Capitulo 6: Detrás del closet.

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Antes de comenzar, quiero agradecer de corazón a todas las personas que participaron ya que para realizar esta historia, realice diversas entrevistas a chicas y chicos trans con el fin de poder representar de una forma mas exacta todo este radical cambio, que se puede manifestar en cualquier etapa de la vida. Sin embargo, realice esto confiando que en el siglo 21 esta historia seria una historia de superación, de avance y de progreso. Esta historia es de las mas tristes que tuve la suerte de poder escribir, porque es tan triste como verosímil, y lamentablemente podría ocurrirle a cualquier persona. 

Esta es una historia que me costo mucho resumir, ya que es un tema muy variado, largo y complejo, quizás algún día la realice nuevamente sobresaliendo de este libro de cuentos cortos para darle el correcto espacio de expresión que requiere.

*Ningún personaje o argumento de la historia esta basado en hechos reales, sin embargo, podría serlo.*



¿Cuál es la diferencia entre "Sentir amor", "Hacer el amor", "Sentir deseo", "Tener sexo"?

Mi nombre era Juan. Me resulta muy difícil, enfatizar en palabras acerca de una raíz o un comienzo de todo esto, sin embargo, si tuviera que elegir una primer chispa a este enorme detonante seria en mi adolescencia. Me crié en un estricto "Los chicos con las chicas" y "Las chicas con los chicos", lo cual nunca me moleste en juzgar porque bueno, tampoco es como si me interesara mucho. El punto de esta etapa radica en mi primer encuentro sexual con una mujer, entre mis compañeros de clase se especulaba muchísimo acerca de cómo seria el primer encuentro sexual, se planteaba la magia de la calidez de una mujer entre otras cosas por lo tanto, se generaron en mi unas grandes expectativas, no obstante, mi primer experiencia resulto como una de esas clases de secundario con un profesor aburrido en la que simplemente estas deseando que todo termine rápido con los ojos cerrados. Podría entrar en demasiados detalles, pero resulta irrelevante para esta historia, con el tiempo conocí a una mujer, quizás no tan femenina pero si muy dulce con una gran determinación así como un futuro por recorrer. Conocí en ella el amor, quizás casi independiente al sexo, era mas bien un deseo mutuo de vernos bien y cuidarnos entre los dos que algo sexual lo que nos movilizaba. Trajimos al mundo una hermosa niña que al día de hoy goza de una gran salud pero mas adelante hablaremos de ello.

Con ya 12 años de matrimonio, en mi cumpleaños numero cuarenta mis compañeros de trabajo, en una radio local, se tomaron la molestia de traer para mi un gran biscochuelo marmolado con mi nombre allí y el numero 40. Todos pasaron por mi lado, abrazándome y saludándome sin embargo, Carlos, un nuevo compañero de trabajo que justo estaba de paso, me saludo con un fuerte abrazo y un beso en la mejilla, el cual logro cosquillear mi cara por su prominente barba. Es un sujeto alto, con una gran barba muy arreglada y cuidada así como también lucia una ropa entallada que remarcaba su delgada figura utilizando a su favor factores muy estilizados en la ropa de sus prendas, claramente, sabia combinar colores y lucir bien para cada ocasión. Su abrazo fue distinto no solo genero un cosquilleo en mi mejilla por su barba si no que también, su firme mano en mi espalda, un diminuto respirar próximo a mi oído, habían dejado en mi un electrizante shock de hormonas que revolucionadas alteraban mi cuerpo. Me vi obligado a pasar de ellos, puesto que, por mas que pensara al respecto solo fue un hecho casual e inexplicado el cual no terminaba de entender. Al llegar a mi casa, mi esposa e hija me habían comprado un libro pequeño de un genero policial bastante under que había llevado acabo una escritora local, llegada la medianoche me acosté con mi mujer y a diferencia de muchas otras noches, nos dimos de cara a un encuentro sexual, que resulto muy diferente. Primero que nada, no solíamos hacerlo ya que no era muy propenso que surgiera de mi y ella guardaba cierta timidez en la intimidad, pero esta vez algo había cambiado, me encontraba dispuesto, me encontraba motivado, sin embargo el acto no trascendió, fue tan solo un poco mas de lo mismo, una cena carente de sabor para tantos años pasando hambre. Al día siguiente, todavía lo recuerdo, era un martes en el cual todos teníamos que exponer ideas para la radio, cuando llego el turno de Carlos, yo no podía apartar mi mirada. Sus ojos marrones analizaban la sala mientras con gran seguridad exhalaba palabras firmes las cuales no decodificaba ya que estaba totalmente adormecido en su gran voz que fluía de forma abstracta con los movimientos de sus grandes manos mientras exponía sus opiniones e ideas. Luego de un rato, el reconoció mi mirada y me la devolvió formando una sonrisa curva de costado a su arrasando con todo lo que alguna vez concebí acerca de un hombre. Esa misma tarde-noche, quede hasta tarde recopilando todos los temas que se tratarían en la próxima emisión de la radio, llegando a la salida me encontré con Carlos, claramente no fue casual, me estaba esperando. Trate de desentenderme cruzando la puerta, pero el se interpuso, alegando "Se como me estabas mirando.", mis artes del disimulo se caracterizan por un intenso... fracaso. Sin decir nada, delate mi pensamiento al correr la mirada y el arrincono mi cuerpo contra el estudio como si de la espada y la pared se tratase. Bordeo mi cintura con su brazo, acerco su rostro contra el mió y con una sonrisa burlona que parecía deleitarse con mi reacción algo intimidada pero sin oposición alguna. Me tomo de la nuca con su mano y arrastrando con violencia poco sutil mi cabeza, dejo llover en mi cuello algunos besos en escalera, que llegando a la zona de mi oreja, que culmino con un suspiro ardiente de un calor abrasador que domino mis piernas, mis dedos se enrularon, mis dientes se estrujaron y un cosquilleo suave recorrió toda mi espalda invadiendo en mi un profundo deseo sexual que no había sido capaz de sentir nunca antes. A todo esto, el se dejo llevar con un sutil "Ja" y una sonrisa en mi oreja que me llevo a preguntarle si se burlaba de mi a lo que se limito a contestarme "¿Acaso esta mal sonreír luego de un trabajo bien hecho?". Es el día de hoy, que recuerdo la magia que sintió mi cuerpo aquella vez, esta vez, el placer no era en el borde de mi, no provenía del final de mi ser. Este placer, provenía de dentro mió, mis pies se movían solos, mis piernas temblequeaban y mis manos estrujaban su espalda con un total desinterés a las marcas que esto dejaría. Nuestros cuerpos se rozaban acompañados de para nada armónicos suspiros que destilaban rastros de goce y confort, sin embargo, poco después mientras recuperaba mi ropa de entre los costados del lugar, note lo tarde que era y tuve que regresar a mi hogar, por suerte mi esposa jamás hubiera sospechado de mi, no estaba contento de engañarla sin embargo nunca había tenido tal paz y comodidad luego de un acto sexual y no quería arruinarla discutiendo así que me fui a dormir. Esa noche, fue donde empezaron.

Respuestas a preguntas, Que nunca nadie hizo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora