Capítulo 5

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- ¿Entonces?... ¿Qué es lo que quieres con él?- me preguntó Aysel (mi mejor amiga), mientras bebía su jugo.

- No lo sé, me encantó su beso, me encanta su actitud, la forma en la que habla, me vuelven loca sus labios, pero hay un problema.

- ¿Tu hermano?-  volvió a preguntar mi amiga. Le conteste mirando mi pelo y ya que lo entendió prosiguió- Pero él no elige lo que te hace bien, o lo que te hace mal- dijo ella levantándome la cara con su dedo en mi mentón.

- Lo sé, y lo entiendo... Pero, si él se enoja conmigo, o aún peor con Alec... Tendré que elegir entre uno de ellos y no puedo.

- No, nada de eso. Si no quieres elegir nade te obliga, además, al fin y al cabo siempre será tu hermano. Si se enoja, se le va a pasar, porque eres su hermana.

- Gracias amiga por darme estos consejos.

- De nada.

- ¿Y tú?- pregunté ya emocionada.

- ¿Te acuerdas de Chad?- dijo con una sonrisa en la cara.

- Ah si, aquel idiota mujeriego. Como me voy  olvidar de él.

- No digas eso... Me acosté con él- dijo ella y a mí casi se me caen los oídos.

- ¡¿Qué hiciste qué?! No, no, no, y no. Como que... No. No, por favor no te enamores de ese idiota, te hará pedazos.

- Na, ya estamos planeando para ir a una fiesta juntos... A parte, ¿qué podría pasar?

- ¿Es una broma? Él saldrá "ganador" y tú, llorarás todos los días.

- Nada de eso, espera, ¿tú crees? Mira que es tan lindo conmigo.- me pegué en la frente con una mano y reí.

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Al llegar a casa tiré mi bolso al sofá y fui directo a mi habitación, me tiré en la cama y sonreí. Aysel tiene razón, Alex no puede decir lo que tengo o no tengo que hacer, o lo que me hace o no me hace bien, no tiene derecho. Sí, es mi hermano pero no mi subconsciente ni el centro de mi cerebro para decidir lo que quiero. No importa lo que pase, yo me voy a dejar llevar por Alec (con sus límites, claro) y que sea lo que el destino quiera. Hablando de Alex, hace mucho que no hablo con él. Debe de estar muy enojado.

Agarro mi celular y marco su número. A los dos pitidos contesta y dice:

- ¿En dónde carajos te metes?- dijo él enojado- quise llamarte para ver cómo estás y no me contestas.

- Lo siento, estuve ocupada- y de inmediato sonrío, recordando el beso de Alec.

- Me imagino... ¿Cómo estás?- dijo él más calmado.

- Bien, cansada.- dije jugando con mi pelo.

- ¿Ya cansada? Ni siquiera empezamos las clases hermana.- dijo mi hermano riendo.

- Si, lo sé.- dije riendo también, oí la puerta de abajo abrirse y de inmediato dije- Alex, te tengo que dejar, adiós- no deje a que contestara y finalice la llamada. Agarré una blusa blanca y un short de jean me metí al baño de cuarto. Me puse la ropa y cuando salí, vi la espalda desnuda de Alec.- hola.- le saludé. Acercándome a él.

- Hola.- dijo él y al estar frente no pude evitar no mirar el torso de él. Este rió y lo miré a los ojos sonrojada.

- ¿Te gusta esto?- dijo parándose de la cama hasta llegar a mí.

- Si, idiota- dije jugando con él, pasando mi dedo.

- Pues, más te va a gustar esto- rápidamente me tomo de la cintura y pegó nuestros labios brutalmente, sonreí en medio del beso y él bajo sus manos hasta tocar mi trasero. Me acorraló hasta la pared y yo me subí arriba de él, prácticamente arrancaba mis labios. Tiré de su pelo y él sacó mi blusa (me la puse al gran cuete), trazó un camino de besos desde mi mentón hasta mi torso, bastante abajo debo agregar, yo gemí, tomé de su mejilla y lo atraje a los labios de vuelta me bajé de su  torso y él me tiró a la cama, se subió arriba mío y nos volvimos a besar, me sentí un poco estúpida porque no podía sacarle el cinturón del pantalón entonces el rió y yo me sonrojé, cuando ya lo saqué no pude evitar decir- ¿hago algo mal?- dije.

- Para nada, sigue- sonreí y desabroche su jean, Oh por Dios, estaba tan nerviosa, creo que ni sabía lo que hacía al terminar de desabrochar me quedé inmóvil y eso si que me asustó.

- ¿Que-e pasa?- dije tartamudeando.

- Tu padre está en casa, y me está mirando, con cara de enojado.- dijo mirando a la ventana que daba para la puerta principal.

- ¡¿Qué?!- dije levantándome para mirar la ventana, no había nada allí, ni siquiera el auto del vecino que siempre está parado. Él rió y dijo:

- Que no tengas miedo, lo estas haciendo more maravilla- yo entre cerré los ojos y lo miré mal, pero luego cuando iba a comenzar a reprochar, me besó y yo me saqué el brasier, parece que los apreció unos segundos y luego, lo típico, épico, bizarro. Sonó mi celular.- No contestes.- me fijé el nombre de la persona y era mi madre.

- Es mi madre, tengo que atender, lo siento- él se mordió el labio inferior pero luego asintió.

- ¿Ma?- dije mirando el techo.

- Hola, hija. Estoy ahí en diez minutos- cortó, OH POR DIOS, rápidamente me levanté y me puse el brasier.

- ¿Qué pasa?- preguntó Alec mirando mis acciones.

- Mi madre está aquí en diez minutos- dije poniéndome la blusa. Él se arropó y yo dije- Esto es un desastre y mi madre me retará si ve todo desordenado.

- Si quieres te ayudo a ordenar...

- ¿Seguro? Lo arreglaré yo, tranquilo.- dije mientras caminaba por el pasillo.

- No, yo te ayudo.

- Esta bien- dije bajando las escaleras y al final de ellas le di un corto beso- gracias.

(.)

- Espera tengo una pregunta.- dijo él lavando los trastes.

- ¿Si?- dije mientras barría.

- ¿Porqué te tengo que cuidar si tu madre puede venir?- dijo él con el ceño fruncido.

- Bueno si te molesta tanto entonces te puedes ir- dije recogiendo la basura y tirándola en el cesto.

- Nunca- dijo y sonreí. A continuación, agarré un trapo y lo pasé por la mesas y sofá de la sala de estar. Yo veía todo bien, pero Alec seguía lavando los trastes.

- ¿Te ayudo?- dije detrás de él abrazándolo.

- No, no hace falte ya termino- dijo dándole un beso a mi frente.

- ¿Puedo preguntar algo?

- Bueno, ya hiciste bastantes preguntas en el día, pero sí, adelante- dijo y yo reí.

- ¿Qué es lo que está pasando entre nosotros?- fui directo al grano, la curiosidad me mataba, y más si la pregunta me la contestaba él. Justo en el momento que iba a abrir la boca el timbre sonó y él me dio un corto beso.

- Lo tendrás que saber luego.- dijo con cara arrogante.

Lo odio.

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Bueno, otro capítulo, y a este creo que si podemos de decir que subido de tono *insertar cara de pervertida aquí por favor. La verdad, no es una novela que diga "guau pero por dios, ¿esto lo escribí yo? Es fascinante" pero le pongo onda por aquellas personas tan lindas que comentan y votan. Muchas gracias♥

El Mejor Amigo De Mi HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora