Maratón 1/3
Desperté, más feliz de lo normal. Comí, más de lo normal, (adiós dieta). Canté... Olvídenlo.
El tema es que estaba muchísimo mejor, mis fuerzas subieron, y mi felicidad también, ya sabrán quién causó ese cambio. ¿No? ¿No lo saben? Si, Alec. Hoy iremos a una cancha cerca de casa a jugar basquet. Cosa que solo hacíamos de chicos.
Mientras me abrigo un poco más me siento en la cama y recuerdo la vez que él tenía 15 y yo 14. Estábamos jugando allí, en la cancha de lo más tranquilo, y como era el que encesta por última vez gana, él estaba a punto de anotar y yo me tiré al piso, haciéndome la débil y él no puedo evitar venir a mí y agacharse para ver que estaba bien, en un milisegundo me levanté, tomé el balón y enceste. Me dio un poco de lástima pero también de risa porque me quedó mirando con cara de enojado.
Así que me comenzó a correr por todo el lugar hasta que no pude más y me tiré al pasto, y él también cayendo arriba mío y rozamos nuestros labios. Ese momento es imborrable pero hermoso. Cuanto extrañaba esos momentos, cuando no había problemas...
Alguien tocó la puerta, cuando sabía que en realidad estaba abierta. Giré mi cabeza y allí lo pude ver, con su bermuda por las rodillas, y su musculosa dejando ver sus hombros musculosos, y sus brazos fuertes. Su pelo estaba de otra forma, más ordenado, cosa que era bien raro.
Sus labios estaba mucho más carnosos de lo normal, y su sonrisa, ella apareció de a poco cuando seguía mirándolo.– No es raro de tí– dijo sonriendo, arrogante.
– ¿Qué cosa?– me puse la bufanda negra, ya que había bastante frío.
– Mirarme así.– dijo mientras me acercaba a él.
– Es que tienes un mono en la cara– reí bajando las escaleras.
– Ah, pero mira que hací, mono, y todo te encanto–. Sonreí agarrando mi campera.– ¿O me vas a decir que no?– sonreí avergonzada poniéndome la campera y acercándome a él.
– Tienes razón. ¿Contento?– dije griandome a la puerta.
– Bastante.
Entre en el auto con una estúpida sonrisa en la cara, luego de minutos después llegamos a la vieja cancha. Me saqué la bufanda ya que no había tanto frío y salí del auto, junto con Alec.
– ¿Trajiste el balón?– dije frunciendo el ceño.
– Si..– comenzó a picarlo en el suelo.
– Bueno empecemos– dije con una sonrisa.
– ¿No sabes que no me puedes ganar?– dijo mientras yo intentaba sacarle la pelota.
– Ya veremos– dije desafiante pudiéndosela sacar. Caminé por la cancha hasta llegar a al área de la cancha contraria. En un par de movimientos él intento, perdón, me saco la pelota y yo tuve que ir por ella otra vez, esto si que iba a ser largo.
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Unas horas más tardes estábamos tirados en el césped tratando de ver las formas de las nubes.
– Mira, allá, un ave– dijo Alec señalándolo en el aire.
– Uy si, y allí, un elefante.
– Si, tú– rió.
– ¡Hey!– dije y el rió.
– Me estoy aburriendo.– dije sentándome.
– Espera, vi la cosa más linda del mundo.
– ¿Dónde?– dije buscando sin cesar.
– Allá– dijo señalando una nube.
– No lo encuentro.
– No perdón, está aquí, junto a mí– dijo y yo me giré a verlo. Me mojé los labios conteniendo la ternura mientras él se acercaba.
– Te amo– dije pasando mi mano por su pelo.
– Yo a tí– dijo acariciándome el cabello también.
A un centímetro de nuestras bocas conectarse, pude ver sus ojos brillosos con sus pupilas dilatadas, de nuevo. Y sin pesarlo más, nuestros labios se conectaron y nuestros ojos se cerraron. Segundos después nuestros movimientos estaban al compás del sonido de los pájaros, y a en milisegundo pude notar una, dos, tres, cuatro, miles de gotas en mi cara. Nuestros labios seguían conectados maravillosa mente entre sí, y no iba s hacer que esto se acabara. Me saqué la campera y la puse encima de los dos, acercándome y abrazándome a él. Nuestros labios descansaron y y nos miramos, por fin en paz, como una pareja normal.
El mejor día de mi vida.
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El Mejor Amigo De Mi Hermano
RomanceMi hermano tiene un mejor amigo (Alec). Siempre lo clasificaba como "lindo", pero luego mi hermano se quedó en la casa de mi tía por la universidad la que quiere entrar y Alec se queda dos semanas conmigo (porque habían quedado de venir los dos), yo...