3.

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Jimin se encontraba tirado en su cama boca arriba solamente viendo el techo y pensado en lo que le había dicho Tae hace un rato, tal vez tenía razón en que debería conocer a ese tipo, no podía juzgar un libro por su portada. Pero al ver como le hablaba tan irrespetuosamente las ganas de tratarlo bien se le iban.

Por otro lado, no podía olvidar que ésta mañana al saludarlo sintió algo raro, algo que no podía describir. Fue extraño que la mano de aquel pálido se le hiciera muy cálida y suave al tacto, pudo sentir un cosquilleo que le hizo por un momento olvidar las palabras que estaba pronunciando.

Estaba mal, tenía que salir a distraerse o se volvería loco en un par de días.

Sus pensamientos absurdos fueron interrumpidos cuando escuchó la puerta abrirse. Se puso de pie y se dirigió a aquella para ver que su marido ya había llegado.

—Hola amor, ¿Qué tal tu día?— mostró su mejor sonrisa desapareciendo sus ojos.

—Igual que siempre, ¿y tú?

—Bien, hoy vino a visitarme Tae estuvimos platicando un rato. Trajo comida china…

—Jimin— interrumpió.—Hablando de eso, mañana tendré una comida muy importante con mi jefe.

—Oh, que bien…entonces ¿no llegaras a casa?— preguntó curioso y con ligera decepción.

—No Jimin, la comida será aquí en el departamento, quiero que tu hagas la cena y prepares todo. Tiene que salir perfecto ¿me entendiste?— añadió con suma importancia mientras se quitaba la corbata y se relajaba en su sillón.

Jimin se quedó quieto por un rato, no sabia si gritar o golpear a ese que era su “marido” ¿Qué se supone que debería hacer cuando tu marido solo te ve como un sirviente? No quería admitirlo pero esta situación lo estaba hartando hasta cierto punto.

Jimin solo asintió con sonrisa forzada y se dirigió a la cocina, tal vez prepararía algo para cenar y como siempre iba a comer solo. Pero esa idea no duro mucho en los pensamientos de Jimin ya que sintió unos pasos cerca de él y después unos brazos rodear su cintura.

—Porque no cenamos y después vamos a la cama ¿mhm?— susurró en el oído de Jimin, percibiendo un ligero temblor.

Jimin se tensó en su lugar, ahora se preguntaba porque no estaba feliz o ansioso como lo estaba en la mañana, porque no se sentía excitado al hablarle así, Jimin pensaba demasiado mientras que su marido acariciaba el abdomen del menor por debajo de su ropa, debía actuar decir algo o siquiera voltearse y besarlo como había deseado está mañana, pero algo no parecía gustarle y tenía claro que era su tacto.

—Jimin, vamos a la cama te lo prometí ¿cierto?— continuó diciendo al notar que no contestaba.

Jungkook lo tomó de la mano y lo jalo con él hasta la habitación, Jimin estaba a punto de gritar, zafarse del agarre y correr lejos a una esquina y hacerse bolita mientras pensaba que rayos estaba pasando con él. Amaba a su esposo, estaba seguro de eso, lo quería, pero no están listo para hacerlo.

Una vez estuvieron dentro, Jungkook empezó a besar su cuello impacientemente mientras que sus manos le quitaban el pantalón a Jimin quién simplemente se dejó llevar. Tal vez no era algo que pidiera y que quisiera en ese momento pero era su marido y no podía negarse, no cuando hace semanas no lo hacían.

Empezaron con caricias y besos, tendidos en la cama semi desnudos. Jungkook arriba del más pequeño, impaciente, quitó la única prenda que tenía su marido a lo que Jimin soltó un pequeño gemido.

Jimin le ayudó a quitarse la ropa restante dejando sus cuerpos desnudos completamente, Jungkook empezó a rozar sus miembros con un movimiento de caderas que hizo que el menor soltara varios gemidos sonoros.

Jungkook no espero más y aproximó su miembro a la entrada de Jimin, éste simplemente abrió más las piernas para que tuviera mejor acceso, haciéndolo sonreír ante el acto.

Una vez que estuvo adentro, Jimin soltó otro gemido y una pequeña lágrima amenazaba con salir, pero el más grande se aproximó a sus labios hasta que los juntó por completo, era un beso de deseo y pasión que lo hizo pronto gemir mientras se movía poco a poco para que el menor se fuera acostumbrando.

Jungkook siguió con las embestidas fuertes respondidas por Jimin quien soltaba gritos de placer cuando tocaba ese punto exacto. Al mayor le encantaba escuchar esos gemidos, eran música para sus oídos, no tardó mucho en llegar al clímax, liberándose dentro del más pequeño.
Jimin le siguió, corriéndose en la mano de Jungkook. Sus respiraciones eran aceleradas, sus cuerpos parecían tener espasmos hasta que Jimin sintió como salía de él y entonces sus respiraciones volvieron a ser tranquilas, se recostó en su pecho escuchando sus latidos.

—Ha pasado mucho desde que no hacíamos el amor—murmuró Jungkook con voz somnolienta.

—Has llegado siempre cansado del trabajo y lo entiendo— contestó algo indiferente.

—Debemos dormir, ya es tarde— ignoró completamente sus palabras, como siempre Jimin sólo asintió.

Después de un rato de silencio en dónde parecieron dormirse, Jungkook se removió un poco en su lugar logrando quitar a Jimin de encima y así poder darle la espalda hasta quedarse completamente dormido, pero Jimin aún seguía despierto o al menos su mente no lo dejaba dormir, estaba tan despierta como el enojo que traía encima, no soportaba su actitud siempre desviaba la conversación, tal vez nunca llegarían a hablar como personas civilizadas si seguía así y eso a Jimin le molestaba.
Sería una noche larga.

Después de mirar el techo un rato empezó a sentir sus ojos pesados, se sentía cansado y quizás durmiendo se olvidaría de lo que había pasado minutos antes.

Mañana sería otro día, sin duda.

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EDITADO

Amantes [Y.M] EDITANDO 💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora