Capítulo 7.- La Primera Clase

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A partir de ahora no tendría ni un fin de semana libre, literalmente estaría estudiando los 7 días de la semana, era algo que realmente no me agradaba. Los fines de semana los dedicaba a no hacer nada, pero ahora tengo que despertar a las 7:30 am porque a las 8 am Madison pasara por mí para ir a su oficina, si lo odie desde el momento en el que se tropezó conmigo ahora era mi enemigo.

No podía negar era muy atractivo, pero eso no le quitaba lo arrogante que era, ayer por la tarde me llamo para decirme todo lo que ocuparía llevar conmigo, cuando le dije que me daba igual, él se alteró y comenzó a decir que él no iba a tolerar a un mocoso insolente y que no iba a perder su valioso tiempo y yo le dije que no toleraría a un adulto arrogante. 10 minutos después mi padre entro por la puerta diciendo que cambiara mi actitud ante Madison.

Realmente no me importaba y me da igual, me había dicho a mí mismo que no tomaría en cuenta las clases que Madison me diera, si iba a manejar la empresa, lo haría hasta que terminara la universidad, así que no necesitaba esta mierda en este momento de mi vida.

Un carro color azul marino aparco en la entrada de la puerta, debo aceptar que el auto era muy bonito, el cristal del lado derecho del auto bajo y solo escuche una voz. –Vamos sube, no tenemos todo el día. – Me sorprendió que fuera él quien pasara por mí. Abrí la puerta, subí al auto y me puse el cinturón.

-¿Listos para tus clases? –Lo voltee a ver y solo puse mis ojos en blanco y él no dijo nada más.

Fue un viaje largo, de unos 40 minutos y ninguno dijo una palabra en todo el camino. Durante todo el trayecto sonaba música de manera aleatoria, supe que no íbamos a las oficinas de mi padre porque Madison había ido en sentido contraria, no tenía idea de adonde nos dirigíamos. Yo solo iba checando mi celular y en ciertos momentos observaba como él conducía, se miraba tan serio podría decir que su perfil era casi perfecto en ningún momento dejo de mirar la carretera.

Tampoco había notado como iba vestido, llevaba un pantalón negro de mezclilla y una playera azul, sus brazos se miraban bastante bien y en una de sus manos portaba un reloj y sabía que era un reloj muy costos porque mi padre tenía uno y yo tenía otro, la verdad nunca lo usaba porque era bastante pesado. Y también podía percibir un suave y cítrico olor a perfume.

-Hemos llegado, bienvenido a mi casa. -¿Qué? Me había traído a su casa.

-¿Por qué me trajiste a tu casa?

-No iremos a la oficina ni de broma, esto lo tenemos que ver como una materia extra de tu escuela, si lo miramos como trabajo sería mucho más aburrido. Lo que estamos buscando es solo enseñarte lo básico, para que tengas los conocimientos necesario, porque en 2 meses tu padre firmara un contrato muy importante y tu formaras parte de él.

-¿Cómo formare parte yo de ese contrato?

-Ese contrato tu padre lo firmara, pero la firma que es la realmente importante es la tuya, ese contrato lo firmaras tú. Alejandro quiere darte ese poder y ese privilegio, pero tienes que estar preparado porque el contrato tú lo tendrás que leer y analizarlo, y tu decidirás si se firma o no.

-¿Por qué no lo dijeron desde un principio?

-Porque se supone que tu aun no debes de saber esto, tu padre no te iba a decir nada hasta el día que el contrato se tenga que firmar. Entremos.

La casa de Madison no era tan grande como la nueva casa, pero tampoco era una casa pequeña, la sala era amplia y muy bien decorada, sobre las escaleras había un hermoso y costoso candelabro, el comedor era para 12 personas, tenía una muy bonita casa.

-Señor buenos días ¿Quiere que les sirvamos el desayuno?

-Buenos días Sonia, claro que sí. Sonia él es Tobías, es el hijo del Señor Falahee.

-Mucho gusto joven Tobías.

-Hola, solo Tobi.

-¿Desayunaste Tobi? –Pregunto el muy atento.

-No, no me dio tiempo de comer o agarrar algo.

-Que sean dos desayunos entonces Sonia y si no es mucha molestia llévalos al despacho, por favor.

-Claro que sí señor. –Y rápido Sonia se fue.

-Sígueme.

Subimos aquellas elegantes escaleras y caminamos por un pasillo y había varias puertas una de ellas estaba abierta y pude ver una cama bastante amplia con sábanas blancas que aún estaban acomodadas. Luego dimos vuelta a la izquierda y el abrió un puerta e hizo que pasa yo primero. Era una oficina muy bien adecuada, el escritorio bastante amplio, dos sillones y una mesa con una pequeña lámpara, no se comparaba en nada al ostentoso despaso de mi padre y no me refiero al de la empresa sino, al que tiene en casa.

Tome asiento delante del escritorio y el tomo su lugar, de un cajón saco una computadora, tecleo una contraseña y después de unos segundo el comenzó a teclear de una manera tan rápida, que me sorprendí bastante. Tomo una pluma y en un papel escribió algo, luego tomo el teléfono y marco un número, yo solo estaba ahí sentado sin hacer ni decir nada.

-Buenos días Denis, por favor habla con el Señor Federico y explícale que el viaje a cambiado de fecha y dile que yo me pondré en contacto con él en un días. También en mi despacho hay unos papeles ya debes de saber cuáles y por favor envíamelos a casa. Y lo más importante recuerda hoy sales temprano, no quiero enterarme de que te fuiste a las 8 de la noche otra vez. Gracias.

-Lo siento Tobi, necesitaba hacer esa llamada, hoy solo veremos una cosa, que debe de ser lo más importante hablaremos de dinero.

-¿Dinero?- Me sonaba un poco raro.

-Si debes de saber que la empresa de tu papá se maneja en dólares, todo el dinero que recibe es en dólares, pero también hay que tener en cuenta de que el dólar en algunos lugares su precio cambian, y eso de cierto modo podría afectarnos un poco, porque si el dólar baja su precio, nosotros perdemos dinero, mucho dinero.

Madison estuvo hablando del dólar durante 20 minutos sino es que más, realmente el sabia como se debía de manejar el dinero y yo estaba muy sorprendido, luego comenzó a hablar de cómo los socios debían de conocer la empresa de una manera específica y que nunca se habla de dinero hasta que se hiciera la primera reunión y hasta que el contrato se iba a firmar.

Alguien abrió la puerta y pude sentir como mis fosas nasales se inundaban de un aroma delicioso una combinación de dulce y saladas. Era una delicia lo que iba a desayunar y la verdad es que estaba hambriento.

-Disculpen la demora.

-No hay problema Sonia, muchas gracias puedes dejar ahí y yo ahorita acomodo, solo te voy a pedir que vayas y ordenes la recamara. –Sonia no dije nada y solo se fue. – ¿Listo para el desayuno?

Era un desayuno bastante abundante, huevos, tocino, papas, frutas, pancakes, jugo, leche, café, agua. Solo de verlo empecé a salivar por lo delicioso que se miraba.

-Provecho Tobías.

-Provecho Madison.

El desayuno estuvo delicioso estaba que reventaba, no platicamos solo desayunábamos mientras el leía su periódico, después del desayuno seguimos mirando cifras de la empresa como el dólar cambiaba su precio constantemente, también me enseño como la empresa de mi padre ganaba dinero cada segundo, era increíble ver como mi padre hacia dinero sin hacer casi nada, bueno era obvio que si hacía, pero ganaba dinero.

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