Respuestas a preguntas, Que nunca nadie hizo.

Capitulo 23: Fantasmas en la sociedad

¿Dónde esta la fantasía al hablar de fantasmas?

Un adolescente desdichado toma el arma mal ubicada de su padre. En un acto seguido al ruido del percutor y tiñendo una pared de rojo sangre, se arranca la tapa de los sesos. Para luego volver en una historia paranormal acerca de cómo un fantasma busca venganza sobre quienes lo impulsaron a su suicidio. ¿Vaya cliché verdad?

Daría mi trono y mi reino, solo si lo tuviese, por ver como quedarían sentados sobre sus traseros de oro, aquellos productores de Hollywood, al dar cuenta de que en la vida real, algunas personas, son fantasmas incluso antes de morir.

Un adolescente con grandes ideas pero carente de voz debido a que en su casa, para su familia, el no esta capacitado para tener palabra. Un hombre que escucha y entiende a la persona que ama, sin embargo, lleva encima la condena de ser el hombre al que su amada cuente historias y no ser el hombre del que su amada cuenta historias. Una niña en un instituto es aislada por su timidez mientras que otra es criticada por su coraje. Una gran mente, intimidada, por una sociedad donde no se aceptan corazones débiles. Un chico transitando la calle que al levantar su mano como saludo recibió un intencional rechazo.

Nadie los ve, porque no quieren verlos. Nadie los escucha, porque no les dan voz. Y si algún día pudieses verlos, pena es lo único que sentirías, ya que. ¿Cuánto miedo puede provocar un niño caminando a cara cubierta con el corazón roto ahogado en lagrimas?.

Imagina un día levantarte por la mañana y dar cara a cara con todos estos fantasmas, caer en cuenta de las personas que atravesaron tus ojos sin siquiera llevarse una mirada. Caer en cuenta de cuantos corazones tímidos, ahogados en vasos de agua nunca pudieron conversar con la sonrisa, que nunca les mostraste. ¿Serias capaz de imaginar un mundo donde las personas se dieran el lujo de conocerse? Por un lado podríamos descubrir a cientos de personas que en sus labios pegados ocultaban un gran corazón, así como otros, ya que no todos los fantasmas son buenos. Vivirían en una eterna fiesta de disfraces cambiando de antifaz como cambia de día el calendario.

Lo cual nos lleva a un problema de extremos. Por un lado imaginemos un reino donde a nadie le interesa conocer a otras personas. Miles de voces se apagarían, cientos de charlas se extinguirían y decenas de indicados no corresponderían. Por otro lado ahora tratemos de imaginar que cada persona desease conocer al resto. Es cierto que fantasmas no habría. Pero si hombres lobo, vampiros o hasta incluso momias, debido a que no todos los fantasmas son buenos y algunos con tal de irrumpir tu calma portarían el disfraz adecuado para la ocasión sin pensarlo dos veces.

No hay un extremo que sea correcto, es lo mismo que nadie quiera conocer a nadie, a que todos quieran conocer a todos. Porque al final del día, nadie conoce realmente a nadie, sin embargo, hay caminos sanos. Aquel café que nunca aceptaste, esa salida con amigos que por un mal humor pensaste en rechazar, ese chico nuevo al cual consideras integrar a tu grupo, esa persona un tanto callada que levanto la mano a contar su idea.

En el mundo vivimos rodeados de fantasmas, sus voces gritan pero en un tono suave, sus corazones son frágiles y siempre van del lado de la sombra para no llamar la atención. No hay que perseguir sus voces, debido a que ninguno de ellos se ira sin alzarla al menos una vez, lo importante es que cuando eso ocurra, haya alguien para escuchar aquella voz. Y ese día, ese fantasma va a dejar de serlo.