hacia adelante mientras camina en la misma dirección a la que se dirigía minutos antes.
Y Bill realmente desea que a Tom le guste esta precisa sorpresa. Ha estado pensando acerca de eso las últimas semanas desde que Tom le dijo las nuevas sobre sus planes de verano. De 2 a 3 meses sin verse... Bill ni siquiera quiero pensar acerca de eso, pero sabe que si lo ignora entonces se arrepentirá de no tratar de pasar tanto tiempo como sea posible con Tom en las semanas que quedan.
Por supuesto que estaba triste cuando Tom le soltó las noticias, ¿pero quién no estaría triste de escuchar algo así?
Su tiempo más libre del año está llegando y ellos no tienen ni siquiera la oportunidad de gastarlo juntos.
Él desearía que pudiera simplemente empacar y viajar con Tom, siguiéndolo como un colado, pero sabe que no funcionaría. Su madre lo encontraría poca más que extraño, y Tom va a la casa de sus abuelos. Bill no quería asustarlos con su visita de la misma manera que la madre de Tom saltó cuando posó sus ojos en él, diciendo que era un pariente perdido muy lejano.
Pero el punto es, no puede simplemente decidir e irse durante el verano, no importa cuánto desee poder hacerlo.
A pesar de que mucha gente le parece lógico huir y seguir a su mor y dejar a su familia detrás, para Bill esa idea no es así de simple. Ama a su familia, a pesar de sus diferencias, y no puede irse y dejarlos atrás así no más.
Y justo ahora quiere pasar tanto tiempo con Tom como sea humanamente posible antes de que se separen por un par de solitarios meses durante el verano.
Y así dicho, Bill ha estado pensando acerca de esta cierta sorpresa por un tiempo. Los pensamientos han estado plagando su mente por semanas, su curiosidad surgiendo y obteniendo lo mejor de él.
Aunque él es joven y aún no tiene idea de cómo funciona entre dos muchachos realmente, aún quiere intentarlo.
Está tan nervioso acerca de eso que no puede ni siquiera pensar, o incluso decir, la palabra correcta.
Se acostumbró a referirse a esta sorpresa con nada más que "eso".
Todo lo que sabe es que ama a Tom, más de lo que probablemente debería. Si pudiera, huiría y viviría en una pequeña casita de campo o incluso en un cobertizo por el resto de su vida si eso significara que siempre se tendrían el uno al otro.
-Está bien- Bill comienza suavemente y se para. Tom hace lo mismo y gira su cabeza a un lado para mirar a Bill –Aquí estamos-
Tom habría estado caminando con la cabeza gacha la mayoría del camino, y por primera vez mira enfrente de él, sus ojos brillando mientras ve donde están.
Parado enfrente de ellos esta un cobertizo de madera blanco y abandonado.
Tom sonríe y aprieta la mano de Bill en la suya –Bill- dice suavemente, cada memoria regresando a él mientras mira al cobertizo.
Cada movimiento, cada aliento superficial, cada caricia, cada beso... su corazón late más rápido.
Bill no dice nada en respuesta mientras se adelanta, Tom siguiéndole muy de cerca, y abre la puerta del cobertizo. Se abre lentamente con un chirrido agudo liberado por las bisagras mientras se golpea contra la pared exterior.
Bill mira a Tom con una sonrisa dulce y ambos entran, aún sus manos unidas de la misma manera que lo hicieran meses atrás.
El cobertizo aún está vacante a pesar de los olvidados y rústicos artículos de jardín, dejados antes que ellos.
Hay un ligero olor a humedad, como el de agua de lluvia de muchas tormentas diferentes que se ha trasminado por la madera por mucho tiempo.
La estructura está aún llena con agujeros por toda la madera, dejando que débiles rayos del sol de la tarde brillen sobre el piso de madera. Pequeñas ramas de hierba han crecido a través de las tablas, buscando refugio, y suciedad se ha esparcido por el piso, probablemente por un puñado de animales que una vez usaron este abandonado lugar como su casa a través de los años.
A pesar de la suciedad y la necesidad de un completo rediseño, para Bill y Tom no podría ser mejor.
-¿Está es la sorpresa?- Tom pregunta suavemente, ninguna señal de disgusto en su voz, sólo curiosidad y ligero entusiasmo.
Atrapa la mirada de Bill con la suya y sonríe, recibiendo una idéntica de regreso.
Bill succiona su labio inferior nerviosamente y asiente con la cabeza –Esto es- Comienza y aprieta la mano de Tom ansiosamente.
Respira profundamente, tratando de llevar oxigeno a su acelerado corazón. Los pensamientos de desdibujan en su mente, volviéndose una masa de palabras confusas que yacen en la punta de su lengua.
Tom mira al techo antes de regresar su mirada hacia Bill, un montón de nervios lo recorren.
Avanza un paso o dos y suelta las manos de Bill, llevando sus brazos para enredarlos en la cintura del muchacho pelinegro.
Sonriendo y jalando a Bill un poco más cerca, descansa sus frentes una sobre otra.
-¿Y qué exactamente estamos haciendo aquí, Sr. Trümper?- Pregunta en un murmullo.
Bill toma respiraciones profundas y sonríe dulcemente, atrapando su mirada con la de Tom.
Dejando a su corazón manejar sus palabras, comienza con voz temblorosa –He estado pensando. Y hay algo que quiero que hagamos antes de que te vayas...-
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Turn Back Time
Fanfiction¿Qué sucede cuando tu verdadero amor es de una época diferente? ¿Podrán a pesar de tiempo estar juntos? Autor: Izzap Traductor: Devi