JAVIER
Mi vida comienza a irse hacia abajo, o al menos eso es lo que pienso.
Ayer tuve un partido de soccer, era la final, el partido por el campeonato. El juego estaba bastante cerrado, hasta que cerca del silbatazo final, metí gol en mi propia portería.
Mis compañeros me abuchearon, el entrenador trató de reanimarme pero creo que el mensaje de mis compañeros fue muy claro, por lo que decidí salir del equipo.
El fútbol es lo que más me apasiona y es en lo que más me equivoco.
Respecto al amor, tampoco me va bien. Estoy enamorado de alguien que no me voltea a ver, por estar viendo a otra persona. Me gusta Natalia.
Siempre me ha parecido una chica atractiva. Nunca he tenido el atrevimiento de hablarle por vergüenza y porque es claro que, ella quiere a Daniel.
Sí, me pareció muy linda la manera en la que se desenvuelve con los demás, sus gestos coquetos y el caminar con ese movimiento de cadera.
No hay manera en la que pueda arrebatársela a Daniel, no le haría eso a un amigo, ni siquiera ella sabe que existo.
Suena el teléfono de casa, mamá contesta.
-Es para ti. –Dice mamá después de contestar.
-Javier. –Se escucha una voz preocupada.
-¿Si?
-Soy Gabriel, necesitamos que vengas rápido al hospital, José está herido. –Qué habrá pasado-. Está estable, nos dijeron los doctores que no corre peligro, pero queremos que vengas.
-Está bien, voy para allá.
Cuelgo la llamada. Aviso a mamá que tengo que ir al hospital porque un amigo está grave, mamá se asusta y ofrece a llevarme.
La trayectoria al hospital se vuelve un poco nostálgica para mí puesto que recuerdo la última vez que estuve en un hospital...
Papá estaba muy grave, un accidente automovilístico lo dejó golpeado. Él se había ido de fiesta con sus amigos, mamá lo dejó ir solo para que se divirtiera, pues era una reunión entre compañeros de trabajo. A las ocho de la noche, un coche llegó a casa a recoger a papá. No dijo a qué hora volvería porque se regresaría con un vecino que trabajaba para la misma empresa que mi padre.
Se fue, y en la madrugada, cuando se disponía a regresar, le mandó un mensaje telefónico a mamá diciéndole que ya no se preocupara más, que ya iban de regreso a casa. Mamá se tranquilizó.
Mi padre nunca se caracterizó por ser un adicto a la cerveza, tomaba únicamente en fiestas y solo si sabía que él no manejaría de regreso, siempre fue responsable. Pero el vecino no, cada noche se le veía beber cerveza a las afueras de su casa, peleaba mucho con sus hijos e incluso una vez golpeó a su esposa cuando estaba alcoholizado, ella le perdonó la ofensa y no lo denunció.
Esa noche cuando ya iban de regreso a casa, el vecino conducía, con demasiadas copas encima, borracho. Papá le ofreció manejar y él se negó a que alguien más manejara su deportivo.
Ya iban a medio camino, pero de pronto, el conductor inconsciente, se quedó dormido, papá se dio cuenta justo antes de salir disparado del coche, ya era demasiado tarde.
Según cuentan los paramédicos que auxiliaron a papá, que seguía con vida. Nos llamaron avisándonos del accidente, fuimos al hospital de inmediato, pero al estar cruzando al primer cuadro de la ciudad, volvieron a llamar, notificándonos que había fallecido.
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Caos fraternal
De TodoTraición es igual a venganza, es la frase que siempre está dentro de la mente de los personajes. La historia comienza cuando Daniel pierde a su novia en un trágico accidente. El día del funeral, Daniel se contagia de un raro virus que ocasiona que s...