¿Pueden sobrevivir dos reyes en un solo reino?
Esta es una historia la cual podría tener un elaborado giro de tuerca final, mas estos a veces se malinterpretan y este es un relato que realmente quiero que todos entiendan, aquí no va a ver cambios inesperados, simplemente es darle carácter de relato a una situación del día a día. La siguiente historia narra a un hombre, contra sus impulsos sexuales, "sus dos cabezas". Ojala lo disfruten.
Atte. El hombre de las preguntas.
Dos cabezas Thomas tenia, una era tímida y la otra acelerada; una era calida y la otra encendía llamas. A simple vista, su apariencia física era la de cualquier otro niño, su cabello en rizos que aspiraban a un gran afro color azabache, sus ojos color miel y su piel blanca como el papel eran algunos de sus rasgos físicos, mas lo interesante de esta historia, es que el, contaba con dos cabezas, una entre sus hombros y la otra colgaba de sus piernas. En su infancia Thomas no le dio mucha importancias, ya que la cabeza permanecía callada, inerte y debilitada la dio por muerta ya que poco parecía importarle.
Oh, la adolescencia, ahí fue cuando los problemas comenzaron. Un día despertó en la mañana con una extraña sensación, sus piernas estaban incomodas y al mover la sabana de un solo movimiento noto viva a aquella cabeza que había dado por muerta años atrás. La cabeza superior estaba desorbitada, sentía sus pensamientos extraños y una leve desinhibición lo motivaba a prados que nunca había recorrido. Thomas era tímido, mas ese día estaba decidido, 14 (Catorce) años cumplidos y un sentimiento extranjero invadía su cuerpo. Se vistió para ir al colegio y al abrochar su pantalón noto que su nuevo compañero generaba un extraño bulto, fue tanta su preocupación y miedo de que otra persona lo descubra que hasta la segunda cabeza volvió a esconderse con cierto miedo. Al llegar ese día al colegio, encontró sus ideas un poco mas claras, su actitud ya era la de siempre, mas una confusión vagabunda rondaba su mente pensando acerca de aquel despliegue de emociones que tuvo esa mañana, como se relacionaban con aquella cabeza resucitada ¿Será voodoo? ¿Magia? ¿Los muertos reviven?. Llego puntual a la clase, tomo asiento y el profesor comenzó un tema nuevo, algo acerca de números, poco relevante al caso. Mientras el profesor explicaba y Thomas su cabeza dispersaba entre los rincones del salón para ver que podría ser mas interesante que su profesor, Tiff, la amiga de Thomas, apareció en el salón, tarde como siempre. Atravesó del aula dejando su perfume no apto para diabéticos mientras que saludaba a nuestro protagonista con una blanca sonrisa y un beso en la mejilla, Tiff toma lugar junto a Thomas y el profesor reanuda la clase, no sin antes claramente recriminarle un poco a la alumna el horario al que estaba llegando. Entre mas se intoxicaba inhalando el perfume de su amiga, el corazón de Thomas comenzaba a acelerarse y poco a poco su nuevo compañero despertaba de esa siesta de mediodía. Poco a poco, una extraña confianza nunca antes vista en el se fue dibujando en su mente imaginando posibilidades en las que el podría invitar a su compañera a una salida inocente, quizás a por un helado, mas en el interior sabia que un beso era su objetivo ¿Por qué?, el no lo sabia. Nunca le interesaron esas cosas, pero este día era distinto, las coincidencias se esclarecían y el nuevo compañero de Thomas, a quien llamaremos Timmy solo por el hecho de que ambos comienzan con T, mas nunca tuvo un nombre real. Mientras sus respiración cambiaba de un "sutil y casual" a "levemente acelerado", comenzó a pensar. ¿Por qué hoy es distinto? ¿Será Timmy el causante de mis ideas alborotadas? De ser su culpa, se pregunto a si mismo ¿Por qué no dice nada?, como podría influir sobre mi sin decir una sola apalabra, si de hecho la propia consciencia de Thomas necesitaba horas de larga discusión para tomar la mas simple decisión. Bueno salteando un poco en la historia para no resultar tedioso como el profesor de matemática, resumiré lo siguiente.
Thomas convence de salir a la chica, ella claramente acepta pensando que la decisión la tomo ella, pero no, la tome yo, porque es mi historia. En la susodicha salida, tomaron un helado juntos y se sentaron pegando sus piernas mirando ambos al frente en el cordón de una calle. Un calor en sus mejillas y un extraño tono rojizo comenzaba a aparecer en Thomas, su espiración continuaba suavemente agitada y Timmy no tenia intenciones de irse por el momento. La voz de su conciencia a la que tanto conoce y sabe de su timidez, le reclamaba en partes que la besase, mas en el fondo tenia terror de hacerlo, ya que le daba mucha vergüenza el rechazo de parte de su amiga. ¿Una misma consciencia mostrando señales de avance y frene sin parar sobre una misma decisión? La realidad es que si, el pobre Thomas estaba siendo atormentado por las dos voces de su cabeza. La cabeza entre sus hombros le suplicaba cordura al cuerpo ya que presentía el rechazo en el aire, mientras que Timmy prácticamente forzaba el cuerpo a arrojar su rostro a un beso esperando que por artimañas de la magia, ella aceptase. La realidad es que mientras todo esto ocurría en su interior, en el exterior estaba totalmente tieso sin parpadear mirando fijamente los labios de Tiff como si estuviera desarrollando algún brote de la psicosis, lo cual resultaba muy raro tanto para ella como para mi que soy el narrador. El reloj de Tiff sonó una alarma a las 5 (Cinco) de la tarde, hora acordada por su madre para volver, y mientras que Thomas la despedía con cara de tonto sin remedio, en su interior dos voces muy fuertes se peleaban, una acusaba a la otra de cobarde y la otra se defendía aludiendo como excusa a la decencia y los caminos seguros.
18 años tenia Thomas cuando por primera vez. Una muchacha de su estatura, con un cabello rubio muy largo, rasgos delicados en su rostro y una piel suave como la seda se posaba delante de el mirando a su rostro con completa atención mientras inclinaba un poco la cabeza y esbozaba una sonrisa de un solo lado. Nuevamente el corazón de Thomas latía muy rápido, su respiración no era lapida, sino que mas bien temblorosa y avergonzada. La voz de Thomas para sorpresa de todos pedía urgentemente que el la besase mientras que en un acto sorpresa Timmy guardaba silencio pasando desapercibido, como demostrando que este era un trabajo para Thomas, no para Timmy. Thomas reconoció la voz de su propia consciencia y actuó con fe ciega, un beso plenamente correspondido que fue seguido de los brazos de ambos tomándose por la cintura termino con ambas caras chocando sus mejillas en un calido y fuerte abrazo. Thomas estaba alegre, el no quería soltarla, se sentía feliz en sus brazos y aludiendo a promesas las cuales no pensó dos veces dejo muy en claro que "con besos como los que ella le proporcionaba, no buscaría calma en otros labios, pues la tempestad revolucionada de emociones que sentía, se apaciguaban con calidez al rozar sus bocas". La historia parecía teñirse en rosas, pero como narrador tanto rojo es excesivo y a este relato le falta el azul de sus violetas.
Meses habían pasado de aquel beso dulzon y otros cientos acompañaban a los días transcurridos. Su compañera de besos a la que el tanto apreciaba ver y dedicarle tiempo se encontraba trabajando, mientras que Thomas tomaba un café estilo lagrima en una cafetería accesible en ubicación pero no tanto en sus precios, mientras que, una mujer paso detrás de el rozando sin notarlo su espalda dándole así un pequeño cosquilleo que remato sentándose junto a el en la barra. Cabello negro atado, unos anteojos gruesos, camisa blanca con rayas finas de color negro cayendo en vertical y una pollera de tubo negra que hacia juego con sus zapatos de tacón. Perdió tantos segundos divagando detallando en su cabeza aquel cuerpo, que no reconoció su saludo ni su rostro, ya que era la secretaria del piso inferior en su trabajo. La mujer pidió interrumpió la charla cuando vio acercarse al cajero para pedirle un café negro y luego seguir conversando durante la espera. El aliento de su chicle terminaba justo en los sentidos de Thomas mientras que la voz endulzada de la muchacha parecía sonar cada vez mas dentro de su cabeza, llegado a un punto en el que ya había dejado de escucharla hacia largos minutos. Ella hablaba, el miraba sus labios, ella gesticulaba y el miraba sus facciones. La respiración de Thomas, lenta y sutilmente se aceleraba mientras que sin señales de parte de Timmy el iba desentrañando pensamientos que no deberían de acecha la mente de un hombre con promesa de fidelidad atada a su boca. El ruido de su taza siendo golpeada por su propio codo que movió sin darse cuenta, lo despertó de su limbo en el cual soñaba despierto. Trayendo consigo dudas a su cabeza central y mientras que lentamente aparecía Timmy en escena. Una constante jugarreta de ideas, dignas de un tira y afloje o un interrogatorio a un criminal desataban una guerra en la mente de Thomas donde ideas como "Es solo un beso" se chocaban a el no querer romper su promesa. Timmy sin modificar sus intenciones cambiaba sus palabras, diciendo "quizás sea solo una salida a un lugar mas privado", mientras que por dentro, ambas mentes y el único cuerpo comprendían que el no tenia intenciones de que sea solo una salida. Una escala de prioridades se dibujaba frente a los ojos de Thomas mientras que la guerra interna en su mente continuaba. Por un lado debía decidir que era mas importante, si su atracción física casual que hacia que su cuerpo quiera golpearse de tan cerca con el de su compañera de trabajo o por el otro lado, aquella mujer de cabellos dorados dueña de promesas que en el fondo el si quería cumplir. El narrador es cruel y no muy fanático de los finales felices por ende la batalla la gano Timmy, sus cuerpos se frotaron con intensidad y sus labios recorrieron curvas de extremo a extremo. Al terminar, Timmy se había vuelto un cerebro de pocas palabras y la cabeza de Thomas funcionaba en plenitud. El remordimiento lo invadía haciendo que la culpa arrastrase como tsunami las ideas de su cabeza, dejando solo esa sensación en su interior. El pesar del martilleo en su cabeza fue tan fuerte que corrió a buscar a su chica de cabellos dorados para contarle la verdad. La chica transformo sus brillantes ojos en cristal mientras que con un invisible lagrimear agacho su cabeza y seguido de un "no me sigas" perdió su figura entre las masas.
Thomas se encontraba solo, se encontraba confundido, desconocía porque Timmy lo convenció de apostar aquellos besos que tanto disfrutaba por unos labios que nada le importaban. Las fichas tomaron sus lugares y las conclusiones se iluminaron por si solas, Thomas estaba solo, mas una lección estaba enterrada en su pecho.
Dos príncipes opuestos pelean dentro de tu cuerpo por la corona. Uno lucha por una pronta felicidad esporádica a base de deseo carnal, mientras que el otro lucha por una felicidad quizás no tan pronta, pero real con bases sólidas en la pureza de los sentimientos. De Thomas depende elegir un rey y un consejero, ya que tener dos reyes opuestos destruiría al pueblo.
Con esta ultima metáfora y tomando las rosas por las espinas, se despide el narrador. Muchas gracias por leer.
ESTÁS LEYENDO
Respuestas a preguntas, Que nunca nadie hizo.
De TodoMi obra consta de 30 capítulos independientes, exceptuando capítulos puntuales que compartirán un mismo espacio temporal o lugar, pero tendrán tramas alternas. Cada capítulo constará de una pregunta retorica y un cuento muy breve de acompañamiento...