A veces la vida toma la inquietante decisión de cambiarte todo el camino, de quitar a personas importantes sabiendo lo mucho que dolerá su partida, su falta y aún más, su olvido.
Hago el último nudo a mi corbata y en cuanto lo termino, lo deshago y recurro a mamá para que me ayude. Nunca me ha gustado usar traje, la gente lo suele utilizar para ocasiones especiales, pero ¿qué tiene de especial un funeral?
Peleo arduamente con un zapato recientemente lustrado con cera negra y un trapo viejo recién limpiado. Es un sufrimiento estar tratando de hacer que mis pies entren en estos zapatos que compré hace un par de años siendo que con la adolescencia mis pies aumentaron de tamaño.
Acomodo el cuello del saco de vestir y quedo completamente listo para irme. El funeral no es de un familiar, ni de un simple conocido o de alguien cercano a la familia, el funeral es de mi recientemente fallecida novia <<o exnovia>> Sara. Está de más decir que la quería, la amaba. Era ese pedazo de alma que rellenaba por completo mi felicidad.
Ella era lo que todo hombre futbolista anhela: iba a todos mis partidos, siempre con una bebida rehidratante por si la necesitaba, festejaba mis goles y me abrazaba al terminar cada partido, aunque estuviera empapado en sudor.
Recuerdo las veces que entrenábamos juntos futbol, a cualquier hora porque cualquier hora era la indicada para vernos. No teníamos una rutina porque confiábamos en la espontaneidad del momento. Podíamos estar una o dos horas solo golpeando el balón para que rodara hasta llegar al otro y no nos aburríamos. Éramos una relación simple, seria, tranquila, sin prisas, sin enojos, sin falsedades. Sin embargo, éramos.
A mis padres les dolió mucho la pérdida, pero no la pérdida de Sara, si no la pérdida de mí, porque desde que ella falleció, una parte de mí se marchó al más allá.
El momento donde Sara dejó de pertenecer a este mundo fue estando entre mis brazos después de haber sido golpeada, yo me salvé en el accidente, pero ella no, no pude defenderla. Minutos antes del deceso, habíamos ido por unas bebidas a un lugar que solíamos visitar cada vez que nos extrañábamos, yo estaba algo molesto con la persona que se encargó de atendernos y no pude evitar transmitirle mi enfado a Sara, parecía como si estuviese enojado con ella. Sé que estuvo mal desquitar mi furia con ella, no tuvo absolutamente en nada la culpa y quisiera encontrar una manera de pedirle perdón, que lamento tanto el haberme portado así, pero es demasiado tarde para poder ser perdonado.
Echo un vistazo a mi cuerpo a través del espejo del baño, aborrezco mis ojeras. Luego peleo contra el tonto cabello parado que tengo en el área del remolino sobre mi cabeza, el gel parece no ser suficiente por lo que meto unas tijeras a escondidas al baño y corto el indomable mechón de cabello parado. Reviso mis dientes, están blancos y chuecos, nunca me recuperé de aquella pedrada que me dio mi amiga de la infancia en un diente y que, por su culpa, perdí medio diente.
Parece que hoy es día de quejarme por todo, bromeo.
Coloco una rosa en el bolso izquierdo de mi saco, justo en mi corazón. Es una rosa con pétalos color rojo, sus preferidas.
Mis padres están listos al igual que yo, mi hermano no irá, no me sorprende después de ver cómo es él.
¿Qué se sentirá visitar por última vez a un ser querido sabiendo que ya no lo volverás a ver? Viéndolo decirte adiós sin siquiera verte a los ojos.
Salgo de mi casa y espero a mis padres sentado en una de las sillas mecedoras de mamá en el jardín. Miro el árbol que me trae el recuerdo de cuando escribió en él nuestras iniciales como toda una marca de nuestro amor callejero. Volteo hacia arriba, evitando ver al sol para no lastimarme los ojos, le pregunto al cielo si dónde estará Sara, aunque sé que no me responderá no dejo de verlo, esperando en algún punto, obtener una respuesta.
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Caos fraternal
Ngẫu nhiênTraición es igual a venganza, es la frase que siempre está dentro de la mente de los personajes. La historia comienza cuando Daniel pierde a su novia en un trágico accidente. El día del funeral, Daniel se contagia de un raro virus que ocasiona que s...