·Forbidden Love· -2da parte-

·Capítulo 9 : Conocernos·

<Christian>

"No hay nada mas placentero que conocerte .. a ti  y toda tu mierda, que por mas horrible que sea, a mis ojos siempre serán esas bellas marcas que formaron a Anastasia Steele"

Después del tropezón que nos dimos o mejor dicho, el que me dio Anastasia, nos sentamos a tomar algo para hablar antes de que me vaya. Debo atender los asuntos de la empresa aunque quiera pasar horas hablando con ella. Inventó la excusa de que se quiso disculpar por la forma en que me trató recién y yo aprovecho para pasar mas tiempo del que puedo. 

Es algo extraño en la forma en que vive, porque apenas pusimos un pie en la primera planta, una horda hombres uniformados salieron en rescate de su jefa. Por dentro sólo quería reír pero por fuera demostraba irritación de que me tomaran por secuestrador o algo parecido. 

Anastasia me explico que es normal ya que nadie viene a menos que no sean traídos por los mismo dueños, por eso les pareció raro de verla entrar con un hombre al que nunca registraron entrar por la puerta principal. Creo que estoy un paso por delante de los guardias entrenados. 

Parece un lugar exclusivo, como una lugar de donde se protege del mundo exterior. 

También me explico que el edificio donde vive con su primo, esta dividido para cada necesidad, los de seguridad la primera planta pero donde estamos ahora es la de cocina y comedor, donde esta el marica de su chef, que ahora tiene una mirada afilada observando todos mis movimientos mientras me sirve el café y Anastasia toma un té algo presionada por la tensión que hay entre su personal y yo. 

-¿Vas a hablar o tengo que esperarte todo el día?- la apuro a propósito.

-¡Uno! no me tutee porque yo no lo hago y ¡dos! lo fui a buscar porque le iba a contestar lo de su propuesta - espero mientras me despabilo con este café.

-¡Esta bien! señorita Steele .. - le contesto pero me corta la palabra  y me molesta cada vez que nos vemos lo haga. 

-¡Señora Steele! para usted, para los íntimos soy señorita - tajante como pocas, marca sus límites conmigo. 

-¡Entiendo!, señora Steele, dígame que ha pensado acerca de mi propuesta - sigo tomando de a sorbos pequeños el café, esta negro y sin endulzar como me gusta. 

El aroma es bueno, debe tener buenos granos de café. Desearía cocinarle algo en este lugar. Se ve que esta equipado con lo mejor de la rama culinaria. El marica italiano sabe preparar cosas, punto para él. 

-Primero déjeme que podamos hablar a solas - dice terminando de mirar hacia su chef marica que disimuladamente miraba hacia nosotros desde el otro lado de la cocina - Fausto .. por favor, te lo pido - el marica del chef estaba por protestar abriendo la boca pero sale en silencio advirtiéndome con sus dedos de que me vigilara, le devuelvo el gesto con la mirada desafiante, Anastasia se nos queda mirando y vuelvo a concentrarme en ella - volviendo a nuestro tema, quiero disculparme por la forma en que lo traté en mi piso, no fue mi intención sólo que soy algo reticente a la hora de entablar con alguien una relación aparte de la laboral, me cuesta mucho confiar en las personas, no sé si se habrá dado cuenta pero por lo general me muevo así, y con respecto a su propuesta .. debo rechazarla - las comisuras de mi boca subían en un sonrisa arrogante pero ahora sólo bajan para formar una linea recta de desacuerdo - sé muy bien al lo que me quiere meter y yo ya no tengo mas ganas de jugar el mismo juego dos veces, gracias igual. 

-¿Por qué no? ¿tiene miedo de salir perdiendo o es que tiene miedo de terminar obsesionada de mi? - replico molesto a las excusas pobres que me dice. 

-¡Ninguna de las dos! no es por eso que no lo acepto, sino porque sé como es jugar el papel de la amante, la segunda, la tercera en discordia, o la zorra rompe-hogares, la ramera  como dicen muchos, llamelo como quiera, ya lo viví señor Grey, no insista - .. pero algo en mi me dice que ella quiere.