16. Sofía

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SOFÍA

La visita de David me tomó por sorpresa.

Estaba aún en pijama, no tuve tiempo de arreglarme y además, interrumpió mis horas de sueño. Mamá cree que por el tiempo que pasa David en mi casa, somos novios. Yo no lo creo, tengo a alguien más en mi mente.

-David, ¿qué haces aquí? ¿Por qué vienes con tu maleta? –Le pregunta mi madre al verlo.

-Mamá me corrió de casa, no me dio dinero, ni comida, ni un lugar a donde ir, simplemente ya no quería verme. Vine aquí a ver si me podrían ofrecer hospedaje, al menos hasta que las cosas en casa mejoren. –Los ojos de mamá se iluminan con una gran cantidad de brillo.

Ella siempre había querido tener un hijo varón, pero a cambio, recibió a tres féminas. Mamá siempre ha visto a David como el hijo que tanto anhelaba.

-¡Claro que puedes quedarte aquí! Eres siempre bienvenido.

-Gracias. –Agradece David.

David pasa dentro de casa, mamá me pide que lo guíe hasta dónde será su habitación. Ya estando ahí, comienzo a llenarlo de preguntas.

-¿Por qué tu mamá te dijo que te fueras? –Su cara se vuelve un rostro lleno de preocupación-. Vamos, dime, ¿qué pasa?

-Encontró drogas escondidas bajo mi cama.

-¿Drogas?

-Sí, cocaína, marihuana, esas cosas.

-¿Desde cuándo consumes drogas?

-Un par de meses, quizá tres. –Noto que reserva sus palabras.

-¿Es verdad lo que me estás diciendo? –En ningún momento volteó a verme, sé que miente. Lo tomo por el cuello de su camisa-. ¡David! Mírame a los ojos y dime que es verdad lo que me estás diciendo. –Continúa sin verme, tomándose una pausa antes de reaccionar.

-¡Soy gay, Sofía! ¡Lo soy! –Lo dijo con tal fuerza que mamá pudo haberlo escuchado.

Sus ojos comienzan a llenarse de lágrimas mientras el tono de su piel se intensifica, volviéndose roja.

-¿Por qué no me lo dijiste antes? –Suelto su cuello.

-Porque tenía miedo de que me rechazaras, de que no me aceptaras y que hicieras lo mismo que hizo mamá conmigo.

-Por favor, David, soy tu mejor amiga, eso implica que te voy a aceptar tal y como eres. No tenías que ocultármelo. –Posa su cabeza sobre mi hombro, sin importarle poder dañar sus anteojos-. Dime, ¿cómo te diste cuenta de eso?

-Porque lentamente me empecé a sentir atraído por José, su inteligencia me cautivó a tal grado de llevarme a cambiar mis gustos.

-¿Desde cuándo sientes eso por él?

-Inmediatamente después de que me dejara de gustar Ariadne, José fue la causa por la que desistí de ella, pero floreció otro sentimiento que no estoy seguro de portar. No estoy seguro de ser un homosexual, no me siento un homosexual, pero el amor que siento por José, es inminente. Aun me da miedo y hasta un poco de horror el pensar en acariciar su rostro o abrazarlo con todo mi amor, pero eso es lo que quiero.

-¿Tienes miedo de hacer lo que te gusta?

-Sí, todo lo que hacen las parejas, hacerlo con alguien del mismo sexo que yo, me da miedo.

Recuerdo aquella vez en casa de Cristian, cuando besé a Natalia en los labios y la toqué. Fue la primera vez que besé a alguien, y luego cuando lo hice con Daniel, sentí un cambio. No fue la misma sensación, pero definitivamente ambos casos los disfruté.

Caos fraternalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora