Javier y yo estábamos en la alberca, el día era perfecto para pasar un buen rato sumergido en el agua y más porque esta casa, si tenía alberca y es era algo que me encantaba. Estar en el agua es una de las cosas que más amo, regularmente cuando me baño, puedo pasar hasta una hora y media si me baño en tina y unos 45 minutos si es en la regadera, sentir el agua en todo mi cuerpo me relaja bastante. Javier estaba afuera recostado en un camastro, tratando de broncearse y yo por mi parte estaba flotando en la alberca.
En estos momentos es cuando más desearía tener servidumbre, el tener que salir del agua cada vez que quería algo era muy tedioso, más que nada porque perdía mi conexión con el agua. En ese momento que estaba en la cocina el teléfono sonó.
—Hola.
—Hola, buenas tardes, me podría comunicar con el Señor Alejandro Falahee.
—Por el momento él no está en el país, ¿Quién lo llama?
— ¡Oh! Gracias. -Pero en ese momento la secretaria tapo la bocina del teléfono, pero aun así podía escucharla. -¿Quiere que le deje algún mensaje o algo señor? Él está fuera del país. –No pude escuchar si tuvo una contestación de la otra persona, quito la mano de la bocina. –Nosotros estaremos en contacto con él.
Fue algo muy extraño, el que no quisieran decirme de donde lo llamaban, pero igual no le tome importancia, mi padre tenía negocios y convenios con demasiadas empresas, seguro que si le digo el día que recibió la llamada él sabrá de donde era esa llamada... pero era extraño que le marcaran directamente a casa y no a su oficina. Tome el teléfono y marque el número que ya me sabía de memoria.
—Hola ¿Ana Karen? –La secretaria de mi padre.
—Sí, ella habla. –Su voz era muy dulce, era la nueva secretaria de mi padre, apenas tenía 3 meses trabajando.
—Llamaba para preguntar ¿Tú le diste el teléfono de casa alguien?
—No, de hecho el Señor Alejandro aun no me ha dado ese número, ¿Por qué la pregunta?
—Es que llamaron hace unos minutos a mi padre, aquí a la casa y se me hizo muy extraño.
—Eso es extraño, ¿Te mencionaron de dónde hablaban?
—No, le pregunte de donde hablaba, me dijo que ellos estarían en contacto y luego me colgó.
—Está bien, de igual manera investigare lo de esa llamada, tenga un buen día joven.
—Gracias Ana Karen.
Era muy extraño recibir llamadas de trabajo en la casa, regularmente el teléfono de casa solo era para familiares y amigos, no para negocios de mi padre o para cosas del trabajo, la única persona que tenía permitido llamar del trabajo era la secretaria y solo cuando era algo muy urgente.
Javier acaba de poner música y cuando la música suena yo bailo, es algo muy natural en mí, me encanta bailar, es algo que me gusta. Me gusta mucho bailar y hacer lipsync, es algo que me gusta, hacer un performance era lo que me daba vida, sé que es algo muy gay, pero en la escuela tenemos un grupo para eso, y nos presentamos cada tiempo en el auditorio de la escuela. Salí al área de la alberca y justo empezaba a sonar MANiCURE de Lady gaga, esa canción era especial para hacer un performance y al ritmo de la canción empecé a bailar, lo movimientos eran rápidos, lentos y un poco sensuales.
La música seguía y el ritmo en mi seguía, Javier se acercó a mí y también empezó a bailar, se puso cercas de mi sus movimientos se juntaron con los míos y eso se convirtió en un baile muy sensual, él estaba muy pegado a mí, no me molesto porque era solo un baile, y seguimos así hasta que la canción termino.
—Si no fueras mi mejor amigo tobi, ya te habría faltado al respeto.
—No seas idiota y cállate, mataste el momento.
—Lo siento, tenía que decirlo, es que es la verdad, muchas veces te vez demasiado sexy y sabes que soy un enfermo sexual. Muchas veces me he puesto a pensar que nosotros deberíamos de ser nuestra primera vez... ¿Tu nunca lo has pensado?
—Claro que lo he pensado, pero... te veo como un hermano y lo sabes, y pienso que sería raro... muy raro. Creo que es mejor esperar a la persona indicada... aunque no lo niego, si me muero por tener sexo.
Después de eso corrí y me avente a la alberca, quería olvidar aquella conversación, Javier es mi mejor amigo y creo que jamás podría tener relaciones sexuales con él, que en momentos si tengo mis arrebatos de querer llamarle y decirle que venga y hagamos lo que sea en mi cama. Pero era una situación algo complicada para mí.
Salí del agua y tome mi toalla, para secarme en eso vuelvo a escuchar sonar el teléfono, corro y contesto.
—¿Hola?
—Buenas tardes, ¿Podría hablar con el señor Alejandro Falahee?
—Él no se encuentra en estos momentos en el país. ¿Quién lo llama?
—¿Podría decirme cuando es que el regresa?
—Si no se quien lo llama, no le puedo dar más información lo siento.
—Como sea. –Y la llamada se cortó.
Otra llama de alguien buscando a mi padre, era muy extraño. No sabía qué hora era en Roma pero tomo el teléfono de nuevo y marque aquel número tan largo que mi madre había dejado en un papel. Contesto un recepcionista, le explique y me conecto con la habitación de mis padres.
—¿Tobías que pasa? –Contesto mi madre.
—Pásame a mi papá por favor.
—¿Qué sucede hijo?
—Hoy han llamado dos veces aquí a casa, y es bastante raro, porque pregunto quién es o de donde hablan y no me dicen o simplemente cuelgan, es algo muy raro y me preocupa, porque nadie tiene el número de esta casa. También le notifique a Ana Karen.
—¿En una de esas llamadas era un hombre el que hablaba?
—Sí. –Eso hizo que me preocupara aún más.
—No te preocupes, es mi socio, hablare con él, aunque no sé cómo obtuvo el número, pero la verdad no me sorprende, hablare con él, gracias por avisarme hijo.
—De nada padre... por cierto tráiganme chocolates.
Eran bastante tarde ya, Javier ya dormía era impresionante lo rápido que se dormía, pude ver que estaba teniendo un erección, cosa que me causó mucha gracia y al mismo tiempo algo de incertidumbre, ¿Qué se sentiría estar con un hombre? ¿Qué se sentirá que te amen? ¿Cómo es que dos hombres se pueden amar? ¿Sera doloroso? Yo solo quiero encontrar a alguien, solo quiero poder ser libre y quitarme todo este peso de encima. Con todos mis ahorros fácil podría vivir yo solo por un tiempo, pero no es algo que quiero hacer, no quiero perder a mi padre y mucho menos quiero perder a mi madre, no podría vivir sabiendo que ella me odio o que me rechaza. Creo que tendré que esperarme un largo tiempo, solo quiero poder amar y ser amado sin que alguien me juzgue, eso es lo único que quiero.
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El Socio
Teen FictionMi padre hablaba mucho y muy bien de su "Socio" yo no lo conocía, pero me imaginaba un hombre de edad avanzada. Cuando mis ojos vieron al "Socio" de mi padre, mis ojos brillaron y automáticamente sonreí. Mi madre era el punto, era esa piedra en el z...