5.

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Había sido una noche muy larga y aunque ésta no había salido del todo mal como pensó se sentía muy cansado por lo que temprano en la mañana apenas y pudo escuchar a Jungkook irse. Había entendido algo como “tengo mucho trabajo y algunos papeles que entregar, así que no me esperes despierto” blah, blah, blah. Jimin sólo asintió con la cabeza dándole la espalda sobre la cama para seguir si sueño.

Pero todo se fue a la caca cuando entre sueños escuchó el timbre de su puerta. Maldijo y se tapó hasta la cabeza para ignorar el llamado pero estaba seguro que un poco más y tiraría la puerta.

Bajó lo más rápido que pudo después de haberse puesto unos pants grises y una camisa azul pastel holgada. Posterior a eso, abrió la puerta.

—¿Tae, que haces aquí tan temprano?— se hizo a un lado para dejar entrar al menor.

—Buenos días a ti también— pasó con toda la confianza.—Me sentí un poco mal por dejarte ayer con tu cena importante, ya sabes, así que vine a darte apoyo moral.

—Eres un buen amigo, Tae— dijo con evidente sarcasmo.— Pero no te preocupes, la cena salió bastante bien a decir verdad. Los jefes de Jungkook halagaron mi comida

—Woah, ¿En serio? De verdad tengo que probar tu comida.

—Bueno, no niego que tuve un poco de complicaciones, de hecho se me quemó todo y era un completo desastre— Tae no pudo evitar soltar una carcajada.

—Entonces ¿Qué hiciste con toda la cena?— preguntó relajando un poco su risa.

—Puede arreglarla con la ayuda de Yoongi— el mayor asintió con una sonrisa de lado entendiendo a dónde iba todo.

—Con que cocinaron juntos hehe— Jimin rodó los ojos.— Me pregunto como se verá ese apuesto vecino con un mandil como el tuyo mientras cocina algo delicioso.

—No empieces— advirtió.

—Claro, de seguro lucía más delicioso que la cena.

Jimin le lanzó un cojín sin evitar ocultar su sonrojo.

–Basta o te echo— Tae mostró sus manos en señal de rendición sin dejar de mostrar su característica sonrisa cuadrada.—Ni siquiera pude agradecerle…lo corrí literalmente, porque no quería que Jungkook malinterpretara algo.

—Sabia que no todo podía ser perfecto.

—¿Qué quieres decir?

—Que esperas para ir y disculparte, a veces siento que eres un poco lento para procesar las cosas—se levantó de su asiento empujando a su amigo hacia la puerta.— Debes de llevarte bien con tus vecinos, no seas grosero y ve.

—¿Qué? No claro que no, ni de broma voy– se quitó las manos de encima, negando repetidas veces con la cabeza.

—Jimin no seas necio. No es del todo malo y te lo demostró ¿no es así?

—Bueno…

—¡No hay que perder el tiempo y ve, yo cuidare tu departamento!

—¡Si pero…!

La puerta había sido cerrada bruscamente en sus narices. Con un suspiro rendido, se acercó a la puerta de Yoongi la cuál estaba a escasos centímetros.

Se aproximó tratando de no hacer ruido, y no supo porque si de cualquier modo iba a tocar la puerta. Tomó unos minutos hasta que por fin tocó unas dos o tres veces, esperó un poco cuando escucho la voz del mayor detrás de la puerta lo que le hizo ponerse más nervioso de lo que estaba y Jimin ni siquiera sabía la razón.

Cuando se abrió la puerta, pudo apreciar a su vecino más pálido de lo normal con aún pijama y unas lindas sandalias de gato. El menor mordió su labio para no reír.

—Jimin, a que se debe tu grata visita—su voz había sonado más ronca de lo normal y Jimin luchó contra las ganas de morderse el labio. Le había parecido lo más sexy del mundo.

—¿Estás enfermo?— preguntó en cambio.

—No es nada, no te preocupes.

—Estas muy pálido, más de lo normal quiero decir— continuó.

—Vamos Jimin, no me digas que ahora te preocupas por mí— trató de reírse pero un ataque de tos se lo impidió.

—No me salgas con eso ahora, mira cómo estás déjame hacer algo para ayudarte— se metió a el departamento cerrando la puerta detrás de él.

Llevó al contrario a sentarse en el único sillón que encontró en su living.

—No necesitas hacerlo, ya te dije que estoy bien— trató de pararse del sofá pero Jimin lo devolvió a su lugar escuchando un bufido molesto del otro.

—Tienes calentura Yoongi, necesito un poco de agua y un trapo— el menor mantenía su mano en la frente del contrario, se levantó para buscar el trapo pero el mayor lo impidió tomándolo del brazo.

—Jimin—lo llamó mirándolo directamente a los ojos.—Mi calentura sólo se puede bajar de una forma.

—No digas estupideces y mejor…

Sus palabras fueron interrumpidas por los labios contrarios, todo pareció detenerse, los ojos de Jimin se expandieron al sentir aquel roce en su boca y cuando apenas volvía a la realidad Yoongi lo tomó de la nuca profundizando el beso, dejando a su merced y saboreando cada parte de su boca.

Para entonces, Jimin había cerrado los ojos y sus pequeñas manos involuntariamente atraían al otro de la camisa, correspondido incluso con más necesidad que el mayor. Y fue entonces que Jimin se sintió en las nubes, parecía flotar, sentía sus piernas aguadarse y sus sentidos descolocarse.

Todo parecía mágico y perfecto hasta que su propio mente lo torturó presentándole una imagen de su esposo.

Se separó lo más rápido que pudo casi tropezando con sus propios pies.

–L-Lo siento…no debí…e-es que yo…

–Jimin…—pero el menor lo ignoró y se apresuró a la puerta donde se detuvo antes de salir del todo.

—Espero que te recuperes pronto Yoongi.

Sin mirar atrás cerró la puerta a sus espalda escuchando los pasos apresurados del mayor y sus constantes llamados.

Se adentro a su departamento confundido, enojado, y con el corazón agitado. Se recargó en su puerta mientras miraba el piso sin darse cuenta de que Tae aún seguía ahí y le estaba llamando pero Jimin simplemente parecía no reaccionar y de un momento a otro su mano tocó sus labios. Aún podía sentir la calidez de ese toque, vivaz, caliente, seductor.

—¿Estás bien?— por fin escuchó a su amigo viendo su rostro preocupado.

—Necesito un baño.

—¿Qué pasó con Yoongi?

—Esta enfermo y parece que yo también.

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EDITADO♡

Amantes [Y.M] EDITANDO 💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora